México, 20 Dic (Notimex).- Por su cercanía con el Distrito Federal, el estado de México es un destino usual entre los capitalinos que quieren vacacionar sin ir lejos de casa y que gustan de la naturaleza, la arqueología o centros de lujo.
Y es que la entidad recibe a sus turistas con cinco Pueblos Mágicos que ofrecen atractivos en sus calles, pintorescas construcciones y arte culinario, entre otras actividades.
Uno de ellos es Tepotzotlán, situado a los pies de la sierra, donde herreros y ebanistas que elaboran artesanías sorprenden con sus trabajos a nacionales y extranjeros.
En este lugar se pueden apreciar los antiguos colegios jesuitas de San Martín y San Francisco Javier, así como sus edificios representativos del barroco churrigueresco que se remontan al siglo XVIII.
El recorrido continúa en El Oro, localidad cercana al estado de Michoacán; su historia se remonta al siglo XVIII, y cuenta con arquitectura europea de corrientes Art Nouveau y neoclásica.
Entre los principales lugares a visitar se encuentran el Teatro Juárez, el Palacio Municipal, la Estación de Trenes y el Museo de Minería.
Metepec es otra localidad que mezcla modernidad y tradición, de tal forma que se pueden localizar centros comerciales de lujo y construcciones como el Centro Panamericano de Ecología, con edificaciones como el Convento Franciscano, que data del siglo XVI.
A los pies de la montaña se ubica Malinalco, un paraje tranquilo en el que se pesca la trucha y que pueden cocinar los lugareños, no sin antes visitar los Santuarios del Cerro de los Ídolos.
Valle de Bravo podría considerarse uno de los destinos consentidos de los habitantes de la Ciudad de México. El lugar se asienta a orillas de un lago que en el siglo XVI inundó el asentamiento que da nombre a la localidad.
En esta región se puede disfrutar de clubes de golf, yates y hoteles de lujo, además de recorridos en parapente o esquí acuático.
Cabe resaltar que uno de los puntos turísticos más visitados en este Pueblo Mágico es el Santuario de Santa María, en el que se venera a un Cristo Negro.
Otro atractivo es sin duda Teotihuacán, que conserva los vestigios de una de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica.
En este lugar, el turista, ya sea nacional o extranjero, queda asombrado con las construcciones y el misterio que guardan los muros de las pirámide de El Sol y La Luna, la Calzada de los Muertos y las edificaciones que rodean a la también llamada Ciudad de los Dioses.
Dichos lugares se ubican a un tiempo aproximado de entre 45 minutos y dos horas partiendo de la Ciudad de México.
