Gobierno de Brasil busca contener el impacto de crisis de la carne y salvar exportaciones tras escándalo

20/03/2017 - 3:50 pm

El escándalo se destapó el pasado viernes cuando se reveló que la llamada “Operación Carne Fraca” (carne débil) había conducido a la detención de 33 fiscales sanitarios que flexibilizaban sus inspecciones o no las hacían a cambio de sobornos de plantas procesadoras vinculadas a grupos como BRF y JBS, dos de los mayores exportadores mundiales del producto.

El presidente de Brasil, Michel Temer hoy. Foto: EFE

Río de Janeiro, 20 marzo (EFE).- El Gobierno de Michel Temer trata de limitar el impacto del escándalo de la mafia la carne, que ha derivado en la restricción de las exportaciones brasileñas a China, Europa, Corea del Sur y Chile y ha puesto contra las cuerdas a uno de los sectores más fuertes de la economía del país.

En sus intentos por frenar la crisis, el Gobierno de Temer anunció que ofrecerá hoy mismo una detallada explicación a las autoridades chinas para revertir la decisión de Pekín de suspender temporalmente las importaciones de carne.

También la Unión Europea estudia la situación cuidadosamente y ha dejado en suspenso las importaciones de las empresas salpicadas por el fraude, como Chile y Corea del Sur.

El escándalo se destapó el pasado viernes cuando se reveló que la llamada “Operación Carne Fraca” (carne débil) había conducido a la detención de 33 fiscales sanitarios que flexibilizaban sus inspecciones o no las hacían a cambio de sobornos de plantas procesadoras vinculadas a grupos como BRF y JBS, dos de los mayores exportadores mundiales del producto.

Según los investigadores, el fraude abarcaba desde cambiar la fecha de vencimiento del embalaje de carne ya caducada hasta inyectar agua en la carne de pollo para alterar el peso o utilizar ácido ascórbico para enmascarar el deterioro de los productos.

El escándalo, que inicialmente se abordó en Brasil como un caso más de corrupción y que salpica directamente al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera Temer, se ha convertido ya en un problema de salud pública que ha puesto al Gobierno en la mira.

“Tenemos unas 4.850 plantas de frigoríficos en Brasil y sólo tres fueron intervenidas y otras 18 son investigadas”, afirmó hoy Michel Temer, que el domingo invitó a comer a una representación diplomática en Brasilia para demostrar que la carne local sigue siendo una de las mejores del mundo.

“Tenemos un sistema muy riguroso de inspección sanitaria en Brasil. El número de funcionarios del Ministerio de Agricultura involucrados en los fraudes es diminuto”, insistió el presidente, recordando que sólo 33 de los cerca de 11.000 funcionarios que trabajan en la inspección sanitaria están bajo sospecha.

También desde la Asociación Brasileña de Carne Animal (ABPA) y la Asociación Brasileña de las Industrias Exportadoras de Carne (Abiec) insistieron hoy en defender la carne brasileña y responsabilizaron a la policía del perjuicio que ha sufrido la imagen del sector en el exterior.

“La comunicación, a nuestro juicio, dio origen a esa generalización y al siguiente minuto las empresas de carne brasileñas fueron todas tiradas a la basura”, dijo el presidente de la ABPA, Francisco Sergio Turra.

Para el técnico de la ABPA Ruy Vargas, hubo un “error al hacer una masificación de la información intentando crear una imagen completamente negativa de la carne brasileña para consumidores y compradores”.

“Todas las cosas que fueron dichas son técnicamente equivocadas”, añadió Vargas en una rueda de prensa en Sao Paulo.

El escándalo ha provocado pérdidas millonarias en el sector y ha golpeado con dureza a dos de las empresas directamente implicadas, JBS y BRF, cuyo valor en el mercado ha caído cerca de 2 mil millones de dólares desde el viernes.

Su caída en la bolsa de Sao Paulo se acentuó hoy con pérdidas a mitad de sesión del 1.87 por ciento para JBS, del 3.21 por ciento para BRF y del 4.11 por ciento para Marfrig, otra importante productora que no fue citada en la investigación pero que igualmente ha sufrido las consecuencias.

Según datos oficiales, Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo y el cuarto en porcina.

Las ventas externas de esos tres sectores representaron el año pasado el 7.2 por ciento de ese comercio, unos 11 mil 600 millones de dólares.

El mayor problema, sin embargo, está en el mercado interno, dado que los brasileños consumen el 80 por ciento de la carne que se produce en el país y, según un encuesta de la cadena Globo, el 65 por ciento está dispuesto a cambiar sus hábitos alimenticios y dejar el churrasco de lado mientras se aclara la situación.

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