Beirut, 21 nov (EFE).- El primer ministro del Líbano, Tamam Salam, canceló de forma oficial las celebraciones que estaban previstas a partir de mañana con motivo del 71 aniversario de la independencia del país debido a la crisis de seguridad y política.
En un comunicado, Salam anunció la “anulación de las ceremonias y recepciones oficiales que se celebran en las administraciones e instituciones públicas dada la situación actual”.
Este año no habrá parada militar para festejar el aniversario de la independencia del Líbano respecto a Francia, que ya el año pasado se celebró en tensión por la amenaza de atentados terroristas.
Además, la cancelación de los actos conmemorativos también están motivados por el vacío presidencial, ya que el país está sin jefe de Estado desde el pasado 25 de mayo, cuando expiró el mandato del ex Presidente Michel Suleiman por discrepancias entre los grupos políticos.
En víspera del 71 aniversario por la independencia, el jefe del Ejército, Jean Kajwayi, afirmó hoy dirigiéndose a los militares que el Líbano continuará su guerra contra el terrorismo hasta su erradicación total.
“La guerra contra las organizaciones terroristas continuará hasta que sus raíces sean extirpadas del suelo libanés”, dijo el general, señalando que “el Líbano está amenazado por el más grave complot terrorista contra la región”.
También se refirió a los combates que enfrentaron en agosto pasado a yihadistas del Estado islámico (EI), del Frente al Nusra y otros grupúsculos extremistas con el ejército libanés en la región de Arsal, limítrofe con Siria, y los que tuvieron lugar recientemente en la región de Trípoli (norte).
“Ustedes hicieron fracasar ese complot gracias a la sangre de vuestros camaradas mártires y los heridos heroicos; hicieron que fracasara el establecimiento de un emirato oscurantista en las fronteras del país”, agregó el jefe castrense.
Kajwayi instó a los militares a permanecer en alerta también en el sur del país, “donde el enemigo israelí está aprovechando los conflictos regionales para incrementar sus violaciones y agresiones”.
El Estado Islámico proclamó en junio pasado un califato en las zonas bajo su control en Irak y Siria, y desde entonces otras organizaciones radicales le han jurado lealtad en otros países de Oriente Medio.