Economía

EU llega convencido de que el TLCAN no sirvió a sus obreros; México no quiere ni hacer olas

16/08/2017 - 10:07 am

“No queremos arriesgar lo que hemos logrado, debemos mirar hacía futuro, […], el tema no es destruir lo que sí funciona sino como podemos hacer para que funcione mejor, nuestro objetivo es conseguir más comercios y no hacer ningún daño”, expuso esta mañana el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, en su mensaje de apertura de las mesas negociadoras del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

En tanto, Robert Lighthizer, representante de EU planteó que “se debe diseñar (un acuerdo) para proteger nuestra soberbia y también nuestros procesos, y tenemos protegernos contra las practicas distorsionadas de mercado en otros países”.

Temas como las reglas de origen –para potenciar la procedencia regional de los productos– o la solución de controversias son dos de los asuntos más polémicos que se abordarán en las conversiones rumbo a la modernización del tratado comercial.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se dijo listo para apoyar al Gobierno mexicano en las negociaciones y participará en el llamado “cuarto de junto” asesorando al equipo negociador. Un grupo de integrantes de la iniciativa privada mexicana que está “tan cerca como en el cuarto de al lado” de los negociadores del TLCAN. Este mecanismo de consulta a empresarios y especialistas fue utilizado por el Gobierno mexicano para la negociación de tratados comerciales desde 1993

Ciudad de México, 16 de agosto (SinEmbargo/ EFE/AP/EconomíaHoy).- La primera de tres rondas para la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) arrancó formalmente hoy en Washington en donde los representantes de los tres países que lo conforman, Canadá, Estados Unidos y México, llegaron con sus prioridades establecidas, pero todos con el acuerdo común de que es necesario modernizar el acuerdo que lleva 23 años.

El representante de Estados Unidos habló a nombre de sus trabajadores. Robert Lighthizer, reiteró que el TLCAN “le ha fallado para muchos estadounidenses”, lo mismo que se dice en México, pero no desde el lado oficial.

En México, los académicos y una mayoría de los sectores más vulnerables (el campo, los trabajadores, la empresa mediana y pequeña) casi repiten las mismas palabras de Lighthizer.

“No queremos arriesgar lo que hemos logrado, debemos mirar hacía futuro, […], el tema no es destruir lo que sí funciona sino cómo podemos hacer para que funcione mejor, nuestro objetivo es conseguir más comercio y no hacer ningún daño”, planteó el titular de la Secretaría de Economía (SE), Ildefonso Guajardo Villarreal, en su mensaje durante la apertura de las mesas negociadoras.

Guajardo Villarreal destacó México llega con el compromiso de efectuar una negociación en la que todos ganen. El representante de la delegación mexicana sostuvo que los tres países están de “cara a cara” para renovar el acuerdo y aseguró que el proceso no es “mirar hacía el pasado sino ver hacía el futuro”, pues México cree que el acuerdo ha tenido éxito para todas las partes.

Sin embargo, el representante de Estados Unidos no lo consideró así.

El Presidente Donald Trump ha dicho que el TLCAN el “peor” acuerdo comercial de la historia.

Trump “no está interesado en cambios menores en algunas cláusulas y la actualización de unos cuantos capítulos. Creemos que el TLCAN fundamentalmente ha ido en contra de muchos, muchos estadounidenses y necesita grandes mejoras”, dijo en un comunicado el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer.

“No podemos olvidar las grandes decisiones comerciales que se han tomado y la perdida de empleos manufactureros”, dijo el representante comercial estadounidense

El representante comercial de la Casa Blanca sostuvo que 700 mil estadounidenses han perdido sus trabajos por los flujos cambiantes de sus empleos, pues insistió que en el año en que se aprobó el TLCAN, México y Estados Unidos tenían un equilibro comercial, y en el último año se han acumulado 68 mil millones de dólares de deficit comercial con México y se han perdido miles de empleos en los últimos años .

“Se debe diseñar (un acuerdo) para proteger nuestra soberbia y también nuestros procesos, y tenemos protegernos contra las practicas distorsionadas de mercado en otros países, debemos encontrar similares posibilidad de compras de gobierno. Nuestra tarea es difícil […] el reto es que juntos podemos tener un acuerdo de un comercio más justo, mercados libres, balanceados”, expuso Lighthizer.

La canciller de Canadá, Chrystia Freeland, planteó que buscarán mantener ciertos elementos dentro del tratado, así como incorporar temas nuevos, entre ellos sobre el medio ambiente. También destacó que entre sus objetivos será recortar la burocracia.

“Estamos muy comprometidos para trabajar fuertemente, respecto a este tema. Los objetivo son claros: proteger el TLCAN, crear empleos, recortar la burocracia, trabajaremos con nuestros socios para hacerlos más productivos”, sostuvo.

MERCADOS A LA EXPECTATIVA

Al abrir la jornada, el peso se aprecia 0.5 por ciento u ocho centavos, a 17.73 por dólar a la venta en operaciones de mayoreo, cotiza en su mejor nivel intradía en casi tres semanas, luego de que ayer tras la publicación de datos económicos de Estados Unidos que debilitaron al dólar.

Los mercados a nivel mundial presentan movimientos positivos, a la espera de que comiencen las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, EU y Canadá.

“Aquí vamos juntos los tres países (…) para un acuerdo que nos sirva para ganar-ganar-ganar”, destacó el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, al presentar a inicios de este mes los negociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las prioridades de país.

Desde entonces, el mensaje oficial ha sido el de unidad en buena parte de la clase política y empresarial.

La Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) instó a cerrar filas por México y pidió que se dialogue desde la igualdad con Canadá y Estados Unidos, los otros dos socios de este convenio comercial firmado en 1994.

“Si todo México vuelve a unir sus voces y vuelve a estar en sintonía, vamos a tener éxito en estas negociaciones”, destacó el presidente de la Conago y jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

Además, este domingo se designaron ocho senadores de distintos partidos políticos que acompañarán al Ejecutivo en la negociación que arranca este miércoles en Washington.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se dijo listo para apoyar al Gobierno en las negociaciones y participará en el llamado “cuarto de junto” asesorando al equipo negociador.

Antes del inicio de conversaciones, se organizaron consultas públicas, algunas vía Internet, y más de 250 reuniones de trabajo con representantes de los sectores productivos del país.

No obstante, también hay grupos contrarios al TLCAN. Es el caso de pequeños campesinos, que exigen la salida de un acuerdo que, aseguran, les ha empobrecido.

También de una cincuentena de organizaciones sociales, entre estas importantes sindicatos como el Mexicano de Electricistas (SME), que protagonizarán este miércoles una marcha en la capital.

LOS NEGOCIADORES POR MÉXICO

Kenneth Smith, representante de la Secretaría de Economía (SE) en la Embajada de México en Washington DC, es el jefe de la negociación técnica.

Cuenta con una larga trayectoria en negociaciones comerciales internacionales y, de hecho, inició su carrera como parte del equipo del TLCAN original, en vigor desde 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá.

Salvador Behar, director general para América del Norte de la SE, será el jefe negociador adjunto, mientras que Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior, ejercerá como supervisor.

Entre las prioridades en la negociación están fortalecer la competitividad en América del Norte, lograr un comercio regional inclusivo y responsable, aprovechar las oportunidades de la economía del siglo XXI y promover la certidumbre en comercio e inversiones.

Hay puntos intocables como evitar la reinstauración de los aranceles en la región, dar acceso preferencial a los bienes y servicios de México, expandir el comercio para balancear el déficit o ampliar el capítulo energético.

No obstante, el Gobierno mexicano es consciente de que el carácter cambiante de Trump -que se debate entre contentar su electorado o los grandes empresarios con intereses en México- puede complicar, y mucho, las cosas.

La negociación “no es miel sobre hojuelas, estaremos enfrentando discusiones profundas y tenemos que llegar a equilibrios que nos permitan una ecuación benéfica para el interés nacional”, afirmó Guajardo.

Temas como las reglas de origen -para potenciar la procedencia regional de los productos- o la solución de controversias son dos de los asuntos más polémicos.

El Ejecutivo reconoce también el impacto de no entrar en la renegociación, pues se corre el peligro de la imposición de mayores aranceles, la pérdida de inversores y una menor perspectiva de crecimiento.

Tampoco descartan que Estados Unidos decida dejar el TLCAN, y ya buscan alternativas.

“México debe estar preparado para este escenario a través de una agenda comercial de diversificación de nuestras exportaciones y de nuestros inversionistas”, receta el Ejecutivo.

Con estas premisas, el país afrontará la primera ronda de negociación, que se celebra en Washington D.C. del 16 al 20 de agosto.

El sentimiento general es que las conversaciones serán una montaña rusa. Y el deseo es que estas acaben pronto, por lo menos antes de las elecciones presidenciales de mediados de 2018, que podrían dar un nuevo giro a este intrincado guión.

De todos los acuerdos comerciales que fustigó durante la campaña electoral como dañinos para los trabajadores estadounidenses, Donald Trump reservó su mayor desdén para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El TLCAN con México y Canadá “es el peor acuerdo comercial de la historia”, declaró el candidato Trump. Lo acusó de elevar el déficit comercial con México, arrastrar fábricas al otro lado de la frontera y eliminar empleos en Estados Unidos.

Prometió renegociar el tratado celebrado hace 23 años o de plano abandonarlo. Ahora llegó el momento. El miércoles comenzarán cinco días de conversaciones para reformar el TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés, primero en Washington, luego en México y Canadá.

Estados Unidos jamás ha intentado reformar un acuerdo comercial de gran envergadura. Por eso, los analistas no saben con certeza qué esperar.

Pero está claro que será difícil cumplir las promesas de campaña de Trump. Una nueva versión del TLCAN necesitaría la aprobación del Congreso, que está dividido. Y un TLCAN mejorado no ofrece la certeza de lograr lo que esperan Trump y sus partidarios: la devolución de millones de empleos fabriles.

Economistas y analistas comerciales dicen que es posible mejorar el TLCAN, que eliminó la mayoría de las barreras comerciales entre los tres países. En todo caso, se lo puede actualizar para reflejar el crecimiento de la economía digital.

Pero una reformulación tecnocrática difícilmente satisfará a los partidarios de Trump y los detractores del TLCAN, que buscan la reformulación del acuerdo para reducir el déficit comercial y la recuperación de empleos.

LOS DIEZ PUNTOS CLAVE

Aunque México tiene una red de 46 convenios comerciales que le dan acceso a mil millones de potenciales consumidores, por su volumen de negocio el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es el más importante.

Por ello, es clave una renegociación del convenio comercial favorable a sus intereses, pese a las presiones de EU.

Aquí, los 10 puntos clave:

APROBACIÓN: Pese a reticencias de la oposición y grupos sociales como agricultores, el TLCAN fue aprobado por el Senado el 22 de noviembre de 1993 y entró en vigor entre México, Estados Unidos y Canadá el 1 de enero de 1994.

ÁMBITO: El TLCAN creó una de las áreas de libre comercio más grandes del mundo. Actualmente alberga 482 millones de habitantes (7 por ciento de la población mundial), genera 28 por ciento del producto interno bruto (PIB) y realiza el 16 por ciento del comercio global.

DEPENDENCIA: En 2016, México exportó por valor de 374 mil  millones de dólares, e importó insumos que totalizaron 387 mil millones de dólares.

Hacia América del Norte, vendió productos por 313 mil  millones de dólares, el 84 por ciento. Las importaciones de Estados Unidos y Canadá a México fueron de 189 mil  millones de dólares, el 49 por ciento de las compras.

De cada 100 dólares de intercambio comercial de México, 66 dólares son con Canadá y Estados Unidos. Equivale al 48 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional.

Sobresalen los vínculos con Estados Unidos, hoy su principal socio comercial. El comercio bilateral cerró en 482,238 millones de dólares en 2016. De estos, 303 mil  millones de dólares fueron ventas mexicanas, el 81  por ciento del total de exportaciones.

EVOLUCIÓN: Las exportaciones de México a Estados Unidos y Canadá se multiplicaron por siete, desde los 44.474 millones de dólares en 1993 a los 313 mil  millones de dólares del 2016.

Las importaciones de dichos países se multiplicaron por cuatro, de 46.470 millones de dólares a 189.000 millones de dólares.

SECTORES RELEVANTES: Canadá y Estados Unidos son los mercados de exportación más importantes para las industrias estratégicas de México.

Es el caso del electrónico, con exportaciones por valor de 62,920 millones de dólares, autos ligeros (44,737 millones de dólares), autopartes (41,381 millones de dólares), eléctrico (28,495 millones de dólares), agropecuario (12,600 millones de dólares) y autos pesados (7,724 millones de dólares).

INVERSIONES: Canadá y EU. son fuente del 53  por ciento -el equivalente a 276,501 millones de dólares- de la inversión extranjera directa (IED) que México ha recibido desde 1994 al primer semestre de 2017. Estados Unidos es el principal inversionista de México (46  por ciento) y Canadá el cuarto más importante.

Las facilidades de comercio entre los tres países incentivó el arribo de inversión de otros países como Japón o Alemania, que instalaron en México plantas automotrices.

FECHAS DE NEGOCIACIONES: Del 16 al 20 de agosto tiene lugar la primera ronda de negociaciones en Washington D.C. Le seguirá una segunda reunión en México y una tercera en Canadá. Se esperan entre 7 y 9 rondas. Los Gobiernos buscan cerrar la modernización antes de las elecciones presidenciales en México, a mediados del 2018.

Kenneth Smith, representante de la Secretaría de Economía en la Embajada de México en Washington D.C, será jefe de la negociación técnica, y Salvador Behar, director general para América del Norte de la SE, el jefe negociador adjunto.

Juan Carlos Baker, actual subsecretario de Comercio Exterior de la SE, ejercerá como supervisor.

MEJOR O PEOR: De lograr una negociación favorable, México espera mantener el TLCAN en sus términos actuales y reforzar el capítulo energético, facilitar la integración en infraestructura de telecomunicaciones, fortalecer la propiedad intelectual y lograr un mayor acceso de prestadores de servicios financieros e inversionistas mexicanos a Estados Unidos y Canadá.

ARANCELES: Entre los puntos más controvertidos está la reimposición de aranceles –una línea roja para México–, el posible aumento de las reglas de origen para garantizar el uso de productos fabricados en la región y la modificación o eliminación del capítulo 19, de solución de controversias.

EJES NEGOCIADORES DE MÉXICO:
–Fortalecer la competitividad de América del Norte.
–Avanzar hacia un comercio regional inclusivo y responsable.
–Aprovechar las oportunidades de la economía del siglo XXI.
–Promover la certidumbre del comercio y las inversiones en América del Norte.

EL CUARTO DE JUNTO

La Secretaría de Economía confirmó que el equipo negociador mexicano, encabezado por Ildefonso Guajardo, irá acompañado de ocho senadores de diferentes partidos políticos y “como en otras negociaciones” por representantes de distintos sectores productivos agrupados en el llamado “Cuarto de junto”. Pero ¿qué es exactamente el “Cuarto de junto” y por qué es tan relevante para la negociación del TLCAN?

Se trata de un mecanismo utilizado por el gobierno, y en particular, la Secretaría de Economía, para mantener informada a la iniciativa privado sobre las negociaciones que se llevan a cabo, y que la dependencia define como “un grupo de expertos del sector privado”. Se trata de un grupo de consulta con el que los negociadores se asesoran sobre las posibles repercusiones – favorables o negativas- de las decisiones que están por tomar, cómo matizarlos o proponer alternativas.

El “cuarto de junto” ha acompañado a delegaciones mexicanas en la negociación de virtualmente todos los tratados comerciales que México ha establecido con otros países desde la primera versión del TLCAN, en 1993-1994 y el Tratado de Asociación Transpacífica (TPP).

Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, explicó que en esta ocasión se organizaron 23 mesas de trabajo sobre distintos temas transversales como el ambiental, laboral, energía o propiedad intelectual que incluyen a 300 sectores, desde la producción de alimentos básicos hasta productos tecnológicos.

En todas estas mesas “participa un número importante de empresarios para preparar la respuesta que tendríamos que dar con base en lo que los americanos han dado a conocer, pero son pronunciamientos muy genéricos en donde no podemos definir una problemática concreta y en consecuencia una posición concreta, esto lo iremos sabiendo en el proceso”, dijo Fernando Ruiz Huarte, director general del Consejo Mexicano de Comercio Exterior. “Por cada una de las mesas se ha planteado cuál es el peligro y en consecuencia qué es lo que tendríamos que hacer o hacia dónde tendríamos que avanzar para modernizar el acuerdo”.

Por su parte, el vicepresidente de negociaciones internacionales del COMCE, Eugenio Salinas, afirma que el “cuarto de junto” tiene meses preparándose y analizando la información disponible. “Cada una de estas mesas están redactando y proponiendo lo que subiremos a los negociadores para que se eleve a esa condición”, aseguró.

FUNCIONAMIENTO
Antes de cada ronda de negociación, la Secretaría de Economía realiza la convocatoria para su conformación informando sobre fechas y sedes. A los pocos días se entrega un programa de la ronda de negociaciones para saber qué días y a qué hora se verá cada uno de los temas que se tocará en dicha ronda. Cada uno de los miembros del Cuarto de Junto establece en qué días se presentará en función de si se tratará o no el tema de su interés -algunos se quedan durante toda la ronda, asegura Salinas.

Como en la negociación del TPP, en esta ocasión también se creó un Consejo Consultivo de Negociaciones Internacionales que está presidido por el presidente del CCE, Juan Pablo Castañón. El vicepresidente del Consejo es Valentín Díez Morodo, presidente del COMCE. Se establece también un “cuarto de inteligencia” conformado por las cúpulas de cada sector, quienes tienen la tarea de llevar la información sobre el proceso de negociación a cada una de las mesas.

La idea, explica Salinas, es que todos los sectores tengan oportunidad de dar su punto de vista y propuestas, ya que existen siempre opiniones divergentes. “La obligación del cuarto de junto es procurar que todos sean oídos, que tengan oportunidad de acercarse a las autoridades. Sabemos que al final los que entran al cuarto de negociación es el sector público y a veces toman decisiones nutridas por el órgano de consulta”.

Generalmente los integrantes del Cuarto de Junto se hospedan en un hotel distinto del del equipo negociador. “Tratamos de estar a una sana, adecuada distancia para estar cuando nos requieren consultar”. Se establece también un lugar de juntas para dar informes de lo que ocurrió en el día, o para sostener reuniones privadas.

El ejecutivo reconoce que esta comitiva está integrada por personas “realmente privilegiadas” por poder formar parte de este mecanismo, por lo que “procuramos mantener discreción para facilitar la tarea de los negociadores”. Salinas también asegura que cada organización, asociación o cámara es responsable de los gastos de su representante en el Cuarto de Junto.

A diferencia de México, en Estados Unidos y Canadá el sistema de consultas a la IP es distinto y “ni de cerca” tan sofisticado como el Cuarto de Junto, asevera Salinas. Cada cúpula tiene su contraparte canadiense y estadounidense con la que existen interacciones y se fijan posiciones comunes, y las industrias en lo particular, como la del acero o la química tienen organizaciones similares a las mexicanas a las que expresan sus posicionamientos.

La ventaja de este mecanismo, dice Salinas es que “es como su nombre lo indica, tan cercano como el cuarto de al lado, así de cercanos a donde se está negociando”. El cuarto de junto “adquiere relevancia conforme se están acercando posiciones”. Así se crea una eficiencia para las consultas entre negociadores y asesores del sector privado. “Es rapidez, eficiencia y precisión en la coordinación”, explicó.

El martes pasado, el periódico El Financiero dio a conocer la lista de confirmaciones de los 24 representantes empresariales que ya se encuentran en Washington para la primera ronda de negociaciones. Como medida de comparación, para las negociaciones del TPP, según Salinas, la comitiva del Cuarto de Junto estaba integrada por unas 40 personas en la última ronda de negociación, de 23 que hubo. Para el TLCAN se espera que haya entre 7 y 9 rondas.

Estarán Juan Pablo Castañón, presidente del CCE; Manuel Herrera, presidente de Concamin; Ricardo Navarro; presidente de Concanaco; Gustavo de Hoyos, presidente de Coparmex; Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario; Marcos Martínez, presidente de la Asociación de Bancos de México; Juan Gallardo, presidente del consejo de administración de Cultiba; Jaime Zabludovsky presidente del Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo y presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales; Herminio Blanco, ex subsecretario de Comercio Internacional de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y uno de los principales negociadores del TLCAN; Sergio Gómez, otro miembro del equipo negociador del TLCAN en 1993-1994 y ex director de Acuerdos Comerciales Internacionales de México; Guillermo Voguel, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (CANACERO) y vicepresidente de Tenaris Tamsa; Emilio Cadena, CEO de Grupo Prodensa; Federico Serrano, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (INDEX); Eugenio Madero, CEO de la productora de autopartes Rassini; Martha Mejía, directora de la consultora de comunicación estratégica Zimat; Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA); Mónica Flores, presidenta de la American Chamber Mexico (AMCHAM); José Antonio Vidales, presidente de la COnfederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM) e Ismael Reyes Retana, miembro de la firma de abogados White & Case.

DESAFÍO AL MODELO ECONÓMICO DE MÉXICO

El economista Luis de la Calle Foto: EFE, archivo

La remodelación del TLCAN supone un desafío para el modelo económico de México, sustentado en buena medida en la manufactura y el comercio exterior, por lo que el país deberá ser firme en las negociaciones, consideraron expertos consultados por Efe.

“Tenemos unos 3 o 4 millones de empleos dependiendo del TLCAN, en su mayoría en multinacionales y son empleos mejores que otros. De ahí el peligro de no renegociar el convenio. Acabaría y tendríamos problemas graves”, expuso a Efe la profesora-investigadora Graciela Bensusán, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, en vigor desde 1994), que empieza su renegociación este miércoles, multiplicó por siete las exportaciones de México a Estados Unidos y Canadá, y por cuatro las importaciones de estos países.

En 2016, el intercambio comercial de México con sus socios superó los 500 mil millones de dólares, la mayor parte con Estados Unidos.

El jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, ha calificado en repetidas ocasiones el convenio de “desastre”, y es por ello que existe el temor de un cambio sustancial en el acuerdo que ponga en peligro buena parte de la arquitectura empresarial.

“Tenemos un modelo económico fundamentado en la apertura, con Estados Unidos como principal socio comercial y Canadá también es muy importante, con ellos tenemos inversionistas, plantas de negocio y empleos”, subrayó a Efe el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón.

Para el CCE, uno de los elementos más preocupantes sería la reimposición de aranceles en miles de productos que hoy tienen una tasa cero, coincidiendo con una de las líneas rojas del Ejecutivo. “Esto sería en contra del espíritu, la letra y el objetivo del TLCAN”, dijo a Efe el economista Luis de la Calle, que participó en el equipo negociador mexicano del TLCAN en los noventa.

El aumento de las reglas de origen, para garantizar el uso de productos fabricados en la región, también preocupa a la industria.

“No se van a revisar todas las reglas, porque son muchas. Y se hará marginalmente para estimular que haya un poco más de contenido nacional”, destacó De la Calle.

Así como la modificación o eliminación del capítulo 19 a petición de Estados Unidos, que permite a las compañías apelar decisiones judiciales sobre casos de competencia desleal y similares en una comisión alternativa.

Positivamente, habrá más sinergias entre países en asuntos como la ampliación del capítulo energético, que De la Calle espera que sirva para detonar la infraestructura en energía, especialmente en frontera.

O la inclusión de un capítulo laboral puede servir para mejorar las condiciones del trabajador mexicano, porque Trump considera que los bajos salarios son una competencia desleal.

“Habrá condiciones para hacer más justa la realidad laboral”, dijo Efe Manuel Padrón, socio de Baker McKenzie México y experto en comercio internacional.

Son pros y contras antes del inicio de una negociación en el que México llega “preparado” porque tiene experiencia en negociar más de 40 convenios comerciales y deberá utilizar un tono “sensato” para resaltar las potencialidades de la región, señaló Padrón.

Pese a que se teme que serán conversaciones “desbalanceadas”, recordó De la Calle, México tiene muchas bazas a su favor. El sector agroalimentario y el automotriz, donde hay mucho comercio e inversión mutuo, son un ejemplo.

En general, se respira optimismo entre la clases empresarial y la academia.

“Esperamos una posición muy racional que fomente el comercio entre los tres países”, dijo Castañón. En sintonía, Padrón confió en que el país está “fortalecido y tiene liderazgo”.

No obstante, para Arturo Huerta, profesor-investigador de la Faculta de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM), el país está totalmente rendido.

“El Gobierno está dispuesto a ceder todo con la perspectiva de seguir promoviendo la entrada de capitales”, alertó.

Entre los mayores peligros, Huerta teme que Estados Unidos se apropie del sector petrolero mexicano, en plena apertura.

Horas antes del arranque oficial el debate, la mayoría de expertos coincidieron que, en un mundo cada vez más global, la región debe aunar fuerzas y apuntar hacia otros mercados.

“Los tres países deben convertirse en zona exportadora para el resto del mundo, y México debe ser su plataforma”, concluyó De la Calle.

–Con información Martí Quintana, EFE / Paul Wiseman, AP/Gabriela Jiménez, EconomíaHoy

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video