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Nicaragua en llamas: estudiante narra cómo los leales a Ortega lo torturaron y violaron (VIDEO)

18/07/2018 - 3:30 pm

Las protestas en Nicaragua contra el Presidente Daniel Ortega han dejado ya 350 muertos. Hoy se cumplen tres meses de que comenzaron las protestas, y la arremetida oficialista es cada vez más sangrienta. Nicaragua amaneció hoy en una tensa calma tras la violenta toma ayer de la ciudad de Masaya por parte del Gobierno. Los ciudadanos  que piden la salida del poder de Ortega denuncian que las “fuerzas combinadas”, fuertemente armadas e integradas por policías, antimotines, parapolicías, paramilitares y grupos oficialistas, recorren las calles de las principales ciudades del país.

Los manifestantes denunciaron que las fuerzas oficialistas realizan una búsqueda casa por casa, sin orden judicial, de los jóvenes que huyeron el martes de Masaya, que se había declarado “territorio libre del dictador” en junio pasado.

–Con información de OpenDemocracy, Telemundo Investiga y EFE

Ciudad de México, 18 de julio (SinEmbargo).- Marco Novoa, estudiante nicaragüense de 25 años, llegó a una casa a las afueras de Managua el 24 de mayo con engaños. De ahí lo llevaron a otro lugar donde lo mantuvieron encerrado, encapuchado, y lo torturaron durante ocho días. Él asegura que fueron fuerzas a favor del Gobierno del Presidente Daniel Ortega quienes lo secuestraron y también lo obligaron a grabar videos donde él aceptaba ser parte de una organización golpista.

SinEmbargo reproduce a sus lectores el video, en acuerdo con Telemundo Investiga.

“Me dieron en el estómago varias veces. Me dieron en los testículos. No puedo olvidar eso, porque ya es parte de mi vida. No son personas”, relata el estudiante que tuvo que huir a Miami.

“El torturador llegó y él dice: ‘Mira yo quiero jugar con vos. Vamos a jugar a la ruleta rusa’. Me apuntaba en la cabeza y me hacían el ‘click’. Yo ya pensaba que me iba a morir. ’Te voy a dar algo para que te acordés el resto de tu vida, si salís de aquí’. Y me metieron un mortero en el trasero, en el ano. Y me patieron el mortero adentro, hasta que yo sangraba. Ellos me tomaron video, me aprendí bastantes guiones”, narra el joven.

“Me quitaron mi dignidad, mi humanidad, pero mi corazón está más fuerte que antes”, agrega.

Familiares, amigos y estudiantes opositores al presidente nicaragüense, Daniel Ortega, en el funeral de Gerald Vásquez, uno de los dos estudiantes que murieron cuando un grupo de paramilitares asaltó la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua. Foto: EFE

Marco es uno de las miles de víctimas nicaragüenses, entre ellos al menos 350 muertos y centenares de desaparecidos, que ha dejado la arremetida oficialista de Ortega en contra del movimiento que busca sacarlo del poder que inició con manifestaciones en abril pasado.

“Nicaragua vive el horror de un gobierno que, enquistado en el poder, reprime severamente una ola de protestas civiles hasta convertirlas en un enfrentamiento civil asimétrico entre fuerzas policiales, parapoliciales y grupos irregulares sandinistas de apoyo al gobierno, frente a grupos de estudiantes y manifestantes civiles que se protegen con medios artesanales”, dice Open Democracy en un texto publicado el 16 de julio.

La crisis más sangrienta que Nicaragua ha vivido desde la década de 1980, ha tenido momentos álgidos como los ataques a la ciudad de Masaya y a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).

Hoy se cumplen tres meses de que comenzaron las protestas en contra del Presidente Daniel Ortega. Foto: EFE

LO QUE DEBES SABER DE LA CRISIS… 

La razón principal es la lucha del presidente Ortega por mantener el poder

Este viejo líder sandinista (72 años) lleva más de 21 años en el poder, repartidos en dos periodos (de 1979-1990; y de 2007 hasta la fecha). Se acusa a su partido político, el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional), de cometer múltiples irregularidades electorales para alcanzar y mantenerse en el poder. El FSLN ganó las últimas elecciones de noviembre de 2016 con el 72.49 por ciento de los votos, que le sirvieron para continuar con su control absoluto de todos los poderes del Estado. Su reacción violenta e injustificable en los últimos meses ha subrayado cómo su gobierno se asemeja cada vez más a la dictadura del clan Somoza que él contribuyó a derrocar.

Rechazo popular y detonante de la crisis

Ahora, más del 70 por ciento de la población rechaza la tiranía que Ortega y su mujer Rosario Murillo -convertida en Vicepresidenta en Enero de 2017- ejercen sin piedad sobre una población que lucha y ansia sacarlos del poder. El detonante de las protestas fue la proclamación de una Ley de reforma de la seguridad social deficitaria, que actuó como chispazo para incendiar un terreno muy reseco por años de políticas restrictivas y autoritarias. Aunque Ortega retiró la reforma de inmediato, el país ya estaba en llamas.

Policías nicaragüenses fuertemente armados vigilan antes de la llegada del presidente Daniel Ortega, en Masaya, Nicaragua, el pasado viernes 13 de julio de 2018. Foto: AP

Las violaciones de derechos humanos sistemáticas

En el último mes han sido asesinados 40 nicaragüenses, y desde que se iniciaron las protestas el 18 de abril la cifra asciende a 351, según datos independientes. Dolorosos relatos como la de una estudiante que señaló a BBC: “yo no me dejo agarrar viva, yo ya sé qué es las torturas que ellos aplican”, dan cuenta de la terrible violación de derechos humanos para reprimir la protesta, una prácticas abominables que han dejado un baño de sangre que tiene en alerta máxima a instituciones locales, la iglesia católica, organizaciones, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ante la vulneración sistemática de derechos, con alarmantes cifras como 2 mil 100 heridos y 329 desaparecidos o secuestrados, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.

Los grupos paramilitares resurgen

Han resurgido los grupos armados sandinistas, memoria de la revolución de los años 70, conocidos como “grupos de choque” o “turbas”. Equipados con arsenal del Ejército nicaragüense como RPG 7, ametralladoras PKM y AK-47, y granadas, y a veces montados en potentes pick-ups recién estrenadas, estos grupos paramilitares suponen la mayor amenaza hacia la población civil, dado que recorren las calles vestidos de civil y tienen plena impunidad para usar sus armas de guerra para reprimir la protesta.

En esta imagen, tomada el 8 de junio de 2018, amigos del estudiante de secundaria Chester Chavarría participan en el cortejo joven de la Universidad Autónoma de Nicaragua hasta su casa. Chavarría, de 19 años fue asesinado supuestamente por partidarios del gobierno que atacaron una barricada instalada en la entrada del centro donde se refugiaron. Foto: AP

La oposición está en paro y movilización permanente

La oposición ha sido débil y ha estado muy dividida en los últimos años, pero el descontento social es enorme y la indignación ante la represión indiscriminada del régimen ha provocado la movilización ciudadana que ha logrado organizarse para salir a las calles y exigir unas elecciones cuanto antes. Esta crisis sociopolítica, que se gesta en un descontento que ha ido creciendo en los últimos 10 años, ha acabado por catalizar en una resistencia ciudadana que encuentra ilegítimo el gobierno de Ortega. La represión sangrienta ha sido uno de los motores para que se sumen a la movilización los empresarios y la poderosa iglesia católica nicaragüense con el objetivo de frenar la perpetuación del poder de la dupla Ortega/Murillo y buscar una salida que permita una transición pacífica y democrática hacia un nuevo gobierno.

¿Cuál es la salida?

Las distintas iniciativas de una salida negociada consistente en un adelanto de las elecciones presidenciales han encontrado muchas dificultades y lo que manda en Nicaragua es la represión y el miedo. Quizás el ejemplo del éxito de la represión sangrienta de la oposición venezolana por parte de Maduro el año pasado anime a Ortega a perseverar. Pero aunque es evidente que Ortega pretende mantenerse en el poder a toda costa por medio de la brutalidad y la sangre, puede que, habiendo llegado a este extremo, él esté más preocupado por salir impune de esta crisis que por cualquier otra cosa. La sombra del dictador Somoza le persigue, habiendo hecho de Ortega un tirano incluso más odiado y más longevo.

Familiares y amigos participan, el pasado lunes, en el entierro del joven José Medina, que falleció el pasado fin de semana durante un enfrentamiento entre parapoliciales y manifestantes. Foto: EFE

CRONOLOGÍA DE 3 MESES DE PROTESTAS

– 18 abril.- Comienza las protestas tras la entrada en vigor de las reformas al Reglamento de la Ley de Seguridad Social, que aumenta la cuota patronal y laboral, además de establecer la cotización perpetua.

– 23 abril.- El presidente Ortega deroga las reformas pero las protestas persisten. Se contabilizan manifestaciones en Managua y otras ciudades.

– 24 abril.- La Iglesia católica acepta ser mediador y testigo en la negociación por la crisis.

– 7 mayo.- Los estudiantes se atrincheran en la estatal Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y reivindican justicia social.

En esta imagen universitarios y manifestantes antigubernamentales con la cara cubierta posan para una fotografía en una barricada levantada ante la Universidad Autónoma de Nicaragua. Foto: AP
En esta imagen, tomada el 7 de junio de 2018, el estudiante de secundaria Chester Chavarría recibe primeros auxilios de universitarios en una barricada levantada en la entrada de la Universidad Autónoma de Nicaragua. Foto: AP

– 16 mayo.- Comienza el diálogo en el Seminario de Managua, con Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, así como representantes de los estudiantes y la sociedad civil y el sector privado.

– 23 mayo.- Se suspende de forma indefinida la mesa de diálogo nacional por desacuerdos manifiestos.

– 30 mayo.- La OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Gobierno forman un grupo para investigar los actos de violencia.

– 30 y 31 de mayo se celebran multitudinarias manifestaciones, que se saldan con 11 muertos y dos centenares de heridos.

En esta fotografía del 30 de mayo de 2018, una manifestación enmascarada evalúa una lesión posterior a una marcha antigubernamental que derivó en un enfrentamiento con las policías partidarios del gobierno, en Managua, Nicaragua. Foto: AP
En esta fotografía del 31 de mayo de 2018, jóvenes manifestantes antigubernamentales aguardan detrás de una barricada que estaba cerca del Consejo Supremo Electoral, y uno de ellos sostiene un mortero de fabricación casera, en Managua, Nicaragua. Foto: AP

– 15 junio.- Reanudación del diálogo nacional, que se suspenderá tres días después.

– 18 junio.- La población de Masaya, a 28 kilómetros de Managua, se declara “territorio libre del dictador” en referencia al presidente Ortega, que desde entonces está asediada por fuerzas del orden oficialistas.

– 25 junio.- Se retoma el diálogo, con presencia de la CIDH.

– 7 julio.- Durante 48 horas se desarrollan duros enfrentamientos entre sectores de la población y fuerzas gubernamentales en las ciudades de Jinotepe y Diriamba (Pacífico). Al menos 11 fallecidos.

Miembros de las fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional enfrentan a varios estudiantes. Foto: EFE
En esta imagen, tomada el 8 de junio de 2018, un escritor universitario en honor del estudiante de la secundaria Chester Chavarría, que fue asesinado mientras que se defendió en una barricada en la Universidad Autónoma de Nicaragua. Foto: AP

– 9 julio.- Se suspenden las mesas de trabajo del diálogo por las agresiones sufridas por los obispos en la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba.

– 12 julio.- Multitudinarias manifestaciones en Managua y otras ciudades exigiendo la renuncia de Ortega, en el primero de los tres días de protestas convocados.

– 13 julio.- Sandinistas parten en caravana desde Managua a Masaya dentro de la celebración del “repliegue”, donde se desata un fuerte combate y tiroteo. Dos personas mueren.

– Dos estudiantes fallecen tras los enfrentamientos de desalojo en la Universidad de Nicaragua, en Managua.

– 15 julio.- “Operación Limpieza” de fuerzas combinadas del Gobierno contra cinco ciudades del Pacífico, entre ellas Masaya, Diriá y Catarina. Se producen al menos dos fallecidos.

– 16 julio.- Una docena de países latinoamericanos expresan su preocupación por el conflicto en Nicaragua.

– 17 julio.- Fuerzas combinadas gubernamentales aislan la ciudad de Masaya y lanzan una fuerte ataque contra su barrio indígena de Monimbó.

– 18 julio. Se cumplen tres meses de las protestas. La OEA prevé celebrar un sesión extraordinaria sobre la crisis.

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