Ciudad de México, 18 de diciembre (SinEmbargo).- África, los elefantes, los océanos, el aire que respiramos y los tóxicos que nos complican a diario la vida en las grandes urbes son algunas de las preocupaciones que quitan el sueño el actor estadounidense Leonardo DiCaprio, quien el pasado 9 de noviembre arribó a sus primeros 40 años de vida.
Ha sido llamada por ello “la estrella verde de Hollywood” y su activismo ecológico no se queda en firmar cheques millonarios (aunque lo hace), sino también en levantar la voz fuerte y clara para denunciar los desmanes de la industria petrolera que han puesto en peligro las reservas naturales en África.
“Hay muchos sectores de la industria que ponen en peligro regiones enteras, pero justo la industria petrolera actúa sin consideración en regiones sensibles”, dijo el protagonista de la recordada Titanic, al ofrecer una conferencia de prensa en Los Ángeles, para presentar el filme Virunga en la que funge como productor.
La película cuenta la historia de los gorilas, una especie en peligro de extinción en el corazón de África y que constituye para la famosa estrella de cine un hecho que el mundo entero debe conocer y hacerse cargo.
“Tan sólo quedan 800 gorilas de montaña en el mundo, un tercio de ellos en el parque nacional de Virunga (en República Democrática de Congo). Y pese a eso este sensible territorio corre peligro sólo porque se quiere extraer crudo”, dijo DiCaprio, quien en otro tramo de su alocución levantó una bandera por los activistas que en zonas de riesgos dedican su vida a defender la de los gorilas.
“Son personas que podrían aceptar un soborno y vivir una vida mejor. En lugar de ello están del lado de las criaturas y de la ley y luchan a pesar de que con ello ponen su vida en peligro”, dijo el actor nacido en California para el que la lucha contra los abusos de las petroleras constituye una batalla de David contra Goliat.
“Con la suficiente presión de los medios y con la opinión pública podemos hacer algo. Se trata de la clásica historia de David contra Goliat y espero que en esta ocasión gane David”, agregó.
LEONARDO DICAPRIO, UNA ESTRELLA DISTINTA
Se dicen muchas cosas de Leonardo DiCaprio, no todas buenas. Y mucha de esa mala fama le ha retaceado el Oscar, un premio que le falta y que ha merecido en varias oportunidades, por caso su poderoso rol secundario en Django Unchained, el filme de Quentin Tarantino donde se llevó de la patada con el director y su compañero de reparto, Jamie Foxx.
Era la primera vez que DiCaprio encarnaba a un malvado en toda la acepción de la palabra y como es su costumbre se tomó el papel muy en serio, tal como lo comprueban las declaraciones de la productora de la película, Stacey Sher, quien comentó que el actor “no vaciló en interpretar las diferentes facetas de un ser humano verdaderamente malvado”.
“De repente Leo golpeó repetidamente sobre la mesa, movió la mano más allá y la aplastó contra una copa de cristal. La sangre brotaba de su mano, pero nunca abandonó el personaje. Él siguió ahí, estaba en el papel. Era muy intenso. Necesitó puntos. Su actuación fue magistral. Su nivel de compromiso, extraordinario”, afirmó la mujer, quien contó que cuando el director mandó a corte, todo el equipo del filme estalló en aplausos y ovaciones para DiCaprio.
Sin embargo, ese talento no impresionó a Jamie Foxx, quien en una recordada entrevista con la revista española Fotogramas tuvo palabras de desprecio para su compañero de reparto.
“Es cierto que con Quentin tuvo diferencias muy grandes, mucho. Una vez el diálogo se hizo con los puños y gracias a Dios que las armas no estaban cargadas de verdad. Todo volvió a la calma, pero yo no entendí qué pasó. Hay algunos chicos caprichosos que se creen lo más porque han trabajado con Scorsese”, afirmó el ganador del Oscar por Ray.
Y es verdad que Leo es la estrella mimada del director de Taxi Driver, para el que ha hecho papeles prodigiosos en películas no menos valoradas como Gangs of New York (que le valiera una candidatura al Oscar a su compañero, el inglés Daniel Day-Lewis), Infiltrados, Shutter Island y la reciente El lobo de Wall Street, pero también es cierto que no cualquiera puede darse el lujo de ser “actor de Scorsese”.
Con un director tan distinto como el rimbombante y un poco afectado aunque genial Baz Luhrmann supo también lucirse Leonardo, quien en medio de ese desasosiego estético propuesto para El gran Gatsby, pudo transmitir cabalmente la inocencia de un hombre que no alcanza a ver a tiempo la traición, cegado por un amor puro y no correspondido.
Sin embargo, nunca ha tenido en sus manos la estatuilla dorada y es poco probable que el galardón más que merecido esté en un horizonte cercano para este rubio contundente criado en la zona pobre de Los Ángeles, donde se hizo adulto en medio de muchas carencias.
A los 15 años decidió ser actor y la decisión no pudo ser más acertada. Tenía apenas 18 cuando Robert de Niro lo eligió en 1992 de entre un grupo de jóvenes candidatos para el drama familiar This Boy’s Life y fue el propio “Bob” quien lo recomendó ante Scorsese, dando impulso a una relación profesional que ya va por cinco películas que han unido en forma extraordinaria a cineasta y su actor fetiche.
Trabajó a las órdenes de Clint Eastwood entregando una interpretación pura del inescrupuloso y temido jefe del FBI J. Edgar Hoover en el filme J.Edgar y en su esfera pública ha aceptado, como Angelina Jolie, ser Embajador de paz de Naciones Unidas, constituyéndose para Ban Ki-moon como “una voz creíble en la defensa del medio ambiente”.
En 1998 creó la Fundación Leonardo DiCaprio que trabaja junto a otras asociaciones en temas como el calentamiento global, las energías renovables, el agua potable y la protección de los ecosistemas. Hace tiempo que maneja coches híbridos y emplea energía solar, en un ejemplo de coherencia inusitada para los ambientes que transita.
Su fundación consiguió recaudar25 millones de dólares (19 millones de euros) en la gala benéfica que se celebró en julio pasado. Un mes antes DiCaprio anunció que iba a donar siete millones de dólares para la protección de los mares.
Mientras tanto, como “una verdadera aventura” ha calificado el trabajo con Leonardo DiCaprio el director mexicano Alejandro González Iñárritu, quien en estos días dirige al actor en el thriller-western The Revenant, donde interpreta a un cazador estadounidense del siglo XIX que después del duro ataque de un oso es abandonado moribundo por sus acompañantes.
