“Todo empezó con la imagen inicial de una niña en un jardín masturbándose. Esta imagen regresaba constantemente hasta que la escribí, desde ahí inicié la historia”, cuenta Verónica Ortiz de La niña en el jardín, su nueva novela, que esta vez ha lanzado de una manera original: primero digital y luego, por vía de Amazon, impresa para quien quiera el papel de siempre.
Ciudad de México, 21 de octubre (SinEmbargo).- La niña en el jardín es una novela de recuerdos, de las relaciones familiares y de la constante búsqueda de la protagonista por encontrar la verdad sobre su madre.
Lanzado en formato digital, a través de Editorial Ink, se trata de un thriller que recorre la vida de un fotógrafo de guerra y la mujer que deja a su marido y a sus hijos en busca del amor.
Periodista y escritora, Verónica Ortiz Lawrenz comenzó en 1980 como conductora e investigadora de los primeros programas de televisión sobre educación sexual en Canal Once: La pareja humana, Hablemos de amor y Taller de sexualidad. En los siguientes años, abrió espacios de educación sexual y política en TV Mexiquense, Radio UNAM, Radio Capital, Radio 590 y otros medios de comunicación.
Entre sus publicaciones figuran Sobrevivientes (2003), con la cual ganó el Premio Coatlicue (2006) otorgado por la Coordinadora Internacional de Mujeres en el Arte ComuArte; No me olvides (2006), Mujeres de palabra (2005) y Abecedario de las culpas (2008). Actualmente es conductora de Habla con ellos, los días miércoles, en el IMER.
“Mi novela es un thriller de pasión. En las dos novelas anteriores son como policiales, pero en este caso es la búsqueda de identificar a una madre que se perdió en equis momento y también la historia que está detrás de esa madre, que la protagonista Irena no tiene idea de que exista”, cuenta Verónica Ortiz, en entrevista con Puntos y Comas.
–Eres una escritora muy preocupada por la mujer…
–Sí, la mujer es todo, te iba a decir. La verdad es que sí, es una desgracia que en estos momentos la mujer esté siendo violentada, en tantos países, en México en particular. Tenemos capacidad de procrear, de crear, no somos necesariamente guerreras, pero tenemos una capacidad de observación y de construcción muy particular y en la medida que el mundo siga controlado por lo masculino, por lo machista, no será distinto. No concibo este universo violador, en guerras, de dictadores, de bombas y eso es lo que la mujer podría, si hubiera más espacio, revertir.
–Hay un mundo moderno, muy avanzado, pero cada vez más machista. ¿A qué se debe?
–Ser libre no es fácil y tienes que pagar un precio muy alto. Poder tomar tus propias decisiones sobre tu cuerpo, decir no cuando no quieres algo, poder vivir sola y vivir bien, no ser de alguien para existir, el tener una voz –una voz de mujer- y ser escuchada, poder tener puestos distintos en las empresas, ha sido recibido por un grupo importante de hombres con mucha amenaza. Si a eso le sumamos la falta de educación sexual en muchos de estos países, la cosa se vuelve mucho más grave. Es una lástima que no existan campañas, porque cómo entendemos, ya hombre, ya mujer, las diferencias, el respeto y la igualdad.
–Desde los ’80, que iniciaste tus programas de Educación sexual, ¿cómo te ha ido con la Iglesia?
–Fui censurada muchísimas veces. Los grupos de padre de familia, la propia iglesia, pedían mi destitución. Hubo momentos desagradable, fui perseguida en las calles por tratar estos temas, ahora siento con el regreso del PAN, con este Priísmo tan terrible, el conservadurismo se ha ido alojando otra vez y el vínculo poder-iglesia, es bestial. Fíjate en el asunto de la pederastia, en la prostitución infantil, han crecido mucho en este sexenio y detrás de ello está la propia iglesia. Me parece que con la iglesia nos ha ido muy mal, en ese sentido. Claro que hay otro costado de la iglesia con la que vivimos cosas increíbles, como el padre Alejandro Solalinde, lo que hace con los migrantes.
–En este contexto de educación sexual, ¿hay relación con los feminicidios?
–Yo estoy convencida de que sí. Cuando yo hablo de educación sexual, tiene que venir desde la infancia, si tú vuelves a un niño controlador de su hermana, que la golpea y tú no dices nada, si todo eso no empieza a desbaratarse desde la familia, desde la sociedad, las cosas se vuelven graves. Las decisiones son políticas y no entiendo qué están haciendo las diputadas y las senadoras en sus bancas.
–Me pregunto si las diputadas y senadoras para qué sirven, si están para completar el par o si realmente hacen algo
–Yo también me pregunto eso. No estoy viendo acciones concretas de nadie en el poder. Ellas tendrían que empezar a unirse para revisar un montón de cosas. En la época de Rosario Robles tuvimos oportunidad de llevar clases de educación sexual a los policías de la Ciudad de México y a reclusorios de todo la capital y fue muy interesante. Salieron cosas sobre la violencia, a sus compañeras, cómo se ven ellas mismas, tuvieron muy buenos resultados los talleres, ¿por qué no se sigue con ellos?
–Yendo a tu novela, la publicaste de un modo especial, ¿cómo fue eso?
–La novela la tenía hace bastante y empecé a buscar editoriales, pasaban los meses, no se publicaba y decidí ver si había otras opciones, así que me acerqué a la editorial INK, que es una empresa de libros digitales, así que fue una buena alternativa. No me arrepiento, sé que es más lento, que en México todavía cuesta y para los que quieran el papel está Amazon, con el libro como tal.
