Te rento, me rentas, ¿qué es la economía colaborativa impulsada por Uber y Airbnb?

19/02/2017 - 12:05 am

Un capitalismo basado en las personas y no en los corporativos; aplicaciones que permiten obtener ganancias de manera informal pero segura, que desafía patrones de consumo tradicionales y ciertos modelos sociales, que sin embargo, están acusadas de evadir las leyes y ahora, más que nunca, le están haciendo sombra a las empresas tradicionales.

Video: Crisanto Rodríguez

Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– Todo está listo, te vas de viaje mañana y no necesitaste hablar por teléfono una sola vez ni salir de casa para planearlo. Un Uber programado pasará por ti muy temprano para dejarte en el aeropuerto (actúa natural, no querrás que los demás taxistas se den cuenta), luego tomarás el vuelo que reservaste vía Skyscanner. Al llegar allá, preguntarás si hay Uber, claro que hay, está en 529 ciudades alrededor del mundo. A pocos kilómetros está tu anfitrión de Airbnb, esperando en la entrada del departamento que rentaste por menos de lo que costaría una habitación de hotel. Te dará las llaves y te dejará libre, pero se asegura de que tengas su teléfono para resolver cualquier inconveniente, ofrece algunos tips para comer cerca o abrir Yelp para encontrar lo más popular.

“Hay empresas que han seguido la evolución del consumidor hoy en día, que utiliza Uber, Airbnb, usa plataformas como Amazon, Lineo, que son consumidores más sofisticados, que están utilizando el internet. Probablemente son personas que son profesionales exitosos que no tienen tiempo para encargarse de la ineficiencia”, dijo anteriormente Roger Laughlin, uno de los fundadores del sitio de compra-venta de autos usados “Kavak”, a SinEmbargo.

Lejos están quedando los tiempos en que tener una habitación vacía en casa era sinónimo de una bodega para triques o que un coche desocupado podría pasar temporadas enteras estacionado. Las personas ya no sólo comparten lo que no están usando, sino que lucran con ello.

Ganancia sin jefes ni contratos. Imagen: Especial

Las aplicaciones y plataformas mencionadas anteriormente pertenecen a un nuevo modelo de negocio que apunta a crear un “capitalismo de multitudes y no basado en los corporativos”, según la descripción de Arun Sundararajan, profesor de la Universidad de Nueva York. Se trata de la economía colaborativa o consumo compartido, es decir, un comercio entre pares que ofertan un bien que no están usando a otras personas que lo necesitan, mediante un proceso sencillo, seguro y sobre todo, económico.

“La confianza, la comodidad y un sentido de comunidad son los factores que impulsan la adopción y crecimiento de la economía compartida. Gracias a la disposición de los consumidores para probar aplicaciones móviles, las barreras de entrada son cada vez más bajas”, reportó la firma consultora PwC en un estudio de 2015, en el que señaló que los principales usuarios de este movimiento a la alza, están entre los 25 y 44 años.

Pero esta es un muro que han conseguido romper varias veces, pues Airbnb informó que el rango de edad en el que más crecimiento habían tenido entre 2008 y 2014, fue en los anfitriones mayores de 60 años, pues el 10 por ciento de su base total de usuarios (un millón) pertenece a este grupo. El principal motivo para entrar a este negocio de hospedar extraños, es el económico, pues el 56 por ciento de ellos están jubilados y el 49 por ciento vive de su pensión. No obstante, buena parte de ellos también busca conocer gente nueva y mantenerse activos.

En el caso de Uber, mientras que los pasajeros van de los 25 a los 34 años, los conductores llegan hasta los 55.

¿FUERA DE LA LEY?

La que algunos medios han llamado la “revolución tecnológica” se encuentra en un limbo legal que sus competidores y gobiernos han peleado por regular. En Londres, por ejemplo, Uber perdió a fines del año pasado una demanda que lo obligaría a pagar un salario y vacaciones a sus conductores, al pasar de “trabajadores independientes” a “empleados”. Pero la compañía basada en San Francisco, piensa apelar.

En México, en julio de 2016, grupos de socios de esta aplicación se manifestaron en las calles en contra de la reducción de tarifas y la implementación de Uber pool, servicio en el que varios desconocidos comparten el mismo coche.

“Desde su fundación hace menos de una década, Uber y Airbnb han argumentado que son simples ‘plataformas’ que conectan a vendedores y compradores. Dar una pausa para comer a los conductores de Uber o requerir que los anfitriones de Airbnb hagan que sus apartamentos sean accesibles para las personas de movilidad reducida no es su problema […] El argumento ‘la vieja normativa no nos atañe’ ha impulsado a Uber y Airbnb a convertirse en la primera y la tercera compañías tecnológicas más valiosas entre las que no cotizan en bolsa.

En México hubo múltiples manifestaciones en contra de la aplicación. Foto: Cuartoscuro

La valoración implícita de Airbnb en su última ronda de financiación fue de 30 mil millones de dólares; la capitalización de mercado de Hilton Worldwide Holdings es de 22 mil millones. La oferta de 2.3 millones de habitaciones de Airbnb es mayor que la de las tres principales cadenas hoteleras juntas: Hilton, Marriott International Inc. e InterContinental Hotels Group Plc. El valor de Uber, de 80, mil millones de dólares, es mayor que el de la mayoría de los fabricantes de coches. Volkswagen AG está valorada en torno a los 68 mil millones y General Motors Co en 48 mil millones de dólares”, publicaba el sitio Economía Hoy en noviembre pasado.

Para Airbnb tampoco ha sido fácil, mientras que en Barcelona, España, el Gobierno los multó con 600 mil euros por anunciar pisos turísticos ilegales; en Amsterdam llegaron a un acuerdo en el que pagan impuesto de turista y se limitan las estancias a 60 días al año.

Los usuarios, sin embargo, no parecen estar tan interesados en que las leyes lleguen a sus aplicaciones favoritas, pues de acuerdo con el reporte de PwC, el 64 por ciento de los consumidores de economía colaborativa coinciden en que es más importante la regulación entre pares que la que tiene que ver con el gobierno.

LAS GANANCIAS

Pero, ¿estas startups billonarias están beneficiando verdaderamente a sus usuarios? En ciudades como la capital mexicana, que ofrece un servicio público de taxis deficiente e inseguro, los pasajeros no tienen (muchas) quejas, pero para los socios, los beneficios oscilan los 90 pesos la hora, de acuerdo con información de Francisco Sordo, director de la zona Bajío de Uber.

Pero las estimaciones de la empresa no siempre son certeras, un artículo publicado en mayo de 2015 por The Wall Street Journal (WSJ), mencionó que a pesar de que las ganancias estaban por arriba del salario mínimo en Estados Unidos (los conductores dijeron ganar 10 dólares la hora), estaba muy lejos de lo que la empresa dijo era el salario promedio anual de sus socios en Nueva York: 90 mil dólares, pues una investigación periodística reveló que ningún conductor entrevistado coincidía con tal cifra.

“El significado de todo esto es simple: Uber y empresas como Lyft, que es más generosa con sus conductores pero que tiene un modelo de negocios parecido, son unas máquinas extremadamente eficientes para crear puestos de trabajo prácticamente de sueldo mínimo. Uber no es un servicio de taxis, sino de empleos de baja remuneración”, escribió el periodista Christopher Mims en el WSJ.

En el caso de Uber, la empresa se suele llevar entre el 20 y el 30 por ciento de las ganancias; mientras que Airbnb se guarda entre 12 y 15 por ciento.

La compañía de alquiler de hospedajes creada en 2008 por Nathan Blecharczyk, Brian Chesky, Joe Gebbia, informó que en la Ciudad de México, los ingresos semanales obtenidos por anfitriones que rentaron un alojamiento completo, fueron de 4 mil 238 pesos.

Asimismo, dijeron que en 2016 hubo 33 mil anfitriones que recibieron a 974 mil visitantes, con una edad de 35 años en promedio.

LAS OTRAS APPS

Pero las mencionadas no son las únicas aplicaciones con este modelo, en otras partes del mundo se han creado otro tipo de servicios, como cuidar mascotas, alquilar autos de lujo para una noche especial o hasta cocinar para desconocidos en tu propia casa.

En México, hay también una oferta creciente de este tipo de aplicaciones, a continuación algunas de las más destacadas:

Couchsurfing

Imagen: Facebook (couchsurfing)

Personas en más de 100 mil ciudades ofrecen, literalmente, el sillón de su sala para aceptar viajeros en sus casas, que a diferencia de Airbnb, con esta app viven y conviven con ellos.

Kangou

Foto: Cortesía Kangou

Creada en México, se abre como una opción para que personas que buscan generar ingresos, trabajen como mensajeros en bicicleta o a pie. Actualmente, Kangou se encuentra activa en Ciudad de México, Guadalajara y Puebla y está abriendo operaciones en Villahermosa, Bogotá, Colombia y Sidney, Australia, entre otras ciudades.

Prentige

Foto: Facebook (Prentige)

Estudiantes en busca de regularización y resolución de sus dudas y tutores que quieren compartir sus conocimientos por un módico pago. Cuentan con un salón virtual y herramientas pedagógicas.

Dada Room

Imagen: Facebook (mydadaroom)

Esta plataforma facilita que las personas encuentren un departamento compartido, por igual a quienes les sobra un cuarto y a quienes los buscan. Tiene 248 mil usuarios en México y se han expandido a Colombia, Brasil, Chile, Peru y Argentina.

 

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