Hoy, el séptimo juego de las finales de la NBA, una serie para el recuerdo: ¿quién se llevará la gloria?

20/06/2013 - 1:30 am
Foto: Facebook
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Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).- Ray Allen cumplirá 38 años el próximo 30 de julio. El tirador estará en el salón de la fama años, después de que anuncie su retiro. Por mientras, Allen sigue provocando delirios con sus tiros detrás de la línea de tres puntos. El Miami Heat jala reflectores por medio de su “Big Three” conformado por James, Wade y Bosh, sin embargo, es el longevo jugador quien es noticia en estas finales de alarido en la NBA.

Este 2013, dos equipos inconmensurables han homenajeado el slogan que viste a la mejor liga del mundo: “I love this game”, es la bandera con la que la NBA ha enamorado a millones de aficionados alrededor del mundo. El deporte ráfaga tiene ya en su naturalidad un espectacular ritmo de juego de ida y vuelta. Son ciertos jugadores los que han colocado al basquetbol estadounidense como el que mejor se practica en el planeta. Miami y San Antonio han dado emociones que han llegado hasta el final.

Los dos equipos finalistas han intercalado victorias en cada partido. Durante seis partidos, la serie pasó por momentos trepidantes con la fortaleza y determinación del vigente campeón así como muestras de la experiencia de unos Spurs que han construido una dinastía digna de un equipo trabajador lleno de talento. Greg Popovich ha construido equipos durante más de 15 años a la altura del jersey de San Antonio. El séptimo partido de esta final es la última estocada que dará uno de las dos escuadras.

Hace 48 horas, los San Antonio Spurs entraron al American Airlines Arena dispuestos a terminar con los pronósticos que dan alto porcentaje a la posibilidad de que el equipo que comanda Lebron James construya una dinastía que gobierne la liga por muchos años. La casa del Miami Heat veía como Tim Duncan anotaba 25 puntos de los 50 que tenía la escuadra tejana en el marcador mientras sus jugadores no encontraban el ritmo necesario para competir.

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La disputa de un partido a ganar o morir promueve sensaciones escondidas en los protagonistas que los hacen convertirse en seres con las emociones al filo de sus dedos donde solo los jugadores con linaje distinto pueden cambiar la historia de un partido. Allen lleva 17 temporadas dando muestras de su talento pero sobre todo de un temperamento que muy pocos jugadores en la liga tienen. Comuna humildad de jugador grande, aceptó un rol secundario detrás de los tres estandartes que el Heat llevó a la Florida. Desde ahí, con trabajo, Ray ha revitalizado su nombre sin que hiciera falta.

Sin Tony Parker o Emanuel Ginobili en su noche, los San Antonio Spurs perdieron una ventaja de más de 15 puntos con una respuesta bravía del jugador más dominante de liga. Lebron James tiene la virtud de la remontada. Sin embargo, sigue siendo el momento estelar su principal carencia. El martes, su equipo confió en su principal figura para que cerrara con broche de oro su espectacular segunda mitad de partido pero fue Allen quien con un triple con la temple de un héroe, mandó a tiempos extras el partido mientras la afición se volvía loca en la grada.

Que el partido se haya ido a tiempo suplementario, fue un golpe en la moral tejana. Un partido que tenían dominado se les fue arrebatado de las manos. El ímpetu de la segunda mitad alcanzó para que los cinco minutos extra fueran a favor del Heat. Al final del partido, las cabezas cabizbajas en el lado de los Spurs retrataban la frustración de no haber conseguido el título número cinco en su historia. Las sensaciones del partido de hoy dan favorito a Miami. La tendencia de la serie indica que la victoria será para San Antonio. La moneda está en el aire como hace muchos años no estaba en la NBA. El último suspiro de la temporada lo protagonizan don colosos hambrientos de historia. Todo análisis sobra, solo queda relajarse y disfrutar.

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