Por David Moreno
Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo/LaCiudadDeportiva).- En el cine se dice que un actor secundario tiene un papel que es necesario para brindarle contexto a la trama. Su rol también suele servir para darle mayor relevancia al protagonista del filme, su presencia es realmente necesaria y sin ellos la película no tendría posibilidades de existir. La Academia de Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos comenzó a darle importancia a estos actores en 1936 cuando entregó por primera vez el Oscar al Mejor actor de reparto. El primer ganador fue Walter Brennan por una película titulada Come and Get It y a partir de entonces grandes actores han sido reconocidos por trabajos memorables. Antony Quinn por Viva Zapata en 1952, Frank Sinatra al año siguiente por Here From Eternity, el genial Peter Ustinov por Espartaco de 1960 y en años recientes gente como Joe Pesci por GoodFellas, Chris Cooper por Adaptation o Javier Bardem por No Country for Old Men, han sido reconocidos por la Academia por personificar roles memorables en la gran pantalla.
El deporte también tiene a grandes protagonistas que suelen aparecer constantemente en los encabezados de las planas deportivas. En el caso de las disciplinas de conjunto tenemos nombres que históricamente suelen aparecer en los titulares de los periódicos. Michael Jordan, Pelé, Maradona, Ronaldo o Messi suelen llevarse la gloria por sus grandes actuaciones. Pero, evidentemente, no pueden llegar solos a esos niveles. A su lado los directores técnicos o entrenadores deben poner a grandes jugadores que les ayuden a mejorar su actuación en la cancha, que puedan llevar el drama representado en un rectángulo verde a un gran final.
Piensen por ejemplo en Jordan. Llegó a los Toros de Chicago en 1984. Desde el primer momento destacó como un gran jugador pero algo faltaba para poder llegar a ser campeón de la NBA. Fue hasta 1987 cuando un jugador surgido de una pequeña universidad de Arkansas se incorporó a las filas de los Bulls. Su nombre: Scottie Pippen. Pippen jugó perfectamente el rol de actor secundario. Su juego ayudó a Jordan a subir su nivel y al mismo tiempo era capaz de echarse al equipo a los hombros en algunos momentos del juego cuando Jordan salía del partido para descansar algunos minutos en la banca. Pippen era un jugador muy completo, capaz de ganar rebotes en la tabla, realizar fantásticas asistencias y tirar de media o larga distancia. Jordan le debe en gran medida a Scottie sus seis anillos de campeón de la NBA.
Otro ejemplo. En el Real Madrid de nuestros días, los reflectores suelen apuntar hacía el comandante Cristiano Ronaldo. Atlético, espectacular, potente y letal en campo abierto, Cristiano es el actor principal por antonomasia. Pero hay algo en el Madrid que deja de funcionar cuando un jugador desaparece del medio campo merengue. Discreto, elegante, intenso, enorme en el trabajo de recuperación de la pelota y con una gran visión de campo, Xabi Alonso es un actor de reparto necesario durante los noventa minutos que suelen durar los relatos del Real Madrid. Alonso nunca ocupará las principales marquesinas, pero su rol es preponderante para que el esquema táctico propuesto por Ancelotti llegue a buen fin durante cada uno de los capítulos que semanalmente escribe el Madrid en el Bernabéu y otros campos de España y Europa.
Y así , en la historia de los deportes de conjunto existen otros grandes actores de reparto: Mark Duper en los Delfines de Miami de Dan Marino, Jairzinho en el Brasil de Pelé de 1970, Careca en el Napolés de Maradona, Xavi e Iniesta en el Barcelona de Messi o Kevin McHale en los Celtics de Larry Bird, son ejemplos de cómo las grandes figuras necesitan a su lado a personas capaces de jugar un rol importante en el campo de juego para convertirse en súper estrellas.
La pregunta es, ¿puede un actor de reparto ocupar el lugar del estelar? Eso es realmente complicado. Basta con recordar lo que le sucedió a Pippen durante el retiro momentáneo de Jordan para irse a probar suerte en el beisbol. Si bien logró llevar a los Toros a los play offs de la liga, nunca pudo llevarlos a un campeonato. Scottie y Michael se necesitaban mutuamente y me parece que al final ambos entendieron el personaje que debían interpretar para encumbrarse en la cima del basquetbol mundial.
Los actores de reparto reciben en el cine un reconocimiento muy importante, en el deporte quizá haga falta un premio que también les valore. En unos días más, la FIFA entregará el Balón de Oro al mejor jugador del año. Messi, Ronaldo y Ribéry están nominados para obtenerlo. Nadie discute sus méritos individuales como jugadores, pero valdría la pena también generar un reconocimiento para aquellos jugadores que les han ayudado a elevar su nivel como actores principales del drama futbolístico, pues sin ellos muy probablemente estarían destinados a brillar intermitentemente en el universo deportivo. Sin duda los actores de reparto del universo deportivo lo merecen.
