México, 18 Sep. (Notimex).- El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que Polo continúa su avance hacia el noroeste como huracán categoría I en la escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora y rachas de hasta 150.
A las 13:00 horas el fenómeno meteorológico se ubicaba a 235 kilómetros al suroeste de Manzanillo, Colima, y a 745 kilómetros al sureste de Cabo San Lucas, en Baja California Sur, por lo que continúa activa la zona en alerta desde Punta San Telmo, Michoacán, hasta Cabo Corrientes, en Jalisco.
El organismo precisó que se mantendrá el pronóstico de vientos de hasta 60 kilómetros por hora desde Nayarit hasta Guerrero, con oleaje de dos a tres metros de altura en costas de esas entidades y Michoacán.
Para Jalisco y Colima se prevén olas de tres a cinco metros de altura, así como precipitaciones intensas en ambos estados, Nayarit y Michoacán, así como muy fuertes en Sinaloa y Guerrero, mientras que en Baja California Sur serán menores.
Al mismo tiempo los remanentes de Odile aún favorecen la caída de lluvias fuertes en áreas de Sonora y Chihuahua, así como de 0.1 a 25 milímetros en zonas de Coahuila.
Más al sur, un canal de baja presión localizado en el Istmo de Tehuantepec propiciará lluvias muy fuertes en Veracruz; fuertes en Oaxaca, Chiapas, Campeche y Yucatán, y menores en Tamaulipas, Tabasco y Quintana Roo.
Este fenómeno interactúa con una zona de inestabilidad que tendrá efectos en el noroeste, el occidente y algunas porciones del centro de México, por lo que se esperan lluvias fuertes en sitios de Durango, Zacatecas, Aguascalientes, México, Puebla, Guanajuato, Querétaro e Hidalgo.
Las lluvias serán menores en localidades del Distrito Federal, Nuevo León, San Luis Potosí, Morelos y Tlaxcala.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el SMN reiteraron sus llamados a la población para mantenerse alerta a los avisos que emiten tanto Protección Civil como autoridades estatales y municipales, así como a seguir sus indicaciones para reducir la posibilidad de sufrir daños.
Advirtió que los vientos pueden derribar estructuras frágiles, además de que es previsible la crecida de ríos y riachuelos que bajan con fuerza cargados con los escurrimientos de zonas más altas, lo que hace peligroso su cruce.
