Por qué la muerte de Najia Seddiqi importa: Afganistán, y el indignante destino de 600 mujeres aprisionadas

18/12/2012 - 12:00 am

El pasado 10 de diciembre fue asesinada Najia Seddiqi, directora del Departamento de Asuntos de la Mujer de la provincia afgana de Laghman. El asesinato de la activista derrumba las esperanzas de cientos de mujeres para obtener justicia, pues hoy, cerca de 600 afganas están encarceladas porque las leyes les prohíben huir de sus esposos golpeadores o de ser felices junto a un amante.

A principios del año, la organización Human Rights Watch instó al gobierno de Afganistán para liberar a cerca de 400 mujeres y niñas encarceladas injustamente por los llamados “crímenes morales”. Hoy, fuentes periodísticas indican que el número se eleva a 600 afganas.

El hecho que las mujeres huyan de hombres con quienes fueron comprometidas obligatoriamente, es un delito. Los casos son similares en todas las cárceles de Afganistan: ellas decidieron escapar de hombre abusivos o decidieron enamorarse de otra persona, o simplemente no esperaron a un marido que las dejó.

En 2004, Afganistán modificó su constitución para incluir más libertades y los derechos de las mujeres. Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. Una de las llamadas “libertades” consistía en que si un marido desaparecía por tres años, la esposa podía ir a la corte y solicitar el divorcio. Pero la Ley Sharia, que es una especie de ley sagrada, dice que una mujer debe esperar 70 años a su marido.

El Centro de Periodismo de Investigación (CIP) indica que los jueces carecen de preparación, incluso muchos no cuentan con niveles de estudio profesionales. Las autoridades muchas veces basan su juicio en leyes religiosas. Esto, sumando a que en general nadie conoce sus derechos tiene como consecuencia que las mujeres queden presas por varios años.

HRW denunció que los jueces suelen condenar únicamente sobre la base de “confesiones” que figuran sin la presencia de abogados y la “firma” de documentos que las acusadas han signado sin saber leer ni escribir.

En su informe sobre la situación de las mujeres encarceladas en Afganistán, el organimso señaló que el gobierno del presidente Hamid Karzai ha incumplido sus obligaciones con las leyes internacionales de derechos humanos.

“Es sorprendente que 10 años después del derrocamiento de los talibanes, las mujeres y las niñas siguen en prisión por huir de la violencia doméstica o el matrimonio forzado”, señaló el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.

“Casi todas las niñas en Afganistán habían sido detenidos por delitos morales, mientras que aproximadamente la mitad de las mujeres en las cárceles afganas fueron detenidas por estos cargos”.

Algunas veces han sido declaradas culpables de adulterio, después de haber sido violadas o forzadas a la prostitución.

“Nadie debería ser encerrado para huir de una situación peligrosa, incluso si es en casa. El presidente Karzai y sus aliados de Afganistán debe actuar con decisión para poner fin a esta práctica abusiva y discriminatoria”, señaló Roth.

Una ley que fue aprobada en agosto de 2009, apoya la igualdad de la mujer en Afganistán, y criminaliza el matrimonio forzado, la venta y compra de mujeres para el matrimonio, entre otros actos. Pero los casos no paran. Los padres de jovencitas las siguen comprometiendo por un pedazo de tierra, dinero u otros bienes materiales.

Las mujeres, especialmente en las zonas rurales, sin ayuda para buscar refugios sufren mayores abusos incluso de la justicia local, reveló el informe basado en entrevistas con 58 mujeres y niñas, así como fiscales, jueces, funcionarios de gobierno y la sociedad civil .

“Después de la condena, las mujeres enfrentan largas penas de prisión, en algunos casos más de 10 años”, indicó el informe de la organización humanitaria.

Por otra parte, muchas mujeres son sentenciadas durante pleno embarazo. De acuerdo con una investigación del CIP, decenas de niños habitan en las cárceles. Las madres ven poco futuro para sus hijos dentro de las prisiones, y una vez fuera, el rechazo social es una de las primeras cosas a las que se enfrentan.

La edad legal para que una mujer pueda casarse es de 16 años, la de un varón es 18. Pero eso no es cierto, niñas menores de edad son obligadas a casarse, según reportes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La ONU estima que el 70 a 80 por ciento de los matrimonios en Afganistán se ven obligados. En una encuesta de 2008 de Human Rights Watch, el 87 por ciento de las mujeres habían experimentado por lo menos una forma de abuso sexual, físico o psicológico.

Diversos testimonios recabados por el CIP indican que la llegada de los talibanes al poder, después de la década de los setentas trajo un retroceso a la vida de las mujeres en ese país.

Autoridades aseguran que desde 2001 los talibanes fueron derrotados por los efectos del régimen fundamentalista, pero las mujeres dicen que estos permanecen.

–Con información de agencias

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