José Manuel “Chepo” de la Torre, el hombre de buenos números, pero sin mucho juego

20/06/2013 - 12:00 am

Foto: Facebook
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Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).- José Manuel “Chepo” de la Torre fue elegido entrenador de la Selección Mexicana de futbol después un camino labrado. El puesto se lo ganó con un excelente trabajo en Chivas y Toluca quedando campeón de liga en ambos equipos. Tras la renuncia de un criticado Javier Aguirre, los encargados de determinar la cabeza del seleccionado nacional pusieron sus ojos en un tipo al que le llovían elogios por doquier.

El 18 de octubre de 2010, el técnico de carácter fuerte y de gestos fruncidos fue anunciado como entrenador nacional. “Chepo” llegaba con el mandato de durar cuatro años en el mando desde que Ricardo La Volpe completó el ciclo para el mundial de Alemania en 2006. Todo análisis que se escribía hablaba sobre un renacer de la mano de un tipo capaz de entender el rol de sus jugadores para plantear la mejor estrategia posible, pero sobre todo, se hacía referencia a la disciplina que se impondría tan necesaria en un grupo que había sido más noticia por sus escándalos afuera del terreno de juego que con el balón en los pies.

El principio del ciclo fue lleno de ilusión provocada por un nuevo estilo de juego sin la espectacularidad de La Volpe, pero con la eficiencia de una mente pragmática a la que solo le importaban los resultados. México comenzó a jugar con un estilo de escuela. Con un 4-4-2 bien definido comenzó a mostrar variantes que relucían el juego colectivo que históricamente siempre definió a la Selección Mexicana. El gesto duro del entrenador al borde de la cancha dibujaba la misma seriedad de un equipo que no sabía perder.

Desde el 9 de febrero de 2011, José Manuel de la Torre ha dirigido 39 partidos en total. De los cotejos disputados, 19 han sido amistosos y 20 por alguna competencia oficial. Los números arrojan un importante accionar de la escuadra nacional: Sólo se han perdido cinco partidos, tres de ellos amistosos. Chepo mantuvo invicta a la selección en 18 encuentros que contabilizaban puntos en disputa. Hace dos años que la selección viajaba por aguas calmadas con convocatorias lógicas y con un Oro olímpico conseguido por la sub-23 como respaldo al proyecto.

Foto: Twitter
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En 2011, el seleccionador nacional fue considerado el noveno mejor entrenador del mundo en una lista hecha por analistas del juego. En la parte de disciplina, solo un escándalo en Ecuador con prostitutas en el hotel de concentración de la selección “B” que representó a México en Copa América, y que Chepo no dirigía, puso una pequeña mancha a su gestión. El equipo ordenado en cancha también lo hacía fuera de la misma con un orden casi militar desde las declaraciones hasta la forma de vestir siempre elegante.

De menos a más, el México que Chepo ponía en cancha cumplía con los resultados. Las estadísticas lo daban como el mejor entrenador de la selección en los últimos procesos. La sobria Selección Nacional iba con la mira bien puesta en las eliminatorias de Brasil 2014 que estaban a punto de comenzar. La Copa Oro de 2011 hizo salir la mejor versión de un equipo que otra vez dominaba el área tras un breve debate con el avance de Estados Unidos que después se estancó. El hambre de triunfo ilustrado por el golazo de Giovani dos Santos en la final de dicho torneo, fue el punto más alto de la selección mayor en todo este proceso.

La fase previa de las eliminatorias para la justa mundialista del próximo año, se le presentó a México en su mejor versión. De aquella fase escabrosa, se recuerda la victoria en el estadio nacional de Costa Rica. Vestidos de negro, con goles de Carlos Salcido y José de Jesús Zavala, el equipo nacional logró el primer triunfo ante un equipo serio de la zona. El camino al hexagonal cambiaba de tono. Ahora la Copa Confederaciones era la competencia en la mira.

“La Confederaciones nos dirá nuestro nivel real”, declaró de la Torre hace algunos meses. Hoy, la realidad deja mal parado al técnico nacional incapaz de recobrar la memoria colectiva de aquel equipo de 2011 y 2012. Desde que este año arrancó, México tiene 7 goles en 11 partidos y sólo ha conseguido ganar 1 frente a Jamaica por 8 empates y 2 derrotas. La caída libre mexicana tiene preocupada a la afición que no cae en mesura a la hora de demostrar su enojo.

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El cambio radical del técnico nacional, han generado un sinfín de análisis alrededor de lo que pueda estar pasando al interior de la selección nacional. La eliminatoria en una de las zonas menos competitivas del panorama futbolístico que plantea la FIFA, se ha vuelto una pesadilla para esos mismos jugadores que ahora no encuentran la manera de activar el aparato ofensivo mientras que la defensa se muestra titubeante. Sólo José de Jesús Corona ha mantenido vivas las esperanzas clasificatorias en la benevolente CONCACAF.

Si se fuera tan frio en el análisis, “Chepo” de la Torre tiene los números para permanecer a cargo del representativo mexicano. Dos derrotas en partidos oficiales y el tercer lugar en la eliminatoria que le da el pase directo al próximo mundial, son las justificaciones que un matemático calculador daría. Sin embargo, el futbol desarrollado en cancha es la mayor preocupación de todo aquel que ve el futbol como algo más que un deporte, incluso a los miles de patrocinadores que ven peligrar sus inversiones.

El juego sin gracia carente de variantes desdibuja la sonrisa que antes producía ver a los seleccionados portando la camiseta representativa. En medio, la declinación de Carlos Vela a diversas convocatorias ha provocado un ambiente enrarecido que nadie sabe disipar. Versiones van y vienen sin que nadie le ponga un punto concreto. El trato con la prensa del mal encarado técnico, generó reclamos desde los medios de comunicación por respuestas tajantes sin espacio al debate. Pronto, la calma construida pasó a ser un rio revoltoso que el propio De la Torre dejó llegar.

Con la eliminación de la Copa Confederaciones, y con el próximo partido eliminatorio hasta septiembre. Los dueños de la decisión deberán plantearse los pasos a seguir. Si hacerle caso a los números buenos del técnico nacional, o escuchar las voces iracundas de aficionados que hacen sonar el “Fuera Chepo” hasta Brasil. Con la Copa Oro en medio con una selección alterna que no será dirigida por el técnico nacional,  la espera será de aproximadamente mes y medio para ver a la escuadra nacional disputar un partido serio de dimensiones importantes. En el transcurso, los directivos tendrán que pensar y repensar el camino a seguir.

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