Los proyectos fallidos en México enfriaron el capital chino, alertan los analistas

22/04/2015 - 12:05 am
El más reciente viaje que hizo la pareja presidencial fue a China. Durante su estancia, surgió escándalo por "casa blanca". Foto: Notimex
El más reciente viaje que hizo la pareja presidencial de México fue a China; durante su estancia en el gigante asiático surgió el llamado escándalo “casa blanca”. Foto: Notimex

Ciudad de México, 22 de abril (SinEmbargo).– La relación de México y China no pasa por su mejor momento. La primera mitad de la administración de Enrique Peña Nieto no ha resultado como los chinos esperaban debido a la cancelación de un proyecto mayúsculo, el Tren de Alta Velocidad México-Querétarto, pero no es el único.

Ahora, coinciden analistas y expertos, este enfriamiento podría alejar al capital Chino del país. Los empresarios de ese país asiático preferirían invertir en otras naciones del continente donde se les ofrezca más certidumbre.

Primero fue la cancelación del fallo que declaró como ganador al consorcio liderado por la empresa China Railway Construction Company (CRCC) para construir el Tren de Alta Velocidad México-Querétaro. Meses después, se anunció la suspensión temporal del proyecto en el que la misma compañía se perfilaba nuevamente como ganadora, por un recorte presupuestal derivado de los bajos costos del petróleo a nivel internacional. Además se decretó la cancelación de la construcción del Dragon Mart en Cancún, Quintana Roo, un proyecto de parque minorista impulsado por la empresa Real Estate Dragon Mart Cancún, SA de CV.

La agencia de noticias Reuters publicó un reportaje en el que señala que las empresas chinas están dando la espalda a México en una ola de desinterés que podría durar años, “recelosas” por la cancelación de dos megaproyectos con los que se vislumbraba una nueva era de negocios entre los dos rivales manufactureros.

“México está desesperado por devolver la relación a la normalidad, tras la sorpresiva cancelación este año de un multimillonario proyecto de tren de alta velocidad que había ganado en 2014 un consorcio encabezado por una empresa china, en una decisión que causó molestia en Pekín”, se expone en el reportaje.

De acuerdo con analistas consultados por SinEmbargo, en términos generales hay una sensación de alerta y decepción por parte del sector empresarial chino y, por consecuencias, de su gobierno.

Así lo planteó Ulises Granados Quiróz, académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), quien consideró que dentro del escenario de tropiezos una señal positiva es que China no ha presentado una solicitud de indemnización formal, porque quizá estaría esperando propuestas para nuevas licitaciones en materia energética y aeroportuaria.

“A pesar de que el proyecto sólo se suspendió indefinidamente por cuestiones presupuestales, la compañía china que ganó la licitación anuncio que podría pedir una indemnización que podría ser hasta de 500 millones de pesos, pero no lo ha presentado formalmente, por lo que se podría entender que China está esperando nuevas oportunidades para resarcir este asunto porque podría tener complicaciones para la relación bilateral”, expresó.

El experto añadió que en las últimas semanas se ha mencionado que China podría participar en las nuevas licitaciones que vienen para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y “es posible que haya nuevas ofertas que vendrán en los próximos meses […]. Hay cautela y por eso no han presentado una cantidad de indemnización”.

Desde su perspectiva, el tema no ha concluido y consideró que China podría estar preparándose para participar en el sector energético. “Saben que el sector petrolero en México brilla […]. Están esperando propuestas más fuertes”.

Cassio Luiselli Fernández, académico del Tecnológico de Monterrey, expuso que el Gobierno federal dio por terminado el tema después de la visita que Gerardo Ruíz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hizo a las autoridades chinas.

Ruíz Esparza realizó el viaje para sostener una reunión con las autoridades asiáticas, y hablar sobre los pormenores del fallo de la licitación y de la decisión de cancelarlo.

Además, se detalló, también se hablaría del proyecto de red compartida de telecomunicaciones, que busca aumentar la competencia y reducir el dominio de la empresa América Móvil en el país y se ha mencionado en diferentes ocasiones que China Telecommunications Corporation está entre los interesados en participar. Este proyecto podría ayudar a reestablecer la confianza perdida, ya que tiene un costo de 10 mil millones de dólares, de acuerdo con Reuters.

Desde la perspectiva de Luiselli Fernández es un tema que debe cerrarse porque quizá surja de nueva cuenta la licitación y “echarse culpas no sirve en el mundo contemporáneo ni funciona en el mundo globalizado. México le compra a China y viceversa, es el único país latinoamericano que le vende manufactura, un mercado que no es fácil […] a pesar del evento desafortunado, la relación comercial con China puede sostenerse”.

En este mismo sentido, el Ministerio de Comercio de China comentó que tiene una actitud abierta y positiva hacia las empresas de su país que trabajan en México y América Latina.

Pero, por el contrario, empresas de automóviles y diversas constructoras comentaron a Reuters que consideran “peligroso” invertir en México y que se encontraban analizando nuevos objetivos de inversión en Latinoamérica, ya que consideran que en el país no habrá llegada de inversiones masivas hasta que no haya certidumbre.

“Un ejecutivo de China Harbour Engineering Company Ltd (CHEC), unidad de la estatal China Communications Construction Co Ltd, involucrada en la oferta original por el tren, sostuvo que Pekín congeló todos los proyectos mexicanos mientras evalúa las repercusiones de ese fallido plan. El ejecutivo, quien pidió el anonimato, indicó que CHEC ha recibido ofertas de varios proyectos, incluyendo la expansión del puerto de Guaymas, la construcción de un astillero en el puerto de Tuxpan y un gasoducto en Baja California”.

LOS DÍAS DEL QUIEBRE

Fueron dos las ocasiones en las que el proyecto del Tren Rápido México-Querétaro, uno de los más importantes de la administración de Enrique Peña Nieto, se detuvo. El Tren sería la primera línea de alta velocidad del continente americano y el eje vertebrador de toda una red ferroviaria que conectaría a la capital del país con el Bajío, Guadalajara y Monterrey.

El 3 de noviembre de 2014, Gerardo Ruíz Esparza, dio a conocer que el ganador de la licitación era el consorcio formado por China Railway, Prodemex, Grupo GIA –propiedad de Hipólito Gerard, cuñado del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari–, Constructora TEYA -de Grupo Hida-, China South Rolling Stock Corporation y GHP Infraestructura Mexicana.

La propuesta del grupo chino-mexicano-francés ascendía a 58 mil 951 millones de pesos, cifra 21 por ciento más cara de lo presupuestado.

Sin embargo, horas después, ese mismo día por la noche, el mismo Ruíz Esparza anunció que el fallo se cancelaba “en razón de las dudas e inquietudes que han surgido en la opinión pública, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, instruyó a reponer la convocatoria para la construcción del Tren de Alta Velocidad México Querétaro”.

“Es la decisión del Presidente y el punto principal es [tener] más transparencia y que no haya dudas sobre el proyecto”, comentó Ruiz Esparza.

Analistas consultados por SinEmbargo días después del anuncio, señalaron que la decisión se había dado para evitar críticas, ya que se sostuvo que las empresas ganadoras del megaproyecto mantenían cercanía con la administración actual y con el ex Presidente, Carlos Salinas de Gortari.

Surgieron los cuestionamientos por la relación de las empresas ganadoras con Peña Nieto: Grupo GIA es propiedad de Hipólito Gerard Rivero, quien es hermano de Ana Paula Gerard, esposa del ex Presidente Salinas de Gortari; Constructora Teya, que es de Grupo Higa, al cual también le pertenece la empresa Eolo que es la misma que arrendó los aviones de la campaña presidencial de Peña Nieto y construyó la “casa blanca”, la mansión de más de 86 millones de pesos propiedad de Angélica Rivera Hurtado, esposa del Primer Mandatario, y Prodemex, que es propiedad de Olegario Vázquez Aldir, hijo de Olegario Vázquez Raña, dueño de Grupo Imagen y un empresario ligado tradicionalmente al priismo.

Las prebases para la segunda licitación del Tren fueron publicadas el 14 de enero de este año, pero, días antes de salir las bases definitivas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que por el recorte presupuestal, el proyecto quedaba suspendido temporalmente.

China Railway se perfilaba como ganadora, nuevamente, por la experiencia y tecnología del país asiático en la construcción de trenes rápidos y porque la licitación no presentaba diferencias con la anterior. Además de esto, se habló de los tipos de crédito que brinda el  Banco de Desarrollo Chino, que tiene bajos costos, cerrando así la competencia, ya que otros países no contaban con el respaldo del gobierno en la inversión de los proyectos. Cabe señalar que todas las empresas que estaban concursando eran extranjeras; las condiciones favorecían a la empresa china.

Tras el anuncio de la suspensión, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei, en una rueda de prensa, añadió que Pekín espera que México “tome acciones concretas para salvaguardar los intereses de las compañías chinas”.

Añadió que su Gobierno “continuará animando a las empresas chinas a que lleven a cabo proyectos de cooperación ferroviarios con países extranjeros”, y matizó que “una cooperación neutral y beneficiosa entre China y México sirve a los intereses de ambas naciones”.

También, el portavoz de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo del país asiático aseguró que China rechazó la decisión de México de suspender el proyecto, “México necesita evaluar y responder de la forma adecuada a la enorme inversión humana y de capital que China ha realizado en la licitación, y llevar a cabo medidas para impulsar la cooperación bilateral futura”, dijo el portavoz, cuyo nombre no se divulgó, en una declaración escrita.

Peña Nieto viajó a China después de la primera cancelación de la licitación, un día después de que se diera a conocer la noticia sobre la casa en Sierra Gorda y en medio de la crisis desatada por la desaparición de los 53 normalistas de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.

“Pocos días después de que el fallo original del tren fuera revocado, y durante una incómoda visita oficial a China que había sido acordada previamente, Peña Nieto anunció que los dos países crearían un fondo de inversión en infraestructura por 2 mil 400 millones de dólares, que eventualmente podría crecer hasta 9 mil millones de dólares. Sin embargo, hasta el momento sólo han sido asignados mil 200 millones de dólares a ese fondo”, se puede leer en el reportaje de la agencia de noticias.

EL CASO DRAGON MART

Foto: Cuartoscuro
El proyecto Dragon Mart tuvo altos índices de reprobación por parte de la sociedad y grupos ambientalistas. Foto: Cuartoscuro

La decisión de cancelar el proyecto Dragon Mart, por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) el pasado 26 de noviembre, se dio bajo el argumento de los daños ambientales que ocasionaría en el predio El Tucán, municipio de Benito Juárez o Cancún, en Quintana Roo. El proyecto del parque minorista de productos chinos contemplaba la construcción de 722 viviendas, 20 naves comerciales y 3 mil locales en 203.83 hectáreas.

Este proyecto despertó varias protestas por parte de la sociedad civil y de organizaciones ambientalistas. Desde 2011, se dio a conocer que la empresa Real Estate Dragon Mart Cancún construiría el centro de exhibición y venta de productos chinos más grande en el mundo.

Al respecto, Luiselli Fernández expuso que esa podía considerarse una decisión positiva, ya que sólo traería más mercancía de baja calidad y de bajo costo al país.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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