El edificio que Mies van der Rohe construyó en México, sin siquiera haber conocido el país

17/08/2012 - 12:05 am

El 17 de agosto de 1969, hace 43 años, murió Ludwig Mies van der Rohe, el hombre que marcó nuevos cánones en la arquitectura moderna y que bajo sus lemas “Less is more” (menos es más) y “God is in the details” (Dios está en los detalles) se ganó el título del máximo exponente en la construcción de acero y vidrio en el siglo XX.

Nacido el 27 de marzo de 1886 en Aachen, Alemania, se formó como colaborador en los estudios del arquitecto y diseñador Bruno Paul –entre 1905 y 1907– y del pionero de la arquitectura industrial Peter Behrens –de 1908 a 1911–.

De acuerdo con la Fundación Mies van der Rohe (www.miesbcn.com/), en 1912 abrió su propio estudio en Berlín. A finales de la década de 1920 realizó dos de sus obras maestras más representativas: el Pabellón Alemán para la Exposición Universal de Barcelona de 1929 (para el que diseñó también el famoso sillón Barcelona, de acero cromado y cuero) y la Casa Tugendhat (1930) en Brno (actual República Checa). En ambos edificios utilizó una estructura de pequeños pilares metálicos cruciformes que liberaban el área de la planta, compuesta por espacios que fluyen entre ligeros paneles de ónice, mármol o madera de ébano, delimitados por grandes cristaleras que ocupan toda su altura. La arquitectura de Mies se caracteriza por una sencillez esencialista y por la sinceridad expresiva de sus elementos estructurales.

 

Su influencia se podría resumir en una frase que él mismo dictó, y se ha convertido en el paradigma ideológico de la arquitectura del movimiento moderno: “menos es más”. Su obra se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales, pero su poética radica en la sutil maestría de las proporciones y en la elegancia exquisita de los materiales (en ocasiones empleó mármol, ónice, travertino, acero cromado, bronce o maderas nobles), rematados siempre con gran precisión en los detalles.

Mies dirigió la Escuela de Arte y Diseño de la Bauhaus, uno de los focos principales para la evolución del movimiento moderno, entre 1930 y 1933, fecha en que fue clausurada por el partido nazi. En 1937 emigró a Estados Unidos, donde ejerció el cargo de director de la Escuela de Arquitectura del Illinois Institute of Technology. Desde Chicago se convirtió en el maestro de varias generaciones de arquitectos estadounidenses, además de construir numerosos edificios, entre los que destacan los apartamentos de Lake Shore Drive (1948-1951) o el Crown Hall del IIT (1950-1956). Entre sus obras más emblemáticas de esta etapa destaca el Seagram Building (1958), un rascacielos de 37 pisos de vidrio y bronce construido en Nueva York junto a su discípulo Philip Johnson, y que se convirtió en el paradigma del international style, definido por el propio Johnson en un libro de 1932.

Sin embargo, años antes Mies había realizado su obra maestra estadounidense: la casa Farnsworth en Plano (junto al río Fox, Illinois, 1950), un pequeño refugio delimitado por un muro-cortina de vidrio plano, que se ha convertido en una de las residencias más estudiadas (y también más criticadas) de la arquitectura del siglo XX. Se considera uno de los maestros más importantes de la arquitectura moderna, junto con el suizo-francés Le Corbusier y el estadounidense Frank Lloyd Wright. Su huella ha sido especialmente profunda en EU y la mayoría de los rascacielos construidos por todo el mundo siguen parcial o totalmente sus planteamientos.

VAN DER RHO EN MÉXICO

Aunque nunca conoció México, la huella del maestro quedó plasmado en el edificio administrativo de Bacardí.

Entre 1958 y 1960, los hijos de don Facundo Bacardi adquirieron un terreno de 30 hectáreas en Tultitlán, Estado de México, para construir una destilería. Para realizar el edificio administrativo eligieron a Van der Rohe, mientras que la embotelladora, las áreas de comedor, el centro de reuniones, las destilerías y demás espacios de la planta se asignaron al arquitecto español Félix Candela.

Mies no viajó a México. Cuando diseñó ese proyecto su vida atravesaba por una fuerte transición: se encontraba en Chicago creando sus postulados racionalistas y funcionalistas. Sin embargo, y a pesar de que la obra se hizo a distancia, mediante el teléfono y el fax, Mies planificó el proyecto con todo detalle: el diseño, los materiales, el paisaje, las instalaciones y los servicios.

De acuerdo con Arch Daily México, esa obra, que se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales, fue propuesta por la UNESCO en la categoría Cultural como Patrimonio Mundial el 20 de noviembre de 2001.

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