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Elecciones 2017 y 2018 dirán si el PRD cae al nivel del Verde, al de una simple franquicia: analistas

19/03/2017 - 8:00 pm

Si hoy el Partido de la Revolución Democrática (PRD) aún no se coloca en el nivel del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), las elecciones del Estado de México de este año y de la sucesión presidencial de 2018 darán cuenta si la fuerza política, que fue el proyecto más ambicioso de la izquierda, caerá tan bajo como para convertirse en una franquicia que se alía con el mejor postor, dijeron analistas consultados por SinEmbargo.

Ciudad de México, 19 de marzo (SinEmbargo).– La baja votación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que ha descendido en los últimos años hasta un 8 o 7 por cuento a nivel nacional, obligará a la fuerza política a comportarse como un partido que deberá aliarse con otros para sobrevivir, coincidieron analistas consultados por SinEmbargo.

Aunque algunos perredistas como Pablo Gómez Álvarez y Miguel Barbosa Huerta, a quien recientemente el partido le quitó sus derechos políticos como militante, opinan que el Sol Azteca busca vivir del poder y no buscar el poder como en sus inicios, aliándose al mejor postor como lo ha hecho el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) durante los últimos años, politólogos opinaron que aún es temprano para colocar a la fuerza política en el mismo nivel del Verde.

Sin embargo, los comicios de este año en el Estado de México y de la sucesión presidencial de 2018 darán más elementos para afirmar si el PRD se venderá al “mejor postor” y vivirá como un partido controlado por algunas “tribus” que sólo buscan beneficiarse con acuerdos particulares con otros partidos.

“Yo no sostengo lo que dicen Barbosa ni Pablo Gómez, son acusaciones por sus pleitos internos. Lo que sí puedo sostener es que el PRD se ha convertido en un partido pequeño, que ha pasado a formar parte de la chiquillada y que su papel es intentar sobrevivir en alianza con algún partido. El partido está fracturado, una parte está con [Andrés Manuel López] Obrador y en las elecciones de 2018 el partido buscará ofrecer ese 8 por ciento ya sea al PAN [Partido Acción Nacional] o a Morena [Movimiento Regeneración Nacional]”, dijo Ivonne Acuña Murillo, profesora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

El Senador Miguel Barbosa dijo en entrevista con SinEmbargo hace unos días que el PRD que se fundó con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano para alcanzar el poder ya no existe.

“El partido de oposición real ya no existe. El PRD que se basaba en un comportamiento de principios ya no existe. Todos los que daban referencias emblemáticas, hombres grandes, personajes que estaban ahí con ese propósito ya no están. Eso es, se quedó la burocracia de la política y personajes como Graco Ramírez [Garrido Abreu] que vienen de la izquierda, pero de la izquierda vergonzosa que siempre estuvo vinculada con el poder público”, expuso.

Pero el ex coordinador de la bancada perredista en el Senado de la República reconoció que el partido tiene la oportunidad de transformarse y reconstituirse en 2018 al darle la espalda a una alianza con el PAN o a ir con un candidato que le reste votos a López Obrador.

Pablo Gómez escribió en Proceso esta semana que el PRD “ha dejado de ser una opción singular, es decir, ya no aspira a hacerse cargo del poder político de la República, se ha instalado plenamente en el mercado político mexicano. Al hacerlo, cada vez que va a haber una elección se analizan en sede perredista las posibilidades de formar parte de algún esquema político de los adversarios. Así hemos visto las alianzas electorales con Acción Nacional y, ahora, las candidaturas propias con el propósito de ayudar a derrotar a Morena”.

María Eugenia Valdés Vega, politóloga especializada en procesos electorales, padrón electoral y sistema político mexicano de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), coincidió con Gómez en que los líderes de las corrientes o “tribus” que controlan al partido, no ambicionan el poder.

“’Los Chuchos’ [corriente Nueva Izquierda que lideran Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva] no son gente que ambicione el poder. Sus carreras son básicamente en el aparato del partido, de la burocracia, se dedican a las estructuras. Es más, a ellos les estorba que tata gente participe y les conviene en cierta medida que el partido quede en un lugar lejano, en donde ellos manden, porque aunque sean poquitos, ellos utilizan al partido como una franquicia”, explicó.

Valdés Vega consideró que, a pesar de todo, aún no se puede comparar al PRD con un partido como el Verde Ecologista, pues el segundo es una “fabricación artificial” en manos de una familia.

El Sol Azteca, dijo, surgió de un conjunto de tradiciones de la izquierda socialista y nacionalista, heredero del partido comunista y el ala nacionalistas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“No sería justo compararlo con el Verde, aún no. Si llega a convertirse en algo así, a degenerarse de esa forma, será algo muy doloroso, porque el PRD fue un proyecto muy ambicioso, el más ambicioso de la izquierda, que aunque Morena es un partido importante, no se compara a lo que fue el PRD”, agregó.

LAS TRIBUS NEGOCIAN POR SU CUENTA

En agosto de 2015 cuando Agustín Basave Benítez era aspirante a la presidencia nacional del Sol Azteca, dijo en entrevista con este medio digital que la primera lealtad de los perredistas debía ser al PRD y después a la corriente.

“El PRD lo que necesita es un acuerdo en lo fundamental. Hay divisiones, corrientes que tienen y que han tenido disputas al interior. Hay heridas adentro, tenemos que lograr la unidad del PRD. Cuando me dicen unidad de las izquierdas, para empezar, primero tenemos que unir al PRD, aliviar las heridas, buscar una reconciliación interna y luego buscamos comunes denominadores. Más que pensar qué nos separa, qué nos divide, en qué son diferentes las tribus, debemos pensar en qué nos conocemos y en qué estamos de acuerdo”, dijo.

Pero las palabras de Basave Benítez se quedaron sólo en deseos, pues en su paso por la dirigencia del partido no logró unificar a las corrientes, e incluso renunció por presiones de Nueva Izquierda, según afirmó.

Para los analistas son las corrientes las que han llevado al PRD a una situación crítica en la que poco a poco se queda sin sus principales líderes, con una caída en votos que lo coloca hoy entre los partidos pequeños.

Gustavo López Montiel, experto en partidos políticos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), recordó que el Sol Azteca llegó a tener hasta 18 por ciento cuando contendía sólo o en elecciones intermedias, y hasta 35 por ciento en una elección presidencial.

Pero con la salida de líderes y la conformación de Morena, el partido cayó hasta un 8 o 7 por ciento en las votaciones. A la fuerza política “no le quedan muchas opciones”, opinó.

“Tratar de traer un candidato fuerte como para poder sobreponerse a ese 8 o 7 por ciento y llevarlo a más de 10, pero ese candidato debe tener la capacidad de estar por encima de las tribus. La lucha de tribus ha llevado al PRD a tener esa sangría, como ocurrió en el Estado de México”, explicó.

El analista recordó que el partido tuvo candidatos como Marcelo Ebrard Casaubón, Andrés Manuel López Obrador e incluso el mismo Miguel Ángel Mancera Espinosa, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, que tuvieron la capacidad de imponerse a las tribus.

“Ahora no pasa y eso hará que el PRD siga desmoronándose y quede en algunos grupos nada más. Todos estos grupos funcionan con sus propios patrocinios en sus entidades, hay acuerdos con gobernadores. Al final los grupos tienen la capacidad de poder negociar no únicamente con los gobiernos locales, sino también con otro tipo de actores, otros partidos, otros líderes no necesariamente perredistas, sino personajes con los que pueden llegar a acuerdos y finalmente lanzar sus candidatos o ir con otros candidatos que no son del PRD”, explicó.

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