ONGs dicen NO a la biología sintética; lucra y es poco útil, acusan

20/06/2016 - 12:00 am

Silvia Ribeiro, directora para América Latina de la organización internacional Grupo ETC, destacó que los defensores de la biología sintética–con el fin de saltarse las reglas de bioseguridad– ni siquiera utilizan el término “transgénicos”, y en su lugar los llaman “edición genómica”, con lo que piden no entrar en regulación.

Las empresas que concentran el mercado de los transgénicos en el mundo son Monsanto, DuPont, Dow, Bayer, Basf y Syngenta. Foto: Shutterstock.
Las empresas que concentran el mercado de los transgénicos en el mundo son Monsanto, DuPont, Dow, Bayer, Basf y Syngenta. Foto: Shutterstock.

Ciudad de México, 20 de junio (SinEmbargo).- Organizaciones de la sociedad civil alertaron sobre la implementación y las más recientes técnicas en la biología sintética. “¿Genomas humanos sintéticos? ¿De qué estamos hablando? ¿De robots vivos? ¿De gente para hacer reservorios de órganos? ¿De gente que no piense y entonces pueda ser un mejor trabajador?”, cuestionaron el Grupo ETC y la Fundación Heinrich Böll Stiftung, en un reciente foro realizado en la Ciudad de México.

Pero, ¿qué es la biología sintética? De acuerdo con el Grupo ETC y la Fundación Heinrich Böll Stiftung, es la ingeniería biológica asistida por computadoras para diseñar y construir nuevas formas de vida, partes vivas, artefactos y sistemas que no existen en la naturaleza. El término también se refiere al rediseño de organismos ya existentes mediante esas mismas técnicas.

En el informe Pasándose de listos con la naturaleza, las organizaciones señalan que el campo de la biología sintética “es aún nebuloso, y los científicos no siempre concuerdan en cuál es el punto en que la ingeniería genética ‘clásica’ cruza la línea hacia la biología sintética. En su forma más simple, la ingeniería genética incluye el cortar material genético de un organismo y pegárselo a otro”.

Mientras tanto, –señalan– “la biología sintética, modelada en los campos de la ingeniería mecánica y electrónica, típicamente incluye el ensamblaje de componentes biológicos estándar y reusables, lo que le brinda flexibilidad para moverse más allá de lo que existe en la naturaleza”.

De acuerdo con el análisis, las organizaciones acusan que los promotores de la biología sintética intentan justificar sus investigaciones con el argumento del crecimiento de la población mundial y los bajos rendimientos de los cultivos.

“Dadas las crecientes demandas de alimentos y combustibles ante el problema del cambio climático, debemos encontrar una forma de aumentar los rendimientos. Para los entusiastas de la biología sintética ‘la ruta clave que nos queda para aumentar el potencial genético de nuestros cultivos más importantes’ es la mejora de la fotosíntesis (el proceso biomolecular con que las plantas convierten la luz del sol en energía química mientras desechan oxígeno)”, señalan.

Según expertos en materia, la fotosíntesis es muy ineficiente como proceso natural y la biología sintética es capaz de ofrecer las herramientas con el fin de mejorarla en beneficio de la humanidad.

Sin embargo, las organizaciones, denuncian que “el imperativo técnico de la biología sintética no considera el hecho contundente de que el rendimiento ‘menos óptimo’ de los cultivos no es la razón de que haya hambre en el mundo”.

Además, subrayaron que en lugar de enfrentar las realidades que llevan a la inequidad y al consumo excesivo (por ejemplo de carne y combustibles), “hackear la fotosíntesis y crear plantas y microorganismos ‘turbocargados’ es el objetivo principal de la investigación y las inversiones en biología sintética, que van desde proyectos de investigación agrícola en gran escala, consorcios de laboratorios en las universidades y en las grandes corporaciones de la agricultura, hasta pequeñas empresas que inician en el ramo”.

Silvia Ribeiro, directora para América Latina de la organización internacional Grupo ETC, destacó que los defensores de la biología sintética–con el fin de saltarse las reglas de bioseguridad– ni siquiera utilizan el término “transgénicos”, y en su lugar los llaman “edición genómica”, con lo que piden no entrar en regulación.

“Traspasan todas las barreras de la ética, de la consideración social, nada más porque existen las herramientas”, lamentó Ribeiro.

LOS IMPACTOS…

“La industria de agroquímicos y semillas continúa desarrollando semillas de alta tecnología diseñadas para incrementar el uso de químicos y aumentar las ganancias –esta vez bajo el disfraz de ‘Agricultura climáticamente inteligente’–”, acusaron las ONGs.

Ribeiro alertó que podría existir una apropiación del 76 por ciento de biomasa del planeta que aun no ha sido absorbida por las empresas. Otra de las consecuencias radica en los impactos de los transgénicos, biocombustibles y agrotóxicos.

Aunado a ello, las disputas por tierras, agua y nutrientes entre organismos vivos, presentaría un crecimiento, además, las comunidades se verían afectadas, ya que habría un desplazamiento de las producciones campesinas, entre otras situaciones negativas derivadas de la implementación de la biología sintética.

Las empresas que concentran el mercado de los transgénicos en el mundo son Monsanto, DuPont, Dow, Bayer, Basf y Syngenta.

“Lo que predomina es el interés de lucro, de hacer cosas que ya existen por tener un mercado, y que no está aportando nada en ningún sentido, lo único que le traspasan a la sociedad, es el desplazar a la gente y traspasar a los costos aunque eso signifiquen riesgos e impactos [al planeta y los seres vivos]”, concluyó.

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