ENTREVISTA “Los periodistas le sacamos jirones al olvido”, dice Diego Petersen, autor de “Los que habitan el abismo”

19/08/2014 - 12:00 am
El reconocido periodista presenta su primera novela, "Los que habitan el abismo". Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
El reconocido periodista presenta su primera novela, “Los que habitan el abismo”. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).- Los 50 años de Diego Petersen, reconocido periodista mexicano cuyo ámbito de trabajo ha transcurrido mayormente en Guadalajara, donde nació el 8 de diciembre de 1964, lo sorprenderán gozando de un nuevo y grato estatus, el de escritor de novela negra que promete.

Merced a la reciente salida de Los que habitan el abismo (Planeta), el reconocido profesional de los medios ha ingresado por la puerta ancha al mundo de la literatura y su horizonte en ese sentido, a juzgar sobre todo por este primer y elogiado trabajo, se augura más que interesante.

Parece una historia recurrente: periodista de la mediana edad abandona la furia de las redacciones y se hace a un lado para finalmente cumplir un sueño anhelado.

¿Hay en todo periodista un escritor de clóset?, es lo primero que le preguntamos a este hombre de modales exquisitos y sonrisa compradora, uno de los fundadores de los periódicos tapatíos Siglo 21 y Público, ex directivo además de Milenio Diario.

“No lo sé. En mi caso esta experiencia, que ha sido sumamente divertida, expresa una necesidad, la de buscar un límite distinto al que plantea mi oficio periodístico, que es también muy divertido, pero tiene sus normas rígidas”, dice el escritor en entrevista con SinEmbargo.

“Hay una serie de cuestiones que no puedes narrar periodísticamente y tienes que salir a la ficción para de ese modo ampliar el horizonte”, agrega.

UNA HISTORIA DE REDACCIÓN

Salir en busca de la ficción en el caso de Petersen no implica alejarse definitivamente de su labor en los medios. Por el contrario, Los que habitan el abismo más bien parece una ida al reencuentro con el oficio al que le ha entregado la mayor parte de su energía vital.

La novela cuenta la historia de Manuel Reza, un abúlico y descreído subdirector de un periódico, El Matutino, quien camina indefectiblemente al precipicio de una noticia bomba que lo involucra personalmente. Mientras, sufre agruras, vive un romance virtual con una antigua novia y le cuenta sus cuitas a un psicoanalista de nombre Eduardo, cuyo trabajo consiste en enfrentarlo rudamente ante su propio espejo.

No falta el entrañable reportero de nota roja en la piel de un personaje bautizado como Beto Zaragoza, un papá soltero que cuando no tiene tiempo se lleva el trabajo a casa, es decir, acomoda los cadáveres en la cajuela de su auto para poder fotografiarlos con calma fuera de la escena del crimen.

Más allá de la historia real de una viuda negra que asesinaba a sus maridos para luego cobrar el seguro, la novela funciona también como una especie de recreación de lo que es hoy el oficio del periodismo.

“Creo que la pauperización de nuestra profesión y el modelo de negocio que está roto en el caso de los medios, hacen muy complicada la vida del periodista y reconozco que un  periódico ya no es el mejor lugar donde una persona pueda trabajar”, admite Diego Petersen.

“Pero el oficio de periodista está vigente. Alguien tiene que narrar el mundo y editarlo para hacerlo comprensible. Discuto mucho este tema con gente que porque está en Twitter ya se cree periodista. El nuestro es un oficio necesario y tendrá que entrar nuevas formas para su desempeño”, agrega.

–      Yendo al meollo de tu novela, hay que reconocer que la realidad que planteas es absurda. La del reportero que se lleva el cadáver descuartizado a casa para poder fotografiarlo con tiempo…la del médico forense que toma Nescafé tibio, como si su profesión no le alcanzara ni siquiera para comprarse una bebida digna…

–      (risas) Pero son cosas reales. Cada una de las cosas que narro en Los que habitan el abismo las viví en las distintas redacciones que pisé. La realidad es mucho más ruda que la ficción. Para qué vamos a andar inventando cosas si, por ejemplo, es real el caso del periodista que se trajo el cadáver en la cajuela y luego lo retornó al forense. ¿Y yo por qué? Eso realmente ocurrió. También es cierto que es un hecho que se hace creíble sólo en el contexto de la ficción y por eso lo recupero en la novela.

–      También describes en tu libro ese bello momento que tarde o temprano atraviesa un periodista, cuando está en la redacción y tiene que narrar un hecho importante que acaba de acontecer…

–      Efectivamente. Cuando te das cuenta de que eso es lo que te llena, más allá de todas las dificultades. Sucede algo y te sube la adrenalina, te gana el orgullo de ser periodista, aun cuando ese momento sea tan efímero como la noticia misma. Y ese es nuestro oficio, quitarle jirones al olvido en un mundo donde todo está hecho para olvidarse.

El periodismo atraviesa una situación complicada, pero la profesión no desaparecerá, asegura. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
El periodismo atraviesa una situación complicada, pero la profesión no desaparecerá, asegura. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

–      Tú no olvidas. De hecho, esta novela está basada en un hecho real

–      Sí, se trata de una historia que estuvo fermentando 20 años dentro mío. Un hecho muy doloroso vivido por una persona muy cercana, que se traduce ahora como la manera de querer explicarme qué sucedió realmente. Todo pasa en seis días, un tiempo en el que Mike, el hijo de la viuda negra, debe comenzar a asimilar cómo ha sido esa mujer conocida como tu madre, a la que lloraste en su supuesto velorio y que probablemente esté viva, escondida en algún sitio.

–      Si Mike, tu amigo, no hubiera muerto en un accidente, ¿hubieras escrito esta novela?

–      No lo sé. Si él estuviera vivo seguramente habría habido una evolución distinta del asunto y tal vez otra explicación de lo que pudo haber pasado, pero el libro está escrito desde el dolor por la pérdida del amigo.

Foto: Especial
Foto: Especial

–      ¿Cómo fue naciendo la idea de la novela?

–      Fue a raíz de mi amistad con Juan Gelman, quien siempre me insistía con que tenía que escribir una novela. Lo cierto es que como buen periodista, no sé escribir sino bajo presión. Así que al mejor estilo decimonónico la fui publicando por entregas en El Informador. Cuando tuve todo el material reunido, se la pasé a dos grandes amigos escritores, Antonio Sarabia y Antonio Ortuño, con el pedido de que la hicieran pedazos, algo que hicieron. Luego de eso empezó un proceso mucho más disciplinado de reescritura. Los personajes iban cobrando forma, teniendo su propio peso y les urgía salir a ocupar su lugar en la novela.

–      ¿Quiénes son los que habitan el abismo?

–      Creo que todos los que estamos metidos en esta realidad que nos absorbe, nos enfrentamos a nuestro propio abismo. Estamos encerrados en nuestro abismo, cada vez más solos, cada vez más lejos, frente a una incapacidad de comunicación cada vez mayor.

–      ¿Eso significa que tienes una visión apocalíptica del mundo, de la vida?

–      No, todo lo contrario. Soy un tipo muy optimista, aunque debo reconocer que hay otra parte de mí que es muy oscura.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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