El PRD tuvo varios avisos de que debía salirse del Pacto por México, pero la dirigencia los ignoró, acusan líderes

20/01/2014 - 12:03 am
El PRD se salió del Pacto por México hasta noviembre, antes tuvo varias oportunidades de hacerlo. Foto: Rebeca Argumedo, SinEmbargo
El PRD se salió del Pacto por México hasta noviembre, antes tuvo varias oportunidades de hacerlo. Foto: Rebeca Argumedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 20 de enero (SinEmbargo).– A pesar de que  el Partido de la Revolución Democrática (PRD) tuvo varias oportunidades para abandonar el Pacto por México, no lo hizo hasta la antesala de la votación de la Reforma Energética y recibió una embestida ejemplar en el Congreso de la Unión, donde sus legisladores fueron minimizados e incluso obstaculizados para votar.

Hoy, los principales detractores del Pacto al interior de la izquierda ponen el dedo en la llaga: Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) señala al Sol Azteca como un aliado del gobierno que permitió que se consumara la privatización del sector energético y dentro del partido los líderes en contra del acuerdo no se quedan atrás.

La semana pasada, Marcelo Ebrard Casaubón, ex Jefe de Gobierno Capitalino, envió una carta a los miembros de la Comisión Política Nacional del PRD, que sostuvieron su primera reunión del año, donde les advirtió de una salida tardía del Pacto por México.

En la misiva el también aspirante a la dirigencia perredista expuso: “Presenté en octubre una encuesta nacional en la que se mostraba como el PRD no solo no recibía reconocimiento por su colaboración con el gobierno federal, sino lo contrario. Salimos demasiado tarde del Pacto, cuando el daño estaba hecho”.

El PRD tuvo varias oportunidades de abandonar el acuerdo: la primera de ellas fue justo cuando Jesús Zambrano Grijalva, presidente Nacional de la fuerza política, lo firmó y fue duramente criticado y señalado de “firmar por su cuenta”, sin el consenso de los perredistas.

Los bejaranistas inmediatamente se quejaron y reprobaron la participación del Sol Azteca en un acuerdo que dijeron, sólo beneficiaría al Presidente Enrique Peña Nieto y serviría para legitimar sus reformas estructurales.

Pero Zambrano hizo caso omiso, defendió su participación y enfrentó una segunda oportunidad para abandonar el barco: el escándalo del uso de la Cruzada Nacional contra el Hambre para fines electorales en Veracruz y en varios estados donde habría elecciones el 7 de julio.

En abril del año pasado, Gustavo Madero Muñoz, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), acusó al gobierno de Veracruz de crear una estructura electoral paralela, conformada por 57 funcionarios de gobierno, tanto local como federal, para apoyar con recursos de programas sociales a los candidatos priístas y presentó unas grabaciones como prueba.

“Hay una fusión entre el PRI gobierno, que violenta todas las normas constitucionales que obligan a la imparcialidad y a la equidad en las contiendas. Esta fusión se materializa en lo que ellos mismos le denominan una estructura paralela o estructura ciudadana, encabezada por el mismísimo Gobernador del estado de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y en la que participan 57 funcionarios de los tres órdenes de gobierno”, denunció.

Los panistas hicieron una denuncia y pidieron juicio político en contra de Rosario Robles Berlanga, Secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) y del Gobernador Javier Duarte.

Además el PAN amenazó con salirse del Pacto por México y Madero dejó de asistir a las mesas de negociación.

El 19 de abril Zambrano encabezó el Consejo Nacional Extraordinario de su partido, cuya agenda no tenía contemplado el tópico de las alianzas y el Pacto por México.

Pese a que durante el Consejo varios perredistas pusieron sobre la mesa la necesidad de abandonar el Pacto, la dirigencia decidió sostenerse y sumarse más tarde  las denuncias del PAN con el argumento de que además, la Sedesol eligió al menos a 70% de sus delegados estatales por su pasado priista y no por sus aptitudes.

Aunque el Pacto entró en un impasse de unas semanas, los líderes de los tres partidos (PRI, PAN y PRD) firmaron un Adéndum para colocar “candados” relacionados con el uso de recursos públicos en las elecciones y el Pacto siguió su curso.

Durante los meses siguientes, Zambrano se dedicó a destacar las virtudes de pertenecer a una mesa de negociación con el PRI y el PAN.

En septiembre se realizó un foro en el Senado sobre la Reforma Energética en el que participó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Foto: Rebeca Argumedo, SinEmbargo
En septiembre se realizó un foro en el Senado sobre la Reforma Energética en el que participó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

El PRD presentó su propuesta de Reforma Energética a cargo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y la dirigencia nacional apostó por que sus argumentos serían escuchados y tomados en cuenta.

Pero cuando llegaron las elecciones del 7 de julio, se puso a prueba la efectividad del Adéndum.

Tanto PAN y PRD denunciaron el fracaso del Adéndum. Acusaron al PRI de las suyas en los 14 estados: compró votos, quemó autos, saqueó sedes y se unió al crimen organizado.

Pero pese a las acusaciones, en agosto de nueva cuenta, el Sol Azteca tuvo la oportunidad de salirse del Pacto. No lo hizo.

Durante el V Pleno Extraordinario del VIII Consejo Nacional, el sábado y las primeras horas del domingo,  las distintas corrientes del PRD mantuvieron una acalorada discusión sobre si el partido debería o no continuar dentro del Pacto.

El partido elaboró un documento para fijar su postura sobre la permanencia de partido en el acuerdo y ante las reformas estructurales anunciadas por el gobierno federal.

Algunas tribus perredistas argumentaron que el acuerdo sólo servía para legitimar el gobierno del priista Enrique Peña Nieto y culparon a la permanencia de su dirigente en esta negociación de los malos resultados que tuvo el PRD durante las elecciones locales del 7 de julio.

Ante las críticas, Zambrano Grijalva aseguró que el Pacto Por México permitía defender las posiciones perredistas dentro de las negociaciones de las reformas estructurales.

“Se mantienen diferentes posiciones sobre la conveniencia de mantenerse en el pacto, en tal virtud, al mismo tiempo se respeta, por parte del Consejo Nacional, la participación o el derecho a no participar por parte de militantes del PRD en todos los espacios en los que esté la posibilidad e impulso de las posiciones políticas del partido tanto en las Cámaras del Congreso de la Unión, los movimientos sociales, el Pacto por México, los distintos foros de debate y en las movilizaciones que sean necesarias”, dijo.

REFORMA NO QUEBRÓ AL PACTO 

Dos días después del Consejo perredista, Peña Nieto presentó su iniciativa de Reforma Energética donde dejó ver claramente que buscaba privatizar la industria petrolera a través de la modificación de los artículos 27 y 28 constitucionales y los contratos de utilidad compartida.

Ese día los panistas llamaron “tibia” la propuesta del Ejecutivo y los perredistas se escandalizaron y dijeron que impedirían la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Sin embargo, el Pacto siguió su curso y el PRD de los “Chuchos” o Nueva Izquierda continuó con su afán por permanecer dentro del acuerdo.

Durante los siguientes meses se dieron varios sucesos que dieron pie a la salida de los perredistas:

La promoción de la iniciativa priista en todo el país y que apuntaba a que no desistirían de privatizar los hidrocarburos, el llamado de Cárdenas, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y hasta de Andrés Manuel a dejar el Pacto, las marchas en las calles, la recolección de firmas para solicitar una Consulta Popular en torno a la Reforma y un silencio absoluto del gobierno federal ante el llamado de la izquierda.

El PAN presentó una iniciativa que algunos especialistas calificaron como más agresiva que la priista, pero el PRD siguió en aras de negociar las dos reformas a punto de cocinarse: la Fiscal y Energética.

EL ÚLTIMO MOMENTO 

El PRD realizó diversas movilizaciones en contra de la privatización del petróleo, como una "Cadena Humana". Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
El PRD realizó diversas movilizaciones en contra de la privatización del petróleo, como una “Cadena Humana”. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

El 23 de noviembre de 2013, un mes antes de que se promulgara la Reforma Energética de Peña Nieto que privatizó al sector energético, en el Centro Vacacional y de Convenciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ubicado en Oaxtepec, Morelos, los perredistas decidían su permanencia dentro del Pacto por México.

Se trataba del Congreso Nacional, uno de los eventos más importantes del partido que definiría, entre otros asuntos, el tema de las alianzas electorales, la elección de dirigentes y la permanencia en el Pacto.

Aunque durante todo el año los miembros de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), que lidera René Bejarano, se mantuvieron en contra del acuerdo, durante el Congreso, dieron su brazo a torcer.

Los bejaranistas apoyaron mantenerse dentro del Pacto bajo la premisa de que se saldrían “si el PRI insistía en privatizar la renta petrolera”.

No hubo discusiones acaloradas y el único alboroto que se suscitó al respecto, fue durante la inauguración donde Zambrano fue recibido por un coro que gritaba: ¡No al Pacto! ¡No al Pacto!

Ese fue el momento, el único grito en contra de la medida para después tornarse en un ambiente “terso” y alabador de las virtudes del acuerdo.

René Bejarano declaró que no se trataba de un voto a favor, sino de una negociación con los “Chuchos”, pero para Marcelo Ebrard, quien asistió al Congreso Nacional con la solicitud expresa de abandonar el Pacto, la lectura fue distinta.

El político criticó la decisión y anunció que impugnaría el Congreso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

“El gran disenso del partido es el tema del Pacto ¿Qué hace el PRD sentado en una mesa ante la iniciativa de Reforma Energética? Una cosa que es contradictoria. Parece que el PRD defiende más al Pacto que el mismo PRI”, dijo Ebrard.

Los que hicieron los acuerdos a puerta cerrada, mientras los congresistas tomaban baños de sol tirados en el césped del Centro Vacacional, quedaron satisfechos y volvieron a la Ciudad de México.

Cuatro días después de aquella “luna de miel” con el Pacto por México, el 28 de noviembre, Jesús Zambrano anunció inesperadamente que el PRD se salía del acuerdo y de la negociación sobre la Reforma Política del PAN y del PRI.

“Lamentablemente nada de lo sustantivo está contenido en el borrador dado a conocer. El INE [Instituto Nacional Electoral] es un INE descafeinado que puede poner en riesgo las elecciones”, dijo.

El PRD solicitó la suspensión de las reuniones de las comisiones para la discusión de la Reforma Política, debido a que no había condiciones para aprobarla.

La cuenta oficial en Twitter del PRD agregó: “Que quede claro que PRI y PAN están rompiendo el Pacto. No avalaremos que se empeñe el futuro del país: Zambrano”.

El resto, lo que vino después, fue una suma de fuerzas al interior del Congreso de la Unión a favor de las reformas de Peña Nieto y la reducción de los perredistas a una minoría.

En el Senado de la República pudieron debatir durante días la Reforma Energética, pero en la Cámara de Diputados hasta se les impidió el voto a varios legisladores.

Hubo toma de tribunas, barricadas, golpes y gritos. Karen Quiroga Anguiano, Diputada por el PRD le lanzó una bofetada a su homóloga del Revolucionario Institucional (PRI), Landy Berzunza Novelo durante la discusión de la Reforma Energética.

Quiroga Anguiano solo tuvo aquella bofetada para desahogarse por la “aplanadora” de los priistas y los panistas. En ese momento, el Pacto por México que alguna vez el PRD defendió, no le sirvió de nada.

Hoy los perredistas dicen que el Pacto está muerto, pero que la disponibilidad para negociar está más viva que nunca para retomar las Leyes Secundarias de las reformas estructurales y avanzar en la Reforma Política para el Distrito Federal.

Aún y más allá del recinto legislativo: “Solos no podríamos sacar reformas que se requieren o asuntos legislativos en distintas materias del quehacer nacional. Por lo tanto la necesidad de poder construir acuerdos con los demás, pues no está cerrada. Si queremos que se aprueben cosas, tenemos que construir esos acuerdos, privilegiando el papel del trabajo legislativo y los acercamientos que fuera del legislativo se tengan que hacer con el gobierno, con las dirigencias de otros partidos, eso ya será parte de un proceso”, dijo Zambrano apenas, la semana pasada.

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