Los sillones, un peligro para los bebés: 12% de las muertes accidentales ocurren ahí

21/10/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 21 de octubre (SinEmbargo).- Uno de cada ocho lactantes que mueren por Síndrome de Muerte Súbita (SMSL), lo hacen mientras duermen en un sillón y generalmente en compañía de un adulto, alertaron en un nuevo estudio médicos del Hospital Pediátrico Mercy, en Estados Unidos.

“Fue impactante que una de cada ocho muertes por SMSL y relacionadas con el sueño en los bebés ocurriera en un sofá. Nadie piensa en éste como un lugar en que los bebés duerman, la proporción fue muchísimo más alta de lo que hubiera pensado”, dijo el Dr. Jeffrey Colvin, pediatra coautor del estudio, en declaraciones recuperadas por el sitio de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante es el fallecimiento repentino e inesperado de un niño aparentemente sano menor de un año de edad, casi siempre mientras duerme, en donde una autopsia no revela la causa, pero se conocen ciertos factores que incrementan el riesgo de que esto suceda como dormir boca abajo, acompañados o en superficies blandas, así como estar en un ambiente con humo de cigarro y venir de una madre adolescente.

En el estudio, publicado en la edición en línea de la revista Pediatrics, se dice que alrededor del 12 por ciento de las mil muertes de lactantes mientras dormían ocurridas en Estados Unidos en un periodo de ocho años, los bebés estaban colocados en un sillón, y tres cuartas partes de ellos eran recién nacidos (menos de tres meses de edad).

Foto: Shutterstock
La mayoría de los recién nacidos que murieron en un sillón estaban dormidos junto a un adulto. Foto: Shutterstock

Así, concluyeron que en esta situación, los bebés tienen casi el doble de posibilidades de morir por asfixia o estrangulación que en comparación con aquellos que dormían en sus cunas, debido entre otras causas, a que terminaron acostados ahí por “accidente” o era su primera vez en esta superficie.

“Los bebés con frecuencia terminan dormidos en el sofá porque uno de sus padres intenta darle de comer al bebé sin molestar al otro padre, o creen que verán televisión o harán otra cosa mientras están despiertos con el bebé a mitad de la noche, pero se quedan dormidos sin querer por el agotamiento”, explicó la Dra. Cigal Shaham, del Centro Médico Cedars-Sinai, en Los Ángeles, California.

Otra de las causas por las que el sillón es un sitio peligroso para los neonatos es que casi el 90 por ciento de ellos dormían acompañados de un adulto, que ante el poco espacio que existe en estos muebles, tienen posibilidades muy altas de quedar asfixiados entre el cuerpo de la otra persona y los cojines traseros.

El descuido de las personas que se supondría están cuidando al bebé es otro de los factores de riesgo, pues generalmente no toman en cuenta que el sillón es un sitio inseguro y realizan otras actividades paralelas a la supervisión del pequeño.

“El sofá es tan peligroso para los niños porque es blando, lo que significa que pueden asfixiar con más facilidad, y con frecuencia tiene una inclinación, de forma que los bebés pueden ponerse de estómago, rodar entre el sofá y los cojines traseros, o incluso rodar hasta caerse”, dijo la doctora a NIH.

Asimismo, los investigadores identificaron que entre los lactantes que murieron mientras dormían en el sofá era 40 por ciento más alta la probabilidad de que su madre haya fumado durante el embarazo, así como también el estar dormidos sobre uno de sus costados en lugar de espaldas, lo que implica que sus padres o cuidadores no atendieron las recomendaciones de los sistemas de salud para dormir a los bebés adecuadamente.

“Los padres siempre deben recordar que el SMSL puede ocurrir en cualquier momento (durante las siestas o de noche) y que puede ocurrir en cualquier lugar, ya sea en casa, en la guardería, o en casa de una niñera o cuidador. Siempre se deben cumplir las indicaciones básicas para un sueño seguro: el bebé siempre debe dormir solo, de espaldas y en una cuna. Dormir solo significa que no haya otras personas, ni almohadas, mantas ni otros objetos blandos”, finalizó el coautor del estudio.

 

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