Artistas contemporáneos se alían con científicos para crear obras revolucionarias y controversiales en Bio Arte

19/04/2014 - 1:00 am
Desde productos lácteos creados a partir de bacterias corporales, hasta hipotéticos órganos fusionados se mostraron en la exposición. Foto: Trinity College Dublin's Science Gallery
Desde productos lácteos creados a partir de bacterias corporales, hasta hipotéticos órganos fusionados se mostraron en la exposición. Foto: Trinity College Dublin’s Science Gallery

Ciudad de México, 19 de abril (SinEmbargo).– Durante los últimos años, los límites del arte se han vuelto más borrosos que nunca. De esta manera, muchos artistas actuales se valen de otras disciplinas e incluso de técnicas y de la ciencia misma para poder concretar sus obras. Por otra parte, la gran variedad de estudios científicos que en la actualidad se gestan no son todo o ortodoxo que algunos pudieran desear, por lo que es común ver cada vez más estudios que se orillan más a lo lúdico que a la concepción clásica de una ciencia “seria”. Cuando artistas e investigadores se unen los resultados no podrían ser más diversos, es así como con revolucionarios y controversiales proyectos, los artistas están comenzando una conversación sobre el futuro de la biología sintética.

¿Qué haría una persona común y corriente si es abordado por un fabricante de queso que le ofreciera una muestra de queso brie y le dijera que las bacterias utilizadas para su proceso provienen de su axila? ¿Qué tal si una tienda de mascotas anunciara ratones transgénicos con genes de celebridades? ¿Causaría esto repudio entre los compradores o, por el contrario, despertaría mayor deseo para que las personas se hicieran de uno de ellos?

“Grow Your Own… Life After Nature”, aborda estas y otras preguntas que parecen sacadas de la ciencia ficción. Se trata de una exposición recientemente inaugurada en la Galería de Ciencias del Trinity College de Dublín que presentó 20 piezas, todas situados más en el campo de proyectos artísticos, que en el de experimentos científicos, las cuales son capaces de provocar cuestionamientos, mientras que otras son tan extrañas que no pueden ser catalogadas del todo, publico The Smithsonian Magazine.

El grupo curatorial de artistas, diseñadores, científicos y bio hackers del show hicieron un llamado abierto en la primavera de 2013 para proyectos que “impulsaran una conversación pública sobre la bilogía sintética”. Así, de entre las solicitudes que recibieron, seleccionaron trabajos visionarios que mostraran la manera en la que se vería un futuro en el que pudiéramos diseñar vida para ajustarla a nuestras necesidades.

En síntesis, la exposición trata de lo que ocurre cuando las personas están dispuestas a diseñar organismos vivos, así como a imaginar si están dispuestos a tomar a algún tipo de criatura viva y diseñarla como si fuera un producto. “¿Cómo se vería?”, dijo Michael John Gorman, director de la galería.

Los quesos fueron realizados a partir de bacterias provenientes de axilas y dedos de los pies. Foto: Trinity College Dublin's Science Gallery
Los quesos fueron realizados a partir de bacterias provenientes de axilas y dedos de los pies. Foto: Trinity College Dublin’s Science Gallery

Un ejemplo de esto es la pieza llamada “Selfmade”, en el que la microbióloga Christina Agapakis y el artista sensorial Sissel Tolaas recogieron bacterias de las bocas y los dedos de pies (“en donde encuentras gran diversidad”, dijo Agapakis) de varios participantes. Ellos cultivaron estas bacterias y levadura en cajas de Petri y eventualmente las combinaron con leche para crear cheddar y queso crema. Finalmente, debido a que cada uno de los productos lácteos mostrados en la exposición eran representativos de las bacterias de cada donante, los creadores los llamaron “retratos de queso”.

“Todos sabemos que el queso y los olores corporales están bastante asociados”, dijo Tolaas en un video producido conjuntamente para la exposición. Por su parte, Agapaki remató diciendo: “Las bacterias que encuentras entre los dedos de los pies es, de hecho, muy similar a la bacteria que hace que el queso huela a pies.” Sin duda, un hecho empírico (y real) en el que pocos reparan cuando comen un queso común y corriente.

El material genético de celebridades como Elvis sirvió para crear piezas como la del artista Koby Barhard. Foto: Trinity College Dublin's Science Gallery
El material genético de celebridades como Elvis sirvió para crear piezas como la del artista Koby Barhard. Foto: Trinity College Dublin’s Science Gallery

“All That I Am” es otra pieza de la exposición, autoría del artista Koby Barhard, la cual invita al espectador a pensar de manera más profunda sobre la genética. De esta manera, Barhard compró cabello de Elvis Presley en el

Las piezas son lúdicas, sin duda, y aun así provocan cuestionamientos. “¿Queremos realmente crear esto?”, pregunta Gorman. “¿Sólo porque podamos no quiere decir que debamos?”

Los proyectos son controversiales en su misma naturaleza. Fuerzan al espectador a pensar sobre el gran potencial de aplicaciones de la biología sintética y al mismo tiempo dan pie a debates éticos y legales. ¿Con qué aplicaciones se está cómodo como espectador y cuáles serían consideradas monstruosas?

La pieza de la diseñadora británica Agatha Haines, ”Circumventive Organs”, habla sobre los superórganos humanos que algún día podrían estar hechos a partir de los tejidos de otros animales. Por supuesto, lo que ella muestra en la exposición se trata de esculturas realistas de estos órganos que no por ser imitaciones sus efectos son menos viscerales. Así mismo, Haines también creó un cortometraje que muestra cómo sería para los cirujanos implantar estos órganos.

De esta manera, su hipotético Electrostabilis Cardium es un órgano formado con partes de una anguila eléctrica, la cual actuaría hipotéticamente como desfibrilador natural que durante un ataque cardiaco podría enviar una descarga eléctrica al corazón para que este pueda latir de nuevo. Así mismo, la Tremomucosa Expulsum, (otra de las creaciones de Haines) estaría integrada en la realidad por músculos de víbora de cascabel para mantener en movimiento las mucosas del aparato respiratorio y del sistema digestivo de las personas que padecen fibrosis quística.

Obras más polémicas como la que presenta una mujer embarazada de un delfín, fueron presentadas en la muestra. Foto: Trinity College Dublin's Science Gallery
Obras más polémicas como la que presenta una mujer embarazada de un delfín, fueron presentadas en la muestra. Foto: Trinity College Dublin’s Science Gallery

Quién fue más allá es el artista japonés Ai Hasegawa con la pieza “I Wanna Deliver a Dolphin…” en la cual visualiza como sería si una mujer pudiera concebir a especies en peligro. La instalación consiste en el modelo anatómico del vientre de una mujer con un delfín nonato en él, acompañado de un video artístico en el que se muestra el nacimiento de un delfín mecanizado. “Ser madre de un tiburón o un delfín podría satisfacer el deseo de la madre, mientras invierte en el suministro de alimentos” dijo Hasegawa al diario británico The Guardian.

Actualmente hay una creciente cultura de “bio hackers”, particularmente relacionada con técnicas de laboratorio y con que los equipos sean más baratos, sencillos y más accesibles. De esta manera, DIYbio.org enlista 20 laboratorios “hágalo usted mismo” en Norteamérica, 16 en Europa, dos en Asia y en Oceanía. Estos espacios comunitarios típicamente ofrecen enseñanza a científicos aficionados que buscan experimentar.

Alexandra Daisy Ginsberg, curadora principal de “Grow Your Own”, es la voz principal sobre el rol del arte en la dirección de un futuro con biología sintética.”No hay una respuesta correcta a si la transformación de la biología en un medio para mejorar el diseño del DNA es una buena idea. La biología sintética, si la tecnología lo permite, nos posibilitará consumir de manera más responsable si nos ponemos a pensar en lo que queremos de ella ahora. Dicho esto, también tiene el potencial no sólo para perpetuar la situación actual, sino para hacer un mundo menos igual tanto como diseñemos y privaticemos el material del que estamos hechos. El que esta tecnología sea posible no es suficiente para justificarla, tenemos que examinar cuáles son los límites éticos que debe haber”, dijo en un correo electrónico. “Creo que el arte y el diseño son herramientas increíblemente útiles para explorar la tecnología y su potencial, identificar nuevas preguntas y expresar nuestros temores.”

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