Ciudad de México, 18 abr (Sin Embargo).- Al grito de “¡Ladrona, ladrona!”, salió este martes de los tribunales de Sevilla la tonadillera Isabel Pantoja, a quien la justicia española condenó a 24 meses de prisión y a una multa de 1 millón de euros por encontrarla culpable del delito de blanqueo de capitales, en la causa conocida como “Operación Malaya”.
En España, el termómetro de los caídos en desgracia se mide en el museo de cera, donde los convertidos en personajes indeseables de un día para otro, son retirados inmediatamente del recinto.
Así pasó con Jaime de Marichalar cuando se separó de la infanta Elena y pasó con el balonmanista Iñaki Urndagarín, el otro yerno incómodo del rey Juan Carlos, acusado de enriquecimiento ilícito y de tráfico de influencias.
En consecuencia, el museo de cera de Madrid ha procedido a la retirada de la figura de Isabel Pantoja de su exposición, apenas difundido el fallo judicial que la artista apelará y que por otro lado es probable que no cumpla en forma efectiva, es decir, tras las rejas, debido a la falta de antecedentes penales.
UNA VIDA ENTRE EL ESCÁNDALO Y LA POPULARIDAD MASIVA
La muerte temprana del torero Francisco Rivera “Paquirri”, en 1984, a los 36 años, lanzó a la popularidad masiva a su joven viuda, la tonadillera de moda Isabel Pantoja, quien se convirtió a partir de la trágica cornada en Pozoblanco, Córdoba, en “la viuda de España”, país que lloró al compás de “Marinero de luces” la pérdida del matador.
Junto con la tristeza colectiva, crecida por el significado sentimental de esa tonada estremecedora, también llegaron las críticas para Isabel a quien una parte del público y sobre todo la familia de Paquirri acusaron a menudo de lucrar con la memoria del torero.
Con los parientes directos de su marido, además, está enfrentada desde el fallecimiento del matador por cuestiones económicas relacionadas con la herencia.
Si bien el testamento la favorecía, los hermanos y el padre de Francisco Rivera afirmaron que al conocer la muerte de su marido, se apresuró a “saquear” la caja fuerte del matrimonio.
La cantante se quedó con el contenido íntegro de una cuenta en Venezuela que tenía Paquirri y cuyos beneficios correspondían también a los otros dos hijos del matador, los hoy famosos Frank y Cayetano Rivera Ordóñez, frutos del primer matrimonio del torero.
Otro escándalo y otra caja fuerte, según evocan las crónicas de los medios españoles estos días, fue el vivido junto a una amiga cercanísima, la periodista Encarnación Sánchez (1935-1986), a quien Pantoja le debe gran parte de su patrimonio y mucho del apoyo mediático que recibió en los inicios de su carrera.
Sánchez murió de cáncer, luego de lo cual Isabel tuvo que hacer frente a sospechas que aún perduran y que la señalan como la persona que se robó una fuerte suma de dinero de la casa de la fallecida.
Isabel Pantoja también fue acusada de pagar sobornos al tristemente célebre ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, para poder adoptar a su segunda hija en el Perú, “Chavelita”, durante el gobierno de Alberto Fujimori.
En paralelo a la inserción popular que tiene su arte en España, el mayor escándalo alrededor de Isabel Pantoja fue el que por el que hoy corre el peligro de ir a prisión y tiene que ver con su relación con el ex alcalde de Marbella, Julián Muñoz, un ex mesero puesto en la alcaldía por el polémico y carismático empresario Jesús Gil y Gil (1933-2004).
Los delitos referidos en la “Operación Malaya” se remontan a 2005 e intenta detectar y condenar los culpables de un complejo y multimillonario entramado de maniobras inmobiliarias “adornadas” con delitos de cohecho, malversación de caudales públicos, prevaricación y tráfico de influencias, llevados a cabo por autoridades del Ayuntamiento de Marbella, importantes empresarios, abogados e Isabel Pantoja, la famosa tonadillera.
La artista ha sido encontrada culpable de blanquear capitales y de beneficiarse con dinero ilícito, en el marco de la relación amorosa que mantenía con el ex alcalde marbellí, Julián Muñoz, condenado este martes a 7 años de prisión por el mismo delito.
Los abogados de Pantoja ha anunciado que recurrirán la sentencia del juez y se desconoce si la artista cumplirá sus compromisos artísticos el 5 de mayo en Benidorm y el 21 de junio en Sevilla.
Sin embargo, en España, si de algo se habla hoy, además del fallo judicial del que ha sido objeto, es de la capacidad de Isabel Pantoja para meterse en problemas y salir de ellos con la frente erguida, la mirada alta y la firme entonación de esas canciones que tanto disfruta el público que la sigue.
