Niños y niñas de Michoacán usan la voz para integrar a sus comunidades

17/12/2014 - 10:27 pm

México, 17 Dic (Notimex).- Más de 80 niños y niñas del municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, usan la voz como herramienta de integración y se sumergen en el ámbito artístico con el proyecto Coro en Movimiento.

La idea del coro, que reúne a las comunidades de La Mira, Playa Azul y Las Guacamayas, surge a través del programa “Música en Armonía” del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

La antropóloga y especialista en políticas culturales, Carmen Pérez Camacho, consideró esta actividad como un cambio en la perspectiva de las familias que habitan estas regiones del estado y que son vulnerables a la violencia.

“Conformar un coro con tres comunidades distintas, en escenarios distintos y con diferentes expectativas, une esfuerzos de manera comunitaria para consolidarse en una expresión artística”, expresó Pérez Camacho, en declaraciones difundidas por el Conaculta.

Asimismo, Héctor Manuel García, coordinador de la región Morelia de la Unidad de Agrupaciones Musicales Comunitarias del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM), se refirió a los cambios que surgieron a partir de la participación artística en la comunidad.

“Se trata de comunidades donde no existían proyectos culturales de esta magnitud. Cada lugar donde nos instalamos comienza a tener luz y a ser ubicado por la gente que ya sabe que Conaculta está presente en coordinación con las autoridades locales”, indicó.

Al respecto, el director del Coro en Movimiento, Servando Barajas, aseguró que los niños muestran gran interés por esta disciplina y su participación impacta de manera positiva en sus vidas y en las que los rodean.

De este modo, a tres meses del surgimiento del coro, la agrupación permitió recuperar espacios públicos como el Centro Cultural “La Parota”, en la localidad de La Mira, que se reactivó con la presencia de una veintena de miembros del coro.

En la localidad de Las Guacamayas, las clases de canto se imparten en el Centro Cultural Júksïkani, mientras que en Playa Azul los niños y jóvenes de entre ocho y 16 años acuden a las oficinas de la Jefatura de Tenencia.

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