Ciudad de México, 17 de junio (SinEmbargo).- Arriesgando su vida, con pocos o nulos recursos, así han logrado salvar vidas gran cantidad de héroes en nuestro país, dando esperanza a quienes ayudan.

Ya sea combatiendo al fuego, luchando contra los criminales o alimentado a los migrantes, en México hay personas que sobresalen por socorrer a quien lo necesita, como es el caso de “Las Patronas” de Veracruz, que reparten comida y agua entre los indocumentados que viajan en “La Bestia” en busca del sueño americano o Miriam Hernández Mendieta, quien en 2009 se convirtió en la primera mujer en ser nombrada Policía del Año por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal por haber logrado someter a tres delincuentes armados.

Pero existen otros casos en los que las personas se encuentran en el momento indicado en que ocurre alguna tragedia, y sin pensarlo, buscan la forma de ayudar, tal como lo hicieron los habitantes de Hermosillo, Sonora, quienes rescataron a decenas de niños del incendio de la guardería ABC el 5 de junio de 2009 o el pequeño Judas Alberto Parra Torres, quien en el mismo municipio salvó este año a sus dos hermanitos del fuego que consumió su casa.

Ejemplos hay muchos, pero no todos son reconocidos y quedan en el anonimato, pues sus acciones no fueron realizadas para ganar fama, sino con el simple propósito de colaborar.

POLICÍA SOBRESALIENTE 

Miriam Hernández Mendieta se convirtió en diciembre de 2009 en la primera mujer en ser nombrada Policía del Año por la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF), después de que el 9 de enero de ese mismo año se enfrentó y capturó a tres asaltantes armados que habían atacado a un transeúnte en la delegación Álvaro Obregón.

Con 10 años de antigüedad en la corporación, Hernández Mendieta fue reconocida por su trayectoria, alto espíritu de lealtad y decisión.

Además, recibió una medalla y un cheque por 50 mil pesos como premio al Policía Distinguido de la Ciudad de México 2009.

Ella expresó que nunca esperó el reconocimiento.

LOS HÉROES DE LA GUARDERÍA ABC

El 5 de junio de 2009 un incendio en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, cobró la vida de 49 niños y dejó más de 70 heridos, todos menores de cinco años.

Se trata de una de las peores tragedias en la historia de México, pero la cifra de pequeños afectados pudo haber sido mayor de no ser por la ayuda de cuerpos de emergencia y vecinos del lugar, que arriesgando su vida, hicieron todo lo posible para ayudar a los menores.

Francisco López Villaescusa, entonces de 21 años, se ganó la simpatía y el agradecimiento de padres de familia cuando decidió derribar las paredes de la estancia infantil con su camioneta. Fue por el vehículo a su domicilio, llegó al inmueble en llamas lo más rápido que pudo -narraría después- y dijo “háganse a un lado que voy a tirar las paredes”, y en reversa, logró abrir enormes boquetes en las paredes por donde policías y otros vecinos entraron rápidamente para sacar a los niños.

Su valentía fue ampliamente reconocida y en agosto de ese mismo año, el entonces Senador priista Manlio Fabio Beltrones, a través de la fundación “Beltrones”, le obsequió una pick up Silverado 2009, color blanco.

Otro hombre que ayudó en el rescate fue Rosario de Martín Raymundo, quien se encontraba trabajando en las oficinas de la gasolinera que está en contraesquina de la guardería. Sus empleados le avisaron que se estaba quemando el inmueble con niños adentro. Lo acompañaron Odón y José Ángel.

Rosario, especialista en Protección Civil, corrió con extintores y de inmediato intentó ingresar por una puerta anexa a la entrada principal, pero estorbaba una cuna.

Debido a su experiencia, instruyó a las personas sobre cómo ingresar al lugar. Además, intentó salvar a un pequeño dándole respiración boca a boca, pero ya había muerto.

Por su parte, Martín Vázquez Mendoza, supervisor de marketing telefónico, rescató a más de ocho niños retirándolos de la zona de riesgo. Jorge Maldonado, trabajador de un supermercado, corrió con un extintor y rescató a tres pequeños al entrar por una ventana que rompió. Alejandra Estrada y Luis Angel Carrillo, padres de una niña de la guardería, ayudaron a varios menores y los llevaron en una patrulla de la Policía Estatal al hospital más cercano.

Y como ellos, muchas otras personas salvaron vidas: Ángel García Valdez, César Said Romo Noriega, Roberto Bustamante Rodríguez, Juan Carlos Castro Durán, José Luis García, José Heriberto Soufflé, Manuel Gutiérrez Amaya, Samuel Valenzuela Méndez, Héctor Median Ríos, Francisca Moreno, Alejandro Ibarra Gutiérrez y Ofelia Quintero Guerrero.

Así como al bombero Jesús Díaz Ruelas, quien aún cuando era su día de descanso, fue el primer vulcano en llegar al lugar y empezar con las labores de rescate, y Luis Becerra, socorrista voluntario.

A todos ellos, el entonces Gobernador Eduardo Bours les entregó la medalla “Orgullosamente Sonorense”.

“EL HÉROE DEL METRO”

El 18 de septiembre de 2009, Luis Felipe Hernández Castillo realizaba pintas en las paredes del Metro Balderas de la Línea 3 cuando Víctor Manuel Miranda Martínez, un policía bancario, se acercó para pedirle que dejara de hacerlo. Como respuesta recibió un balazo que acabó con su vida.

El caos reinó en el transporte público que en ese momento se encontraba en hora pico.

Posteriormente, Esteban Cervantes Barrera, de 58 años, salió del vagón en que viajaba rumbo a su domicilio en Valle de Chalco, para intentar detener al hombre armado.

El “héroe del Metro”, como fue llamado, provenía del centro Comercial Gran Sur, ubicado en Periférico y avenida Aztecas, en donde realizaba labores de albañilería, soldador y laminero.

Nadie le ayudó, y en el forcejeo con Hernández Castillo, éste le disparó en la cara y lo asesinó.

El entonces Jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, indicó que Esteban Cervantes era “un héroe para la ciudad y para todos”.

Reveló que su familia recibiría un seguro al igual que el policía.

Luis Felipe Hernández Castillo fue detenido y trasladado a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

UNA GRAN MAESTRA

El 27 de mayo de 2011 se registró una balacera en Monterrey, Nuevo León, cerca de un kinder en el que ese momento había niños tomando sus clases diarias.

En vez de entrar en pánico, la maestra Martha Rivera conservó la calma y salvaguardó la seguridad de los menores a su cargo.

La mujer trató con dulzura e inteligencia a los niños durante la refriega, les pidió que se tiraran al suelo, asegurándoles que nada les iba a pasar.

Posteriormente, comenzó a cantar con los niños.

Tres días más tarde, Rivera recibió un reconocimiento de manos de Rodrigo Medina de la Cruz, Gobernador de Nuevo León.

“Me siento muy orgullosa, principalmente de los niños. Ellos me dieron el valor y el coraje para actuar como lo hice”, dijo la maestra.

UN NIÑO MUY VALIENTE

Judas Alberto Parra Torres es un niño de apenas cinco años, que el pasado 6 de marzo, sin pensarlo dos veces, rescató a sus hermanitos pequeños de un incendio en su domicilio, ubicado en Hermosillo, Sonora.

Sus papás no se encontraban en casa, su padre estaba trabajando y su madre había salido a la tienda, por lo que el pequeño estaba solo en compañía de sus hermanos cuando comenzó el percance. Judas se apresuró a tomar de la mano a su hermana Leynaly de tres años y  Juan Pablo, de dos, para llevarlos a la casa de una vecina.

Cuando el Departamento de Bomberos llegó a la vivienda, ésta se hallaba totalmente consumida por el fuego, que inició por el sobrecalentamiento de un foco sobre un sillón.

El llamado “niño héroe de Sonora” se ganó la simpatía de la comunidad y junto con sus hermanitos fue trasladado a la Casa Hogar Unacari, donde permanecieron 15 días para luego ir a vivir a casa de sus abuelos maternos, pues se sospechaba que en su antiguo hogar eran víctimas de maltrato.

En el marco del pasado Día del Niño, Judas se convirtió en Gobernador de Sonora por un día.

Acompañó al Gobernador Guillermo Padrés Elías en sus eventos públicos y privados, en su calidad de mandatario estatal por un día, nombramiento que por primera vez se realizó en Sonora.

“He trabajado con mi tío el Gobernador en donde él trabaja y vine en la camioneta de mi tío, me llevó a su trabajo, hicimos el trabajo que nos dijeron, me gusta jugar y trabajar”, indicó el menor.

AYUDANDO A LOS QUE NO TIENEN VOZ

Las asociaciones protectoras de animales han ayudado a cientos de animales que han sido abandonados por sus dueños en la calle, que tienen algún tipo de discapacidad, son viejitos o han sufrido algún tipo de agresión.

En las redes sociales es común encontrar a estos grupos que pugnan por un trato digno a los animales y que rescatan, rehabilitan y ayudan a estos seres que no tienen voz.

Milagros Caninos, el primer santuario de perros en México, encabezado por Patricia Ruiz, es una de las fundaciones que más ha luchado en favor de los perros. En este lugar es posible encontrar a canes torturados, ciegos, mutilados, viejos, con cáncer o violados que reciben una nueva oportunidad.

Uno de esos seres es Pay de Limón, víctima de la banda criminal de Los Zetas, quienes le fueron amputando los dedos -como práctica para después hacerlo con las personas- hasta dejarlo sin patas. Fue rescatado de la basura y llevado al santuario, donde apoyados en donativos, le dieron al can unas prótesis de aproximadamente 80 mil pesos para que volviera a andar.

“LAS PATRONAS”

Desde hace 15 años, este grupo de mujeres de Amatlán de los Reyes, Veracruz, se encarga de dar alimento a los migrantes que circulan sobre las vías por donde pasa “La Bestia”, con rumbo a Estados Unidos, en búsqueda de mejores oportunidades de vida.

En diciembre pasado, Norma Romero Vázquez, integrante de “Las Patronas”, comentó a la agencia Notimex que para ellas ni las fiestas decembrinas ni de año nuevo las hace detener su labor.

“Nosotros trabajamos porque sabemos que van a pasar, ahí estamos y es algo que no nos dejaría, no podríamos cenar tranquilas sin pensar en el migrante, nosotros cenamos siempre y procuramos que el migrante también coma”, expresó.

Cuando el tren se acerca al municipio, una decena de mujeres los esperan a un costado de las vías con bolsas de comida, botellas de agua y alguna prenda de vestir que les son entregadas a los migrantes, en su mayoría centroamericanos.

Cuando escuchan el silbido de la bestia, recogen los almuerzos hechos con donativos de la población e instituciones civiles, los colocan en carretillas y salen al encuentro de los viajeros.

En abril pasado se anunció que el grupo sería condecorado con el Premio Nacional de Derechos Humanos, el cual dedicaron a los migrantes y a las personas que las apoyan en su labor.

COMBATIENDO AL FUEGO DURANTE 45 AÑOS

El superintendente Raúl Esquivel, mejor conocido como “Jefe Vulcano”, tiene 45 años trabajando en el Heróico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, del que es director.

Este hombre duerme apenas cinco horas al día y atiende desde su oficina o personalmente los 300 llamados de auxilio que a diario surgen en las 16 delegaciones del DF, además de que es considerado uno de los funcionarios capitalinos más tuiteros, pues desde su cuenta en la red social informa sobre las emergencias que se presentan en la estación.

Pese a que se le acusa de nepotismo, de permitir el cobro de 50 pesos por exámenes de admisión a la corporación, de nunca haber sido un bombero de calle y hasta de prepotente,  el “Jefe Vulcano” dice que no hace caso de los comentarios y que simplemente los olvida poniéndose a trabajar.

En entrevista con El Universal, Esquivel aseguró que lo más difícil para quien convive con la tragedia es no tener el control del tiempo. Un minuto es la diferencia, afirma.

“Recuerdo un incendio en la colonia Oriental que cuando nosotros llegamos estaba completamente prendida la recámara, ya tenía ocho minutos y es mucho tiempo lo que se le dio. Murieron dos niños, de cinco y nueve años. Cuando llega uno y los ve es horrible, pero son más las que que encontramos a las personas con vida”, dijo al rotativo.