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Georgia supera récord de ejecuciones al ajusticiar a reo por asesinar policía

20/10/2016 - 5:04 am

Antes de ser ejecutado, a Lawler le sirvieron como última comida una sopa francesa de cebolla de entrante seguida por un chuletón con patatas asadas con crema agria y panecillos con mantequilla de acompañamiento, fresones y helado de pistacho de postre y zumo de manzana y leche para beber.

Gregory Lawler, blanco de 63 años, fue declarado muerto a las 23.49 hora local (03.49 del jueves GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, al sur de Atlanta, la capital del estado, informó el Departamento de Correcciones de Georgia. Foto: EFE/Archivo
Gregory Lawler, blanco de 63 años, fue declarado muerto a las 23.49 hora local tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, al sur de Atlanta. Foto: EFE/Archivo

Washington, 19 octubre (EFE).- El estado de Georgia, EU, ejecutó hoy a un preso por el asesinato de un policía hace dos décadas en Atlanta y superó así su récord anual de ajusticiamientos con siete desde que empezó 2016.

Gregory Lawler, blanco de 63 años, fue declarado muerto a las 23.49 hora local tras recibir una inyección letal en la prisión de Jackson, al sur de Atlanta, la capital del estado, informó el Departamento de Correcciones de Georgia.

A Lawler lo ejecutaron casi cinco horas después del horario previsto una vez que el Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazase un recurso de última hora presentado por su defensa que para frenar el desenlace fatal alegaba un presunto autismo del reo.

De acuerdo con medios locales, Lawler rechazó su derecho a pronunciar unas últimas palabras.

El hoy ejecutado fue condenado a muerte en el 2000 por asesinar tres años antes al policía John Sowa durante una trifulca doméstica.

Los hechos ocurrieron la noche del 12 de octubre de 1997. Sowa y el también policía Pat Cocciolone acompañaron a la entonces novia de Lawler al apartamento que compartían después de que éste la dejase abandonada en la calle, en estado de embriaguez, tras una discusión.

Lawler recibió a Sowa y a Cocciolone con un fusil de asalto AR-15 asesinando al primero y dejando mal herido al segundo.

Tras casi seis horas atrincherado en el apartamento, Lawler terminó por entregarse a las autoridades.

Antes de ser ejecutado, a Lawler le sirvieron como última comida una sopa francesa de cebolla de entrante seguida por un chuletón con patatas asadas con crema agria y panecillos con mantequilla de acompañamiento, fresones y helado de pistacho de postre y zumo de manzana y leche para beber.

La de Lawler fue la séptima ejecución de 2016 en Georgia, lo que constituye la cifra más alta en un año en ese estado desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena de muerte hace cuatro décadas. Anteriormente, Georgia había ejecutado a cinco presos en 1987 y 2015.

En lo que va de 2016, cuatro estados han ejecutado a 17 presos en Estados Unidos. Texas y Georgia, con siete cada uno, encabezan esa negra lista en uno de los años con menos ejecuciones de las últimas décadas.

Con la de Lawler, Georgia ha ejecutado a 67 presos de los mil 439 ajusticiados en todo el país desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos reinstauró la pena capital en 1976.

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