Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).- Los rayos juegan un papel importante en la química atmosférica y en la iniciación de los incendios forestales, pero el impacto del calentamiento global en las tasas de rayos es poco limitado. No obstante, los cambios climáticos que llevan desarrollándose años, pueden culminar, no sólo en un aumento en la incidencia de descargas eléctricas, sino que también puede provocar un incremento significativo de las probabilidades de recibir el impacto de un rayo.
Así lo revelaron investigadores de la Universidad de California en Berkeley (Cal), tras estudiar 11 modelos del incremento de la temperatura global. De esta manera afirman que para el año 2100 la posibilidad de morir a causa de la descarga eléctrica de un rayo será un 50 por ciento más alta de lo que es actualmente, dio a conocer la revista Science.
En el nuevo estudio, un equipo dirigido por David M. Romps predice que la frecuencia de impactos de rayos aumentará alrededor del 12 por ciento por cada grado de aumento de la temperatura media global. Si las tendencias actuales de calentamiento continúan sin control, podría dar lugar a un aumento del 50 por ciento en la caída de rayos al finalizar el siglo, afirman.
“Por cada dos impactos de rayos en el año 2000, habrá tres impactos de rayos en 2100” dijo Romps, quien además agrega que la temperatura alimenta a los rayos y que las conclusiones de su equipo se basan en el hecho de que habrá más energía térmica para alimentar las nubes de tormenta, publicó BBC.
“A medida que el planeta se caliente, habrá más de esta alimentación alrededor, así que cuando tormentas eléctricas se dispararen habrá más energía”, dijo el científico climático.
De acuerdo con los investigadores, el vapor de agua en el aire que provoca las tormentas eléctricas depende del calor. De esta manera, un incremento de temperatura provocará más vapor y, como resultado, más rayos tocarán tierra. Lo que significa que también habrá más probabilidades de que alcancen a las personas.
Según los cálculos del Servicio Nacional Climático de Estados Unidos, la probabilidad actual de que una persona reciba el impacto de un rayo siquiera una vez en la vida son de uno entre 12 mil. No obstante, los resultados del trabajo indican que en el año 2100 esta cifra aumentaría para pasar a ser de uno entre ocho mil personas.
Finalmente, el estudio indica también que la frecuencia del fenómeno puede ser determinada por la cantidad de precipitación, velocidad y ocurrencia de las nubes convectivas, es decir, aquellas que provocan las tormentas.
Por su parte, la revista Mother Jones escribió que “la caída de rayos son la causa [directa] de los incendios forestales, que ya se predice más graves debido al calentamiento global”. La publicación cita como ejemplo un incidente ocurrido en agosto en California, en un periodo de 24 horas, en el que un rayo inició 34 incendios forestales. Por tal motivo agregan que aunque no se hagan predicciones específicas sobre la actividad de los incendios forestales, “saber sobre futuras condiciones para los relámpagos es una parte importante de esa ecuación”.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en México desde hace décadas se desarrolló una estrategia general de prevención y control de incendios forestales, sistematizada a través del Programa Nacional de Protección contra Incendios Forestales, y en cuya aplicación participan instituciones de los tres órdenes de gobierno, así como organismos civiles y voluntarios. Sin embargo, lo cierto es que a pesar de los esfuerzos, en el país se registra cada año un promedio de ocho mil incendios forestales, los cuales podrían ser disminuidos en parte si se predijeran de mejor manera los fenómenos atmosféricos.
