ENTREVISTA Los secretos del oficio de escribir se develan en el nuevo libro de Alejandra Laurencich

19/04/2014 - 1:00 am
Compartir el oficio de escribir es un regocijo para la joven autora argentina. Foto: Especial
Compartir el oficio de escribir es un regocijo para la joven autora argentina. Foto: Especial

Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).- Definitivamente, la escritora argentina Alejandra Laurencich (Buenos Aires, 1963) no podría haber formado parte del reciente libro de ensayos del mexicano Enrique Serna, Genealogía de la soberbia intelectual, donde el talentoso autor nacional ponía el dedo en la llaga de esos pensadores que basaban su poder en no compartir sus saberes.

Todo lo contrario, desde hace 20 años, esta afiatada cuentista, autora del reciente Lo que dicen cuando callan, una antología de historias perturbadoras, que al mejor estilo cortazariano esconden el veneno en bombones de chocolate, ofrece talleres literarios y realiza labores de coaching literario para autores en pleno proceso novelístico.

Por si fuera poco, dirige desde hace tres temporadas la revista literaria La Balandra, un medio más que interesante por medio del cual intenta borrar las fronteras que muchas veces existen entre quienes hacen la literatura y quienes la leen, entre quienes leen y aquellos que están a punto de pasarse al otro bando, albergando el sueño de la escritura.

La editorial Aguilar, en armonía con ese sentido democrático que le da al conocimiento Laurencich, motivado esencialmente por su amor a los libros y a la palabra, acaba de editar El taller: Nociones sobre el oficio de escribir.

Se trata de un tratado ameno sobre la escritura, estructurado en 16 unidades, llamadas clases, a lo largo de las cuales se aprenden reglas, recursos, trucos y límites del oficio de darle a la tecla.

Lo que dicen cuando callan, su tercer libro de cuentos. Foto: Especial
Lo que dicen cuando callan, su tercer libro de cuentos. Foto: Especial

¿Hay un modo de perfeccionarse en la técnica de escribir?, le preguntaron a Truman Capote en una entrevista y él contestó: “La creación literaria tiene leyes de perspectiva, de luz y sombra, al igual que la pintura o la música. Si uno nace conociéndolas, magnífico. Si no, hay que aprenderlas. A continuación hay que recordaras a conveniencia de uno.

En entrevista con SinEmbargo, Alejandra Laurencich afirma que “se puede enseñar el oficio de escribir, pero el talento para la escritura lo aporta cada uno”.

“Lo que transmito en general, desde hace más de 20 años, es cómo armar una trama, un planteo cuentístico, llevar adelante un personaje, encontrar el tono…”, agrega.

–      ¿Qué busca la gente cuando quiere escribir?

–      Bueno, yo tomo en el taller a gente que quiera expresar un mundo propio. Han venido a verme personas que esperaban acercarse a un estereotipo, el del escritor que publica libros, que gana plata con eso, pero cuando se daban cuenta de que había que poner mucho compromiso y de que prácticamente era una elección de vida esto de dedicarse a la escritura enseguida abandonaban. Hay también personas que se conforman con menos y consideran que un taller de este tipo es para ligas mayores, no están dispuestos a asumir la exigencia. El oficio de escribir plantea siempre nuevos desafíos…

–      El libro El taller es bastante ameno, invita a entrar, estimula a escribir…

–      El libro viene acompañado por citas de muchos autores consagrados, grandes maestros que legitiman la idea de que hay cosas que resultan comunes a todos aquellos que escriben. Más allá de que cada uno pueda tener sus propias concepciones sobre la literatura, pero hay elementos básicos que todos manejan. Con respecto a la salida del libro me siento bastante contenta de poder transmitirles esos elementos a otra gente, porque cuando uno empieza a escribir en general está muy solo, muy perdido, son pocos los casos de escritores que provienen de un mundo literario, donde ser escritor es algo habitual. Para las personas que como yo vienen de un mundo donde la literatura ha sido algo para consumir y no para crear, El taller es un modo de decirles que pueden ser escritores si quieren, que estas son las bases, esto es lo que se te vendrá encima cuando empieces…traté sobre todo de expresar una experiencia concreta y no de inventar teorías delirantes o de justificar mi propia concepción sobre la escritura…

El oficio de escribir. Foto: Especial
El oficio de escribir. Foto: Especial

–      ¿De dónde viene este impulso de compartir los secretos del oficio de escribir?

–      Siempre fue natural en mí el regocijo de poder compartir cualquier tipo de conocimiento. En la escuela primaria, cuando era niña, si me salía una cuenta y a mi compañera de banco no, me empeñaba en que los demás vieran lo que yo podía ver. Cuando empecé con el oficio de escribir, fue tanta la alegría por descubrirlo que quise compartirlo inmediatamente con otros. Hay muchos escritores que minimizan la capacidad de los demás para aprender y consideran que no vale la pena transmitir algo si el otro al fin y al cabo no lo va a entender. Luego hay otros autores que no subestiman a nadie, pero que son incapaces de enseñar algo, que no tienen las herramientas para transmitir lo que saben. Aprendí de mi hermano Sergio, un tipo muy pedagógico que da clases en la universidad de arquitectura, ese amor por la enseñanza.

–      También tiene que haber bastante humildad por parte del que escribe, lo digo por tu trabajo como supervisora en la elaboración de cuentos y de novelas…

–      Con esa tarea aprendí un ritmo interesante. Cuando veo que el autor se está viniendo abajo porque las críticas son muy exhaustivas, aflojo un poco. Uso un poco más el estímulo que el análisis. Por el contrario, cuando observo que están en un nivel donde realmente aprecian cada cosa que se les dice, ahí no tengo ningún problema en ir hasta el fondo. Puede haber un capítulo que es excelente, pero si veo que todavía se puede llevar a un nivel mejor, aunque sea una oración, lo señala. No me quedo con nada. Con el correr de los años he ido teniendo autores que tienen cada vez más conocimiento del oficio y que cuando se someten a una supervisión realmente se abren de una manera asombrosa.

–      Para hacer este trabajo te tiene que gustar también la lectura…

–      Disfruto mucho todas las fases de la literatura, hacerla, divulgarla y por supuesto leer. La verdad es que la lectura es un lujo y pongo en relieve las cosas que me gustan. Lo que me interesa a nivel literario lo transmito y el mejor elogio que me han podido hacer es la gran cantidad de veces que me dicen que tengo “buena leche” tanto para analizar para difundir la literatura.

CONTAR EL CUENTO

Lo que dicen cuando callan es el tercer libro de cuentos de Alejandra Laurencich. Antes, dio a conocer Coronadas de gloria (Premio del Fondo Nacional de las Artes 2001) e Historias de mujeres oscuras (Premio Municipal 2007), además de la novela Vete de mí. Para la autora, una de las figuras de la nueva narrativa argentina, la posibilidad de leer los tres volúmenes juntos constituye una puerta abierta para percibir su evolución en el género.

Alejandra dirige la revista literaria La Balandra, de próxima aparición en México. Foto: Especial
Alejandra dirige la revista literaria La Balandra, de próxima aparición en México. Foto: Especial

“A medida que avanzo en el oficio, veo una evolución y me gusta poner ese proceso frente a la mirada del lector, que notará cómo era cuando empezaba a escribir y cómo lo hago ahora”, dice la escritora desde su casa en Florida, provincia de Buenos Aires.

–      Mucha gente se había apresurado a matar al cuento antes de tiempo y nos damos cuenta de que es un género que sigue muy en auge…

–      No sé. Acá en Argentina nunca se dejó de leer cuentos. Latinoamérica, además, es semillero de cuentistas. Me parece que es más en Europa donde la gente no consume más que novela, aunque esas aseveraciones me parecen un manejo editorial, no una realidad. Lo que hacen las editoriales en torno a los géneros literarios tiene que ver con un mercado, no con lo que pasa realmente a un lector. Además, cuando escribes cuentos, suelen asustarte mucho, como que no vas a ser conocido o hacer carrera en la literatura si no haces una novela, pero la reciente Premio Nobel (Alice Munro) es cuentista…

–      ¿Qué significa llevar adelante una revista literaria como La Balandra?

–      En Argentina siempre hubo una tradición de revistas literarias como El escarabajo de oro (fundada por los escritores Abelardo Castillo y Liliana Heker), A puro cuento (de Mempo Giardinelli). Ahora hay muchas apuestas que muestran el interés por este tipo de productos, algunas son digitales. Recuerdo Los asesinos tímidos, El interpretador…en papel, además de La Balandra, están La mujer de mi vida, ahora salió Los inútiles de siempre…me olvido de muchas…Y en cuanto a lo que significa: ¡Un esfuerzo enorme! (risas)…es lo primero en que pienso cuando la veo, cuánto trabajo. Pero también me ha dado muchas satisfacciones, sobre todo entre los lectores, que la quieren, la buscan, si te pones a pensar, es genial que haya esa avidez por una revista literaria. Hay personas muy importantes como Mempo Giardinelli, Guillermo Schavelzon, que son fans de la revista y eso da mucho asombro y regocijo. La otra vez me contaron que Eduardo Galeano se la sacó a no sé quién en el avión…recientemente fui a Brasil como autora, no obstante lo cual llevé la revista, que tuvo mucha repercusión entre escritores, alumnos universitarios, talleristas…eso es maravilloso.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas