Uruguay investiga red de lavado de la familia Cifuentes Villa, socios de “El Chapo” Guzmán

21/07/2015 - 9:57 pm

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Por Gabriel Pereyra, periodista de El Observador*

Montevideo, 21 de julio (SinEmbargo/El Observador).– Luego de la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, los gobiernos de Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Colombia y Uruguay, han implementado una serie de operativos para rastrear los bienes y vínculos del jefe del cártel de Sinaloa en sus países.

Agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) rastrean en Colombia bienes y vínculos del jefe del cártel de Sinaloa, el prófugo Joaquín “El Chapo” Guzmán, reveló el diario El Tiempo.

La unidad de investigación del diario colombiano, aseguró que agentes especiales del FBI y de la DEA, “pidieron hace algunos días a autoridades de Colombia toda la información disponible sobre los movimientos, hombres y contactos del cartel de Sinaloa en el país”.

Estados Unidos aseguró que “en algún momento, el fugitivo capo mexicano (…) usará esos contactos para escabullirse de los 10 mil hombres que lo persiguen en México y de autoridades de 199 países que lo buscan desde hace ocho días, tras su fuga de la cárcel federal del Altiplano”.

El Tiempo tuvo acceso a la información que las autoridades de Colombia tienen sobre la organización del capo, cuyo principal enlace entre el cártel de Sinaloa y la mafia de este país andino, es Ismael “Mayo” Zambada, socio del “Chapo”.

“A través de dos emisarios de nacionalidad mexicana –‘Jairo Ortiz’ y alias Montiel– controlan ya el 35 por ciento del mercado de la coca en Colombia, lo que representa cerca de 100 toneladas de droga al año”, señaló el periódico.

Los socios de Guzmán en Colombia, se “mueven entre Cali, Medellín, Cúcuta y Bogotá. Y por el Valle están introduciendo miles de pastillas de metanfetaminas o ‘coca rosada’. Ese negocio, antes se los manejaba Julio César Paz Varela, alias J1, asesinado en 2014”, continuó.

Agregó que el Clan Úsuga, la principal organización de tráfico de droga en Colombia, al mando de Dairo Antonio Úsuga David (alias Otoniel) “le brindan apoyo militar a los mexicanos cuando están en Colombia y, además, son sus anfitriones y grandes socios”.

El contacto con el Clan Úsuga, es “un empresario del Eje Cafetero que estamos a punto de judicializar. Él se encarga de coordinar los contactos y embarques hacia Europa y Asia, en participaciones iguales con el cártel del ‘Chapo”, dijo una fuente de la policía Antinarcóticos.

Dos jefes de la guerrilla de las Farc “son los otros grandes socios de los hombres del ‘Chapo’, específicamente Darío Lee Díaz, ‘Robledo’, jefe del frente 48, que opera en Putumayo, y la cabeza de la columna ‘Daniel Aldana’, cuya zona de influencia es Nariño y parte del Cauca”, señaló el reporte de El Tiempo.

Para el cártel de Sinaloa, las FARC, el Clan Usuga, la organización que se conoce como la Empresa, “son claves en su estrategia de tomarse ocho puertos en el Pacífico, desde México hasta Perú”.

“En Colombia, ya manejan el 50 por ciento de la droga que sale por Tumaco, Buenaventura y el Urabá, que conforman una red con los puertos de Perú (El Callao y Talara), Ecuador (Esmeraldas y San Lorenzo) y Guatemala”, se lee en un documento de inteligencia.

Casi toda la droga que “sale de Colombia llega a Puerto Quetzal (Guatemala). Allí, hay otro contacto clave: el colombiano José Berley Guarín Loaiza, alias el Ilustre”, según los investigadores policiales en Colombia.

En tanto, Guatemala, El Salvador y Belice, aseguraron sus fronteras con México y realizan acciones coordinadas para evitar que “El Chapo” llegue a sus países.

URUGUAY TAMBIÉN INVESTIGA A SUPUESTOS SOCIOS DE “EL CHAPO”

Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narcotraficante más famoso del mundo, se fugó esta semana de una cárcel de alta seguridad, sumió al gobierno de México en una crisis y reavivó el interés de Estados Unidos por perseguir a sus socios. En Uruguay cobró luz un negocio que lleva directo hacia los compinches del barón de la droga.

“El Chapo” solía entablar negocios vía telefónica con miembros de la familia Cifuentes Villa, a la que le compraba cocaína en Colombia. Con el dinero que “El Chapo” les pagaba, los Cifuentes Villa hacían negocios. En términos judiciales: lo lavaban. Por eso, figuran en la llamada “lista Clinton”, integrada por narcotraficantes y sus socios, y elaborada por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Los que aparecen en esa lista son sospechosos de lavado de dinero.

El 21 de setiembre de 2011, la OFAC incluyó en su “lista Clinton” a cuatro personas y 12 sociedades anónimas vinculadas a “El Chapo”, entre ellas, “una empresa de ganado de Uruguay, Genética del Sur SA”. ¿La razón? El presidente de la sociedad anónima había sido Héctor Mario Cifuentes Villa, hermano de los socios colombianos de “El Chapo”.

Héctor Mario Cifuentes Villa presidió la sociedad anónima uruguaya Genética del Sur desde el 21 de noviembre de 2007 hasta el 7 de diciembre de 2010, según documentos de la Dirección General de Registros (DGR) a los que accedió El Observador. Durante su presidencia, Genética del Sur compró el 3 de julio de 2008 un campo de 289 hectáreas en el norte del departamento de Lavalleja. Los documentos revelan que la sociedad presidida por Cifuentes Villa pagó 442 mil dólares por el campo.

EL CLAN CIFUENTES VILLA

Impulsada por Estados Unidos, la Justicia de Colombia incautó en 2011 más de 300 bienes del clan Cifuentes Villa con un valor superior a los 250 millones de dólares. El clan mafioso creció en la década del 80, cuando los hermanos Francisco, Fernando y Jorge Milton Cifuentes Villa trabajaron para el capo Efraín Hernández, alias “Don Efra”, líder del cartel del Norte del Valle, asesinado por Fernando en los 90.

La venganza llegó pronto y los hermanos que sobrevivieron se tuvieron que trasladar a Medellín. Contaron, para ello, con el apoyo de otros tres hermanos: Dolly, Hildebrando y Héctor Mario, el hombre que se refugió en Uruguay.

“El asesinato de Francisco Cifuentes significó el principio del fin del clan familiar. Entre tanto, Jorge Milton entró a dirigir los negocios, Hildebrando se concentró en las operaciones de narcotráfico con el Cartel de Sinaloa, Héctor Mario compró una hacienda en Uruguay para retirarse del negocio abriendo un frente empresarial desligado de la acción ilícita, Dolly se consolidó en la gestión de lavado de activos […]. Unos y otros ya estaban en la mira de las autoridades de Colombia y Estados Unidos”, informó el diario colombiano El Espectador el 24 de setiembre de 2011.

El 6 de agosto de ese año fue detenida Dolly en Medellín. Un año más tarde, la Policía de Venezuela detuvo a Jorge Milton, el líder del clan.

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GENÉTICA DEL SUR

En 2009, Ecuador pidió a Uruguay que rastreara la operativa de Héctor Cifuentes. La investigación reveló, como se puede leer en los documentos de la DGR, que el colombiano fue designado presidente de Chacra del Lago SA el 21 de noviembre de 2007. Dos días después, la sociedad cambió su nombre y pasó a llamarse Genética del Sur SA. De todas maneras, la sociedad mantuvo su domicilio, en una pequeña calle a metros de la rambla de Punta Carretas, en Montevideo.

Héctor Cifuentes estuvo al frente de esta sociedad hasta el 7 de diciembre de 2010, cuando cambió el presidente. Ese día también cambió el domicilio de Genética del Sur SA, que se trasladó a la Ciudad Vieja. Tres meses después, el 20 de marzo de 2011, volvió a cambiar el presidente de la sociedad, que mantuvo su domicilio en Ciudad Vieja.

La Policía y la Secretaría Nacional Antilavado investigaron en Uruguay los pasos Héctor Mario y de otro extranjero, vinculado a los Cifuentes, que tuvo un pasaje por el país hace una década. La investigación continúa, informaron fuentes oficiales.

RUMBO A URUGUAY

Los mexicanos Ismael Ruiz Casillas, alias Tyson, y David Flores Tinarejo, alias Chiri, trabajaban para el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, que en estas horas tiene conmovido a México por haberse escapado por segunda vez de una cárcel de alta seguridad. La primera vez fue el 19 de enero de 2001 y sus detalles forman parte ya de la mitología que rodea a este achaparrado (de ahí su apodo) líder del cártel de Sinaloa.

Tyson y el Chiri vivían en 2008 en el montevideano barrio de Pocitos pero tenían una estancia en Soriano donde subían y bajaban avionetas repletas de cocaína, rumbo a Europa. “Hablaban como el Chavo del Ocho”, atinó a decir a algunos medios una vecina del lugar que veía a los mexicanos.

Que hubiesen estado viniendo narcos colombianos, parecía lógico dada la cercanía de ese país en el que Estados Unidos apretó a los cárteles de la droga a fuerza de unos US$ 20 mil millones del Plan Colombia.

Pero Washington también estaba apretando a los mexicanos y cuando se aprieta, en seguridad, se produce el efecto globo: el aire va hacia otro lugar.

Las autoridades locales, orientadas por la agencia antidrogas estadounidense (DEA) persiguieron a los mexicanos por Centroamérica, donde no solo conseguían coca sino también precursores químicos para hacer cocaína.

De hecho, la segunda vez que el Chapo cayó fue en Guatemala en 2014.

Huyendo hacia el sur, el Chapo y otros cárteles mexicanos se encontraron con los colombianos y los convirtieron de grandes contrabandistas de polvo blanco a simple productores: el tráfico era de ellos, de los mexicanos que llevaban décadas agujereando la frontera de Estados Unidos metiendo marihuana.

Y su avance hacia el sur no se detuvo: para ingresar a Europa necesitan de aeropuertos poco quemados, como los de Chile, Argentina, Uruguay, países que no son productores de droga.

Últimamente, África se ha convertido en un trampolín de cocaína hacia Europa y Asia y opioides de Asia a Estados Unidos.

Pero para opioides, para heroína, el consumidor estadounidense prefiere la colombiana y mexicana que la afgana. Esta última viene de muy lejos y por tanto es más cara y, por tanto, para competir en el mercado hay que cortarla con otras sustancias.

La heroína de América es de tan buena calidad que los adictos no necesitan inyectarse, basta con esnifarla, un cambio en el hábito que produjo un rebrote del consumo.

Pero Tyson y el Chiri no fueron los únicos enviados del Chapo. En base a documentos del gobierno de Estados Unidos, El País informó que la sociedad anónima Genética del Sur, de Lavalleja, y dedicada a los negocios agropecuarios, pertenece a Jorge Milton Cifuentes Villa, socio de “El Chapo”.

* Este texto es publicado con autorización expresa de la periodista y de El Observador

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