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Arnoldo Cuellar

18/05/2017 - 12:00 am

También en Guanajuato, la locura está de moda

Destaca, por su investidura y por la desmesura, la oración del Gobernador Miguel Márquez del fin de semana pasado en una ceremonia católica, donde entregó “A Dios y su divina voluntad todo lo que somos y todo lo que tenemos en este estado”. Lo hizo además “como Gobernador del estado de Guanajuato”.

Destaca, por su investidura y por la desmesura, la oración del Gobernador Miguel Márquez del fin de semana pasado en una ceremonia católica, donde entregó “A Dios y su divina voluntad todo lo que somos y todo lo que tenemos en este estado”. Lo hizo además “como Gobernador del estado de Guanajuato”. Foto: Especial.

Alguna vez escuche de Juan José Rodríguez Prats, entonces un destacado parlamentario priista, hoy militante panista, su definición de político, sin aclararme si era original o tomada de alguien más:

Palabras más, palabras menos, me dijo: “un político es aquella persona que se desvela para que usted duerma tranquilo”.

Aunque es solo una figura retórica, parece captar muy bien la esencia de lo que uno esperaría de un representante popular, elegido mediante el voto y que ha jurado servir a su comunidad empleando la ley como instrumento.

En esta definición deberían entrar también los dirigentes de los partidos políticos, quienes reciben sueldos provenientes de fondos públicos y presiden organizaciones que persiguen el bienestar de la sociedad.

Sin embargo, por lo que vemos hoy en Guanajuato, nuestros servidores públicos están pensando en cualquier clase de cosas disímbolas, pero no en la tranquilidad de sus gobernados y menos en la búsqueda de mecanismos para lograrla.

Hagamos un recuento.

Márquez o la fe

Destaca, por su investidura y por la desmesura, la oración del Gobernador Miguel Márquez del fin de semana pasado en una ceremonia católica, donde entregó “A Dios y su divina voluntad todo lo que somos y todo lo que tenemos en este estado”. Lo hizo además “como Gobernador del estado de Guanajuato”.

La falta jurídica es grave. Como Gobernador, el mandatario solo puede hacer lo que la ley le permita y en ninguna parte está la de someterse a ritos religiosos de cualquier naturaleza y ofrendar nada, así sea simbólicamente. Debería tener consecuencias si en Guanajuato existiese división de poderes o por lo menos una oposición digna de ese nombre.

Pero es peor el agravio político. Márquez se ha mostrado incapaz de conducir los amplios recursos del estado para frenar el deterioro de uno de los principales valores de la convivencia social: la seguridad. Sus decisiones han sido equivocadas a la vista de sus resultados, como la inversión en Escudo, que seguimos pagando.

Ante la falta de resultados de sus colaboradores, el Gobernador no solo es incapaz de llamarles la atención, mucho menos rescindirles sus cargos, sino que insiste en otorgarles todo su apoyo, por lo menos públicamente, aunque tras bambalinas vaya a refugiarse en los brazos de la Sedena, lo que tampoco será gratuito.

De modo que si Márquez no puede dormir, no parece ser precisamente porque esté ocupado trabajando para que sus gobernados durmamos tranquilos, sino para ver como repara las equivocaciones cometidas y evitar que se le compliquen en el fin del sexenio. Ni proyecto Escudo, ni la base militar de Irapuato son respuestas que piensen en la sociedad, sino en la tranquilidad del Gobernador.

Rezar es muy respetable, pero eso es lo que les queda a los ciudadanos desamparados, no a un gobernante que maneja un presupuesto de 75 mil millones de pesos, que dispone de mando de la fuerza pública y tiene la responsabilidad de perseguir los delitos del fuero común. Se llama división del trabajo.

Sin embargo, Márquez no es el único al que las fatigas de la población de Guanajuato por el alza de la violencia, los asaltos a domicilio, las muertes de jóvenes en asaltos en calles céntricas, parecen tenerlo sin cuidado.

Rodríguez y Torres: sequía de imaginación

En las mismas circunstancias están los dos políticos que aspiran a sucederlo: su propia creación, Diego S. Rodríguez Vallejo; y su Némesis, Fernando Torres Graciano.

Este fin de semana, el secretario de Desarrollo Social y el senador de la República se dedicaron a competir alegremente en la exhibición de músculo masivo, empleando escenografía del género femenino, quizá con motivo del reciente día de las madres, quizá por estar de moda la reivindicación de género.

Sin embargo, ambos eventos, uno en Salvatierra y otro en Silao fueron claras muestras de lo que el PAN piensa que es la participación femenina: simple telón de fondo y carne para el acarreo. Ni el membrete de la Cámara Nacional de la Mujer ni la Coordinación de Colonias Populares de Silao, parecen creer en la perspectiva de género, pero si en el aprovechamiento electoral de la participación femenina.

Sin embargo, dice mucho de quienes aspiran a gobernar Guanajuato que esta sea la respuesta a uno de los reclamos que más crecimiento ha tenido en los tiempos recientes: equidad de género en las políticas públicas, representación paritaria en cargos públicos, freno a conductas machistas y misóginas y alto a la violencia de género.

¿En serio, solo para esto les alcanza a los precandidatos panistas y a sus asesoras, como las diputadas y senadoras que los acompañaron a estos actos sin sonrojarse? Que pena.

Humberto Andrade o la procrastinación

La distracción a la que suelen ser proclives los políticos alcanza grados de excelsitud en los dirigentes del PAN estatal, Humberto Andrade y Alfonso Ruiz Chico, ambos autores de sendos artículos publicados en medios locales (por cierto cada uno publica en diarios donde sus directores son familiares, qué curioso) que abordan con gravedad digna de mejor causa la situación política… en Francia.

Hubo épocas así en el PRI del siglo XX, cuando los más lúcidos analistas de ese partido podían disertar sobre las crisis sociales de cualquier parte del mundo, menos de las mexicanas.

Pues hoy si queremos saber algo de lo que está pensando Humberto Andrade, quien ya no suele dar entrevistas ni ruedas de prensa, debemos recurrir a su artículo dominical para enterarnos del “aire fresco” contra el populismo (de derecha por cierto) que representa el triunfo de Emmanuel Macron.

Por cierto hay que hacerlo en un artículo donde el 60 por cientos del contenido son citas del propio discurso triunfal del nuevo presidente francés, lo que habla de una indudable pereza mental del autor. A lo mejor alguien tendría que decirle al dirigente panista que lo que Macron representa, sobre todo, es un rechazo a los partidos tradicionales y el respaldo a un movimiento independiente, quizá entonces su entusiasmo se enfríe un poco.

Vayan estos ejemplos a manera de apuntes sobre lo que se deja ver como una inobjetable crisis de imaginación y de operación del partido político que ha gobernado Guanajuato por 25 años.

Sus oponentes no están mejor, ni siquiera por la cantidad de “áreas de oportunidad” que les ofrecen desde el PAN-gobierno. Pero eso será materia de otra entrega.

Arnoldo Cuellar
Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981. Autor del blog Guanajuato Escenarios Políticos (arnoldocuellar.com).

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