Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo/HuffpostVoces).– Cuando Roger Frisch, un concertista de violín con la Orquesta de Minnesota, EU, fue diagnosticado por un trastorno neurológico en 2009, temía que sería el fin de su carrera musical.
Debido a un daño conocido como temblor esencial, Frisch sufría de movimientos temblorosos involuntarios en sus manos, lo cual afectaba su habilidad de tocar el instrumento de cuerdas.
Aunque tomó varios años, unos médicos lograron convencer a Frisch para someterse a la estimulación cerebral profunda, un procedimiento quirúrgico en el que un aparato médico es implantado para enviar impulsos eléctricos a áreas específicas del cerebro.
Los doctores le aseguraron que después de la operación, Frisch sería capaz de activar el dispositivo con un botón, lo que le permitiría controlar su temblor.
Sin embargo, para que el aparato funcione, tiene que ser colocado en el lugar preciso del cerebro. Para ello, el equipo médico puso un acelerómetro en la punta del arco de su violín para transmitir sus temblores en un gráfico en la pantalla de una computadora.
Mientras Frisch tocaba su instrumento durante el procedimiento, los cirujanos observaban la pantalla para determinar dónde deberían implantar el aparato.
Frisch se sometió a la cirugía hace cuatro años y dice que fue todo un éxito. Desde entonces, el violinista ha reanudado su carrera musical y ha continuado tocando con la orquesta.