Brasil estalla en violentas y multitudinarias revueltas, las manifestaciones son contra el Mundial

18/06/2013 - 5:07 am

Río de Janeiro/Brasilia/Sao Paulo, 17 jun (dpa) – Violentas y multitudinarias revueltas populares estallaron hoy en al menos 11 ciudades brasileñas, en las que hubo enfrentamientos entre policías y manifestantes, edificios invadidos y depredados, además de varios heridos.

Las manifestaciones, contrarias a la realización de la Copa Confederaciones y el Mundial de 2014, al aumento de las tarifas de transporte público y la represión policial ocurrida en protestas anteriores, comenzaron en general pacíficas, pero se radicalizaron violentamente en las cuatro principales ciudades del país: Río de Janeiro, Sao Paulo y Belo Horizonte, las tres de mayor poder económico, y Brasilia, la cuna del poder político.

MILES DE PERSONAS SE VUELVEN A CONCENTRAR EN BRASIL CONTRA ALZA DE TRANSPORTE

En la capital federal, la manifestación arrastró a las calles a unas 7 mil personas que llegaron al Congreso Nacional e intentaron invadirlo.

Tras varias horas de tensión, durante las cuales fueron quebrados algunos vidrios, Tropa e Choque de la Policiía Militarizada ingresó por los fondos del edificio, reforzó la seguridad del lugar e inhibió al grupo, que acabó dispersándose.

En Sao Paulo, donde estallaron las primeras manifestaciones a raíz de un aumento del costo del transporte, la manifestación convocó a unas 65.000 personas, según el Instituto Datafolha, y fue pacífica hasta los últimos momentos, cuando un grupo de manifestantes intentó invadir la sede de la gobernación provincial y llegó a querer forzar la puerta principal del Palacio Bandeirantes, sin conseguirlo.

La quinta marcha realizada en Sao Paulo se celebró después de que el principal grupo convocante, el Movimiento Pase Libre, llegara a un acuerdo con las autoridades, que se comprometieron a no usar balas de goma como en las movilizaciones anteriores, cuando decenas de personas resultaron heridas.

A las consignas vinculadas directamente con las reivindicaciones de la marcha, se sumaron, precisamente, cánticos que aludían a la violencia policial perpetrada durante la marcha anterior, el jueves pasado.

“¡Qué coincidencia! ¡No hay policía, no hay violencia!”, vociferaba la multitud.

La más violenta de las protestas tuvieron lugar en Río de Janeiro, donde los manifestantes, unos 100.000 según Datafolha, llegaron hasta la sede de la Asamblea Legislativa e intentaron invadirla.

Mientras un grupo apedreaba y arrojaba bombas molotov contra el Palacio Bandeirantes, rompiendo gran parte de los vidrios de la fachada, y otros destrozaron al menos cinco agencias bancarias y encendieron enormes fogatas en la puerta misma del edificio, dejando dentro del mismo a 78 efectivos policiales, algunos de ellos heridos, bajo amenaza de incendiarlo.

También fueron destruidas las fachadas de locales comerciales, y al menos dos vehículos fueron incenciados. Bares y restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas más temprano, con temor a ser víctimas de los actos de vandalismo.

En determinado momento los activistas consiguieronn ingresar por una ventana lateral del edificio, pero no hubo informaciones si efectivamente entraron al interior del mismo.

Al menos siete manifestantes sufrieron heridas, indicó la televisión, mientras que 20 policías resultaron heridos.

La policía está usando bombas de gas lacrimógeno y spray pimienta para dispersar a la multitud.

La reivindicación central, al igual que las que se registraron hoy a lo largo y ancho de Brasil, es contra el aumento del precio del pasaje de transportes, pero los activistas aclaran que la protesta “va más allá”.

“No es por los centavos (de aumento). Esto es una demanda reprimida, reflejo de la falta de perspectiva de los jóvenes. El transporte también es pésimo. Andamos en chasis de camión travestido de autobús”, dijo un participante de la marcha, de 56 años.

Al grito de “Si el pasaje no baja, Río para”, los manifestantes recorrieron varias calles céntricas de la capital fluminense.

El presidente de la Asamblea Legislativa de Río, Paulo Melo, calificó como “acto de terrorismo” la invasión a la sede de la Asamblea Legislativa.

“Es un desorden, un relajo. Cuando un acto agrede y pone personas en riesgo deja de ser democracia para convertirse en anarquía”, dijo Melo.

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