El mexicano Carlos Slim Helú ha visto su fortuna reducirse en 2 mil 100 millones de dólares al tiempo que el peso mexicano es el más debilitado de entre las principales divisas mundiales y las acciones de su gigante de telecomunicaciones, América Móvil SAB sufrió su mayor caída en ocho años el mes pasado. Ahora el multimillonario es el octavo más rico del mundo, cuando en septiembre era el tercero.
Ciudad de México, 19 de mayo (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Los esfuerzos de Carlos Slim para distanciar sus inversiones de México no han avanzado suficientemente rápido para evitar su caída en la lista de las personas más ricas del mundo.
Slim, de 76 años, ha visto su fortuna reducirse en 2 mil 100 millones de dólares al tiempo que el peso mexicano es el más debilitado de entre las principales divisas mundiales y las acciones de su gigante de telecomunicaciones, América Móvil SAB sufrió su mayor caída en ocho años el mes pasado. Ahora el multimillonario es el octavo más rico del mundo, cuando en septiembre era el tercero.
El empresario ha intentado expandirse en Europa, incluyendo su reciente oferta de compra por la española Fomento de Construcciones & Contratas (FCC).
Aún así, un parte significativa de su riqueza viene de América Móvil. La operadora de telefonía celular, que está enfrentando una campaña antimonopolio en su mercado doméstico (México), registra sus ventas en pesos pese a que opera a lo largo de América Latina y otros mercados, y eso ha tenido un impacto en sus resultados.
El peso ha caído un 6.7 por ciento ante el dólar este año y 18 por ciento en los últimos 12 meses, colocando la fortuna de 50 mil 100 millones de dólares de Slim en desventaja de cara a sus colegas multimillonarios. Esto ha aumentado el precio de hacer negocios.
“Se ha vuelto más caro operar”, dijo José Otero, director para América Latina del grupo de corredores de bolsa 5G Américas. “Cualquier cosa, desde el equipo que utilizas para inraestructura, a los teléfonos móviles, todo lo paga la compañía en divisas fuertes”, como dólares y euros .
