Me interesa ser un escritor que no deja de hablar con su país: Diego Trelles

19/08/2017 - 12:04 am

El escritor peruano Diego Trelles Paz afirmó, en una entrevista con Efe, que le interesa “ser un escritor que no deja de hablar con su país”, a propósito de la presentación en Lima de su novela La procesión infinita, finalista del premio Herralde y publicada por el sello español Anagrama.

Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).-“Tanto en Bioy como en La procesión infinita hay una necesidad de reflexionar, hay un llamado a pensar, a recordar, y creo que esto es necesario en tiempos en los cuales el debate más bien tiende a cerrarse, a enardecerse”, señaló.

El escritor Diego Trelles, quien presentó el domingo pasado su novela en la Feria Internacional del Libro de Lima, agregó que es una obra “donde hay una historia de amor, indagaciones policiales, detectivescas, muchas alusiones y guiños a hechos y personajes reales”.

“No es solamente una novela política, es una novela que bajo el telón de fondo que es el de la pos-dictadura (de Alberto Fujimori 1990-2000) intenta mostrar una serie de personajes que viven en duelo”, agregó.

FINALISTA DEL RÓMULO GALLEGOS

El autor de Bioy, novela que ganó el premio Francisco Casavella del 2012 y fue finalista del Rómulo Gallegos del 2013, remarcó que el título de su nueva obra alude a “una especie de luto que no se acaba, que los peruanos arrastramos, llevamos y que muchos a esta alturas prefieren ya dejar ir”.

La obra presenta, de esa manera, la historia del Chato y su amigo Francisco, de mujeres “fuertes” como Cayetana Herencia y la Chequita, del memorable Pochito Tenebroso, así como la presencia casi desconocida de Sendero Luminoso en la Pontificia Universidad Católica del Perú, centro de la elite intelectual peruana y ubicada a muy poca distancia de la estatal Universidad de San Marcos.

“Yo quería reflexionar sobre cómo, en esa época, las diez cuadras que separan a la Católica de San Marcos eran casi un reflejo del Perú, porque cuando Sendero entra en la Católica es casi una sombra, que va jalando estudiantes, que los va arrastrando, algo que en San Marcos era abierto”, explicó.

El escritor reflexionó que “estas diez cuadras eran también la distancia que separaba a un grupo social que estaba expuesto y que iba muriendo, cayendo preso, arrastrado también por Sendero Luminoso y otro que estaba protegido en ese fortín que era aparentemente inexpugnable”.

Trelles, nacido en Lima en 1977 y quien vive desde hace 20 años fuera de Perú, remarcó que siempre está al tanto de la política, el fútbol y el arte de su país.

“No creo ser un escritor peruano, no me interesa eso, me interesa ser un escritor que no deja de hablar con su país”, enfatizó antes de decir que siente que ahora tiene una posición en la que se siente “cómodo como creador literario, como escritor”.

Al referirse al gran nivel de la literatura peruana actual recordó que esta procede de una gran tradición, “porque no todo país de habla hispana tiene a un Vallejo, un Martín Adán, un Ribeyro, un Arguedas, un Vargas Llosa, un Reynoso, un Bryce Echenique, una Blanca Varela”.

“Lo que a mí me sorprende es que dentro de un escenario literario muy pequeño, se está creciendo, se está profesionalizando, generando lectoría, hay ferias que se ponen más serias y eso está generando también en nosotros, los escritores, una responsabilidad”, acotó.

Trelles consideró que los actuales narradores de Perú figuran “en ese grupo selecto de 5 países de habla hispana que están produciendo cosas serias”, entre los que mencionó también a Argentina, México, Chile y Colombia.

“Hay una escena de Los detectives salvajes (del chileno Roberto Bolaño) en la que un editor es amenazado de muerte y un crítico es retado a duelo; esas cosas también se han dado acá de alguna manera en la realidad, no solamente como fábula. Acá la literatura se vive intensamente”, concluyó.

La procesión infinita, que es la segunda novela de un tríptico iniciado con Bioy y cuyo tercera obra está en proceso de creación.

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