México, 17 Abr. (Notimex).- Para Elizabeh Cámara, directora del Cenidi “José Limón”, la coreógrafa y bailarina chihuahuense Lin Durán (1928-2014) no necesita de grandes galas para ser una mujer con presencia, personalidad y elegancia, pues sólo su estar provoca respeto a su calidad académica.
Originaria de Chihuahua, Chihuahua, Durán, fallecida ayer, se desempeñó como maestra en la Academia de la Danza Mexicana y en el seminario de Danza Contemporánea.
A decir de quienes tomaron cátedra con ella, Durán siempre demostró pasión por la reflexión, además de que los motivó a valorar el proceso del cambio y la experiencia del otro.
Bajo ese tenor, la coreógrafa y bailarina Jenet Tame sostiene que el pensamiento de Lin Durán siempre estuvo preocupado por cómo integrar a los bailarines en libertad para desencadenar la imaginación y ser la semilla para cualquier proyecto coreográfico.
Poseedora de una capacidad extraordinaria de reflexión, análisis y síntesis, Durán inició sus estudios artísticos en 1945, con destacados profesores como Seiki Sano y Guillermina Bravo, de acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Su formación profesional comenzó en 1948 en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y fue integrante del Ballet Waldeen y de la Academia de la Danza Mexicana.
En su perfil biográfico, el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza “José Limón” cita que en 1960, Durán se inició en periodismo cultural con el tema de la danza y el ballet.
Considerada el cerebro de la danza en México, la chihuahuense fundó la primera escuela para la formación de coreógrafos, hoy Centro de Investigación Coreográfica (CICO-INBA), y forjó instituciones como la Escuela Nacional de Danza Contemporánea del INBA y las Escuelas Vocacionales de Arte.
Silvia Durán escribió sobre la bailarina: Siempre tuvo una gran responsabilidad con la materia que juzga: la danza, ella mira, observa, estudia antes de emitir sus opiniones en constante renovación y continua reflexión.
“Conoce la danza de principio a fin, la estudia desde la ejecución por el recuerdo de sus vivencias y la experiencia que le dejó ser bailarina en los momentos de construcción de la danza en México”, agregó.
El Cenidi-Danza, del que fue su directora, ha publicado sus libros “La humanización de la danza”, “Manual del Coreógrafo” y “Caleidoscopio de la forma artística”.
