La tragedia de Nick Cave y otros famosos que perdieron a sus hijos

17/07/2015 - 12:04 am
Nick Cave y sus hijos en una escena del documental 20 mil días en la tierra. Foto: Especial
Nick Cave y sus hijos en una escena del documental 20 mil días en la tierra. Foto: Especial

Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).- Hace pocas semanas salía en México la versión en español del libro La canción de la bolsa para el mareo, publicado por la editorial Sexto Piso.

Fue una buena oportunidad para volver a hablar del artista nacido en Warracknabeal (Australia), en 1957, particularmente conocido por su trabajo con el grupo Nick Cave & The Bad Seeds, fundado en 1983, una tarea que no ha impedido que se destacara también como escritor y cineasta.

De Cave se conocía el libro Y el asno vio al ángel (Pre-Textos), novela ganadora del Libro del Año 1990 por Time Out Magazine y recientemente se estrenó el documental 20.000 días en la Tierra, que narra 24 horas ficticias en su vida.

Precisamente, en dicho filme dirigido por Iain Forsyth y Jane Pollard, una especie de docudrama en la que Nick es el centro de atención –aun cuando entre otros aparece la mega estrella Kylie Minogue, su gran amiga, con la que grabó “Where The Wild Roses Grow”- hay una escena conmovedora donde Cave comparte una pizza con sus hijos gemelos, Arthur y Earle.

Una noticia desgraciada, de esas que cuesta leer y escribir, dio cuenta este miércoles del fallecimiento de Arthur, quien a los 15 años perdió la vida al caer de un acantilado en Brighton, Inglaterra, donde está el hogar de la familia.

No sólo los fanáticos de la música y la literatura de Cave, se expresaron dolientes en las redes sociales.

Muchos de los que no saben nada de su vida atribulada, de lo mucho que le costó dejar la heroína y de lo unido que estaba a sus pequeños, de todas maneras se pronunciaron solidariamente frente a una tragedia que es considerada la peor por la que puede atravesar un ser humano.

Suele decir el cineasta Francis Ford Coppola que es la tragedia lo que nos define como especie. “Tarde o temprano, una tragedia sobreviene en tu vida y te vuelve a poner los pies en el suelo. No hay manera de escapar de ello, es la cuota de tragedia que todo ser humano tiene que atravesar, la parte de dolor que le toca”, dijo el director de El Padrino y Apocalipsis Now en una entrevista.

Francis sabe de lo que habla, pues el fatídico 29 de junio de 1986 perdió a su primogénito en un accidente absurdo por el que todavía se siente culpable.

Gian Carlo Coppola tenía 22 años cuando fue decapitado cuando la lancha motora en la que viajaba, y que era pilotada por el actor Griffin O’Neal, intentó pasar entre dos embarcaciones que estaban unidas por un cable.

“Era el momento de enfrentarme al hecho de que en lo profundo de mi corazón me sentí culpable. Porque podía haber ido. Él quería que fuese. Pienso que los padres, no importa lo que pase, se sentirán responsables”, dijo el cineasta en 2011, cuando presentaba en Toronto su filme Twixt.

La vida nunca fue igual para el millonario griego Aristóteles Onassis luego de que el 23 de enero de 1973, su hijo Alexander Onassis de 24 años, falleciera en un accidente cuando pilotaba su propia avioneta.

Onassis, dueño de un imperio naviero en Europa y de una interminable lista de propiedades alrededor del mundo, compró la isla Skorpios para sepultar los restos de su hijo, cuya muerte lo sumió en una profunda depresión de la que nunca pudo recuperarse.

En 1975, a dos años del fallecimiento de Alexander, el gran amor de la cantante de ópera Maria Callas y ex esposo de Jacqueline Keneddy, moría en París.

Mucha fuerza requirió el legendario actor Paul Newman (1925-2008) para superar la muerte prematura y a causa de una sobredosis de drogas de su primogénito Scott, fruto del matrimonio con su primera esposa Jackie Witte.

Scott tenía 28 años cuando fue encontrado muerto en la habitación de un hotel en Los Ángeles y, según cuenta el guionista A. E. Hotchner en su libro Paul and me, el famoso actor y empresario nunca pudo superar el sentimiento de culpa que le generaba haber estado lejos de su hijo cuando éste comenzó a tener problemas con el alcohol y las pastillas a las que se hizo adicto luego de sufrir un accidente de motocicleta.

Para el hombre bello y talentoso que fue Paul Newman, su vida llena de éxitos profesionales y personales no compensó del todo el gran fracaso que representó el fallecimiento a edad temprana de su hijo Scott.

Lo mismo le sucedió a la extraordinaria y bella actriz Romy Schneider (1938-1982), considerada el gran amor de Alain Delon (“El primero, el más fuerte, pero lamentablemente también el más triste”, dijo el actor) y quien vivió una existencia amarga, sumida en el alcohol, las drogas y la depresión, luego de que su hijo David Haubenstock falleciera a los 14 años como consecuencia de un accidente en la puerta de su casa.

La hermosa actriz austríaca, recordada por su impresionante protagónico en Sisí Emperatriz, comenzó a escribirle cartas a su hijo –por el que había peleado la custodia con su ex marido, Harry Meyen, quien se suicidó a pocos años del divorcio- como si estuviera vivo.

El adolescente, sin embargo, había fallecido mientras trepaba las verjas de la puerta de su casa, una de las cuales le atravesó el cuello cuando resbaló.

Una canción clásica que siempre nos hace llorar cuando la escuchamos fue la indeseada inspiración para el guitarrista y compositor británico Eric Clapton, quien vivió la tragedia más tremenda de su vida cuando pequeño hijo Conor  cayó de un piso 53 de un rascacielos en Nueva York, en 1991.

“Cuando nos encontremos en el cielo, allí a tu lado, ¿me reconocerás, me llamarás por mi nombre, como aquí?”: así inicia la canción “Tears for heaven”, dedicada a su pequeño y que en 1993 ganó tres premios Grammy, en las categorías “Canción del año”, “Grabación del año” y “Mejor interpretación vocal pop masculina”.

También esta balada alcanzó la segunda posición en la lista Billboard Hot 100 de esa época y aunque no compensa, es todavía un éxito mundial, de esas canciones que estrujan el corazón del oyente desde los primeros acordes.

Marlon Brando, Sylvester Stallone, John Travolta y Mike Tyson son famosos que también han pasado por la muerte trágica de sus hijos, un hecho de la vida y de la muerte difícil de soportar para casi todos, imposible, incluso para algunos.

Ahora le tocó al líder de Nick Cave and the Bad Seeds.

“Era nuestro niño, hermoso, feliz y amado”, escribieron Nick y su esposa Susie en un breve comunicado distribuido a la prensa.

Al borde del acantilado donde murió, Earl, el hermano gemelo de Arthur dejó una nota desgarradora: “Eres el mejor hermano que hubiera podido tener. Te amo tanto. Fue un placer tenerte a mi lado. Nunca te olvidaré”.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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