FRANK KOZIK, ES MÁS QUE UNA “K” EN LA FRENTE

16/11/2013 - 12:00 am
Fotografía: Facebook (kidrobotsf)
Fotografía: Facebook (kidrobotsf)

LEE-MASFrank Kozik es más que juguetes de vinyl con la marca de la K en la frente, es también una carrera artística con crítica social que le dejó el haber crecido en la España oprimida por el dictador Francisco Franco, pero también el apego a la cultura pop de los cómics y de los colores brillantes que en los 60 Warhol y Lichtenstein posicionaban, y que influido además por la escena punk rock de los Estados Unidos, le llevó a iniciar sus andanzas en el arte con el resurgimiento de los pósters para conciertos.

ENTRESACADO_KOZIK

Kozik nació en Madrid, España en 1962, de padre estadounidense y madre ibérica pasó sus primeros 15 años de vida en Europa, para luego mudarse a Sacramento, California donde permaneció hasta que se enroló a la Fuerza Aérea y fue transferido a Austin, en Texas, lugar donde comenzó a explotar sus capacidades creativas de manera independiente.

IMagen: Frankkozik.net
IMagen: Frankkozik.net

Totalmente autodidacta, en 1981 Frank comenzó a diseñar carteles en blanco y negro para los conciertos que las bandas de punk de sus amigos realizaban y los pegaba en las cabinas telefónicas de la ciudad, trabajo con el logró que creciera su reputación y también su manera de producir pues luego evolucionó a la serigrafía colorida que llegó hasta los ojos de agrupaciones internacionales como Pearl Jam, The White Stripes, Beastie Boys, Green Day y Nirvana.

Su presencia en el ámbito de la música se expandió más cuando se involucró en la realización de videos, el más conocido de ellos es “Pretty Noose” de la banda de Seattle, Soundgarden.

En 1995, cuando se encontraba asentado en San francisco, donde actualmente reside, fundó el sello disquero “Man’s Ruin Records” que se mantuvo con vida hasta el 2001 produciendo hasta 200 álbumes, incluido un disco de los Sex Pistols y el primer single de los Queens of the Stone Age.

PRECURSOR DEL  MOVIMIENTO DEL ART TOY

Frankkozik.net
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Fue en la década de los 90 cuando Kozik inventó su más grande obra: el “Smoking Rabbit”, o conejo fumador, el cual se imprimió en diversos diseños patrocinados por “Man’s Ruin Records”, entre calcomanías, gorras y encendedores.

La pieza cobró cierta fama cuando una empresa de Japón -sitio donde el movimiento del art toy  ya estaba cimentado- le propuso al artista sacar una pequeña serie de conejos hechos con arcilla.

Cuando la disquera cerró, Frank se concentró en seguir produciendo arte en su estudio de San Francisco, en donde a mano continuaba realizando serigrafías numeradas para los conciertos y se enfocaba en el movimiento de juguetes artísticos que crecía también en Estados Unidos.

Ya en el nuevo milenio, la compañía japonesa Bounty Hunter le propuso realizar una colaboración para que el conejo de la K en la frente tomara su forma más conocida como muñeco de vinyl, fue entonces cuando también adoptó su actual nombre, todo por un error de los nipones, el animalito pasó a llamarse Smorkin Labbit.

Imagen: Frankkozik.net
Imagen: Frankkozik.net

A partir de ahí, su trabajo encontró gran fama gracias a sus constantes alianzas con una de las mayores productoras de artículos de diseñador, la neoyorkina KidRobot.

Así, el Labbit se convirtió en una de las piezas más representativas del movimiento Art toy, a la par del Dunny, el Bearbrick y el Munny.

Poco a poco se le fue dotando de diferentes diseños, tamaños  y materiales, pues ya no se realizaba sólo en vinyl de 1.5 pulgadas, sino que variaba el tamaño hasta las 10″; así mismo se comenzaron a diseñar del tipo “plush”, es decir de tela o peluche.

Entre las distintas series que han salido a la venta está la de “Deadly Sins”, con Labbits de 3″ intervenidos por el sudrafricano Kronk, así como también los “Happy Labbits”, quienes en vez de traer un cigarrillo en la boca portan un bigote, un caramelo, un helado o un hueso. También hay otras ediciones especiales como la navideña o la del gay pride.

Imagen: Kid Robot
Imagen: Kid Robot
Foto: Kid Robot
Foto: Kid Robot

Recientemente, Kozik hizo una alianza con la editorial de cómics Marvel, con la que tomó a 10 de sus personajes más representativos para recrearlos en su versión de conejillo, entre los que está Wolverine, Red Skull, Dr. Octopus y el archienemigo y hermano de Thor, Loki.

La colaboración más nueva que ha llevado a cabo con KidRobot es la serie “Dunny Evolved”, en la que junto a otros cuatro artistas como McBess y Huck Gee, plasma su idea de la evolución sobre el lienzo en blanco que implica el conejo de orejas largas y patas cortas que Paul Budnitz y Tristan Eaton crearon en el 2004.

En esta serie próxima a llegar a nuestro país, Kozik sale de sus rasgos característicos y recrea la aparente evolución de un hombre, desde el organismo con branquias para respirar, pasando por el cavernícola hasta el humano espacial.

Ya antes había realizado este tipo de muñecos con el Red Rum y el muñeco de nieve de malas costumbre Crusty.

Imagen: Kid Robot
Imagen: Kid Robot

Paralelamente a su trabajo como uno de los más grandes diseñadores de juguetes, que en octubre pasado le hizo acreedor al Designer Toy Awards 2013 como Artista del año, Kozik realiza otro tipo de diseños independientes de sus conejos o figuras lanzadas mundialmente con la compañía del niño robot.

Como mencionamos al inicio, Frank Kozik está fuertemente influenciado por la dictadura española de Franco, que se refleja en su obra en forma de bustos de los grandes represores del mundo pero con un giro, ¿te imaginas a Lenin con un sombrerito de cumpleaños?

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Quizá es por sus diseños políticamente incorrectos que  en 2007 fundó su propia marca “Ultraviolence” con la que lanza ediciones no tan limitadas de su obra, pero sí más complejas en cuanto a su contenido, según dice en su página web oficial.

Bajo esta línea ha fabricado distintas piezas como los típicos soldados de plástico con los que juegan los niños pero a gran tamaño, bustos del Ché Guevara que tienen por cara sólo un cráneo, otro del legendario personaje de “A Clockwork Orange”, Alex DeLarge, e incluso reinventar a éste junto a sus “drugos” con forma de conejo.

A la fecha, el hombre que apenas pasa de los 50 años se reparte entre los toys, los diseños independientes, las animaciones, los carteles de concierto y con mensaje social y sus colaboraciones publicitarias. Todo eso, desde un pequeño estudio en San Francisco.

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