ENTREVISTA | Para conocer a los verdaderos ricos de México: Eugenio Aguirre y “Los burgueses”

18/03/2017 - 12:04 am

Eugenio Aguirre vuelve la mirada hacia el México de la mitad del siglo XX, en el que la cercanía de los acaudalados con el poder les garantizó éxito, a cambio de sumarse a la corrupción social con desparpajo. Un libro de humor y crítica por uno de los historiadores más inteligente de México.

Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).- A través de la dinastía y el imperio creado por el personaje de Don Gastón Suplice, el autor plasma de manera divertida y amena pasajes y anécdotas transmitidas de generación en generación sobre las transformaciones que dieron origen a la sociedad actual, al tiempo que desentraña con simpatía y lucidez gran parte de la historia económica y política que abarca desde el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines hasta el periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz.

El país estaba en pleno crecimiento desde finales de la década de 1940, cuando Gastón Suplice finalmente había logrado procrear un descendiente que crió con todos los lujos que su caudal le permitió hasta hacer de él un auténtico junior. Mientras su padre se dedicaba a los grandes negocios, el muchacho vive la vida loca en compañía de niñas popis y ricos herederos, pero también de algunos proletarios con quienes descubre que esta nación es más grande que esa burbuja de abundancia y desenfreno que lo rodea.

En Los burgueses, editado por Planeta, Aguirre cuenta la vida de los caifanes finos, próceres de la transa de cuello blanco, del compadrazgo y el amiguismo, rebeldes sin causa pero a modo, hippies por aburrimiento, adictos a las gringas de Acapulco y a las modas pasajeras, a los apellidos rancios y a todo lo que era pípiris nice.

–¿Pueden cambiarse las clases sociales en México?

­–Te puedo mencionar el período de López Portillo, hubo una emergencia social donde la gente de clase media pudo comprarse un Volkswagen, viajar a Europa, comprarse un electrodoméstico y fue una etapa de progreso y de bienestar para cierto sector social. Ahora eso se acabó con De Lamadrid y esa clase media las perdió. Pero cuando menos la pudo probar. Con el gobierno de Salinas hubo al principio cierto despunte de las clases medias, pero lo cierto es que las clases bajas, que vienen desde la época virreinal, no se mueve.

–¿México es un país de poca movilidad social?

–Es un país racista en lo económico. No somos racistas, no despreciamos a los demás por el color o por la estatura, sino por los recursos económicos que se requieren. Los que han hecho un dinero se mezclan con la clase media en los hoteles de lujo, pero nunca con la oligarquía que es el tema de esta novela.

­–Ahora estos tres “Gastones” de la novela, ¿son fruto de tres clases sociales?

–No. Digamos es la clase social alta, encumbrada, pero que va evolucionando con las influencias ideológicas y las influencias sociales del momento. Todos los hijos hemos sido parricidas, acorde con nuestros intereses y con nuestro entorno social. Las estructuras de seguridad, de confort, de despilfarro, siempre permanecen estables.

–¿Qué es lo que incorpora usted, la información que el hijo va teniendo?

–Lo que incorporo aquí es el desarrollo del país, de la ciudad de México, de Acapulco, que se va dando de acuerdo con el flujo de dinero que se distribuye. Si Miguel Alemán no hubiera sido un despilfarrador nato, no se hubiera creado Acapulco. Que se convirtió en el centro del jet set internacional, por ejemplo los Kennedy pasaron su luna de miel en el Hotel Villa Vera, que describo en la novela. Hay un dicho popular: Dios los crea y ellos se juntan.

Todos los hijos somos parricidas. Foto: Sandra Sánchez, SinEmbargo

–¿Hay una gran crítica a esa clase social, verdad?

–Sí, el lector tiene que leer entre líneas, pero voy transmitiendo cómo vivieron y viven los ricos de la época. Es una clase social que es muy ajena a la masa de la población. Cómo se satisfacían su tiempo de ocio, en qué lugar se reunían, qué tipo de negocios hacía, qué actividades deportivas tenían…

–Hay una gran diferencia a los ricos de ayer, con los ricos de hoy

–Bueno, lo que tú dice que los ricos de hoy dan agua con sal a los chicos con cáncer, yo digo que son los bandidos de hoy. La clase burguesa tiene un límite, no explota estas situaciones como lo hizo Javier Duarte en Veracruz. Tienen “una escala de valores”.

–¿Duarte no es un burgués, en todo caso?

–No, es un arribista y que llegó al poder para robar. Como hay muchos, pero ellos no pertenecen a esta clase social que yo describo en Los burgueses. Ellos pertenecen al arribismo político.

–La diferencia con estos burgueses, es que hacían muchas cosas para México

–Por supuesto, gracias a su participación se dio lo que se conoce como “el milagro mexicano”. No estaban los offshore, eso se dio mucho tiempo después. Esta gente son dueños de riqueza mexicana, son dueños tal vez de alguna empresa afuera, pero todo su tesoro tiene que ver con México. Yo tuve la oportunidad de convivir con esta clase social, porque estudié en el colegio franco-inglés, ahí conocí a los juniors, a los que fueron juniors en los 60, la mejor época del mundo…

­–Este libro, ¿es el más divertido que ha escrito?

–Uno de los más divertidos, porque yo manejo mucho el humor. Tiene un poco el tono de El Aboganster… Nos permite este libro un planteamiento retrospectivo de cómo ha evolucionado nuestra sociedad. Vengo de estar en Puebla, de cómo ha crecido, el Museo del Arte Barroco es un museo del Primer Mundo. Lo he visto en muchos lados. Ese progreso se ha dado en el país y la oligarquía se ha extendido y es más o menos fácil advertirlo por los centro vacacionales, donde se ven propiedades imposibles.

–Uno ve esa riqueza sobre todo por los excesos del capitalismo…

–Sí, el exceso del capitalismo ha dado poder a estas clases, haciendo más ricos a los ricos. La clase social se ha vuelto inescrupulosa, anti-nacionalista, porque ya está inscripta en la globalización. Es un fenómeno social importante, que a la gente común es importante que lo vea. Es una clase social que ha crecido con la pobreza del país.

¿Quién es Eugenio Aguirre? (Ciudad de México, 1944). Novelista, cuentista y ensayista. Ha sido maestro de la escuela para escritores de la Sogem durante más de quince años. Coordinó la publicación de algunas de las colecciones literarias más destacadas en el ámbito cultural nacional, tales como Lecturas mexicanas (primera y segunda serie) y ¿Ya leISSSTE? Es autor de 52 títulos, entre los que destacan El rumor que llegó del mar, Los niños de colores, Lotería del deseo, Gonzalo Guerrero (Gran Medalla de Plata de la Academia Internacional de Lutèce en 1981), Pasos de sangre (Premio de Literatura José Fuentes Mares en 1986), Victoria, La cruz maya, Isabel Moctezuma, Hidalgo, Leona Vicario, Pecar como Dios manda, La gran traición, Cantolla, el aeronauta, El abogánster, Marieta, no seas coqueta y Templo de sangre; también es autor de los volúmenes de cuento Cosas de ángeles y Los perros de Angagua. Varias de sus novelas y cuentos han sido traducidos al francés, portugués, inglés y alemán. Actualmente protagoniza las cápsulas de divulgación histórica “México y sus laberintos”, transmitidas por Canal 40.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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