Ciudad de México, 19 de abril (SinEmbargo).- En México, 45 de cada 100 empleadas de la industria maquiladora padecen violencia laboral, según datos de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim).
Esta violencia se manifiesta en largas jornadas de 10 a 12 horas diarias, ambientes de trabajo tensos y hostiles, bajos salarios, acoso y hostigamiento sexual, sometimiento a pruebas de embarazo y despidos por ingravidez, inadecuadas condiciones laborales y hasta prohibiciones para ir al baño y tomar agua.
Ante este panorama, las diputadas perredistas Margarita Elena Tapia Fonllem, secretaria de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, y Teresa de Jesús Mojica Morga propusieron una iniciativa de reforma a la Ley Federal del Trabajo, para adicionar un capítulo donde se establezcan disposiciones especiales a las empresas maquiladoras, señala un boletín de la Cámara de Diputados.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, para octubre de 2013 en México había 5 mil 22 unidades económicas dedicadas a la industria manufacturera, con 3 millones 317 mil 55 trabajadores.
A pesar de que tanto el gobierno federal como los gobiernos locales han facilitado la operación de la industria maquinadora en el país, no todas las empresas cumplen con las disposiciones previstas en la ley respecto a la protección de los trabajadores, pues en algunos casos persisten violaciones a sus derechos laborales.
Por ello es que la iniciativa propuesta por las perredistas plantea aspectos como obligar a los patrones a establecer un receso para que las trabajadoras tomen sus alimentos y que dispongan de tiempo suficiente para satisfacer sus necesidades fisiológicas. Asimismo que les proporcionen alimentos que anulen los efectos nocivos de sustancias tóxicas y peligrosas que dañen la salud de los trabajadores.
También propone que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos determine un ingreso mínimo para el trabajo en maquila y se elaboren reglamentos internos y códigos de conducta para crear un ambiente laboral libre de violencia física, psicológica o sexual y cualquier tipo de discriminación.
