Ciudad de México, 22 de mayo (SinEmbargo).- Con un especial televisivo, la pantalla chica estadounidense coronó la noticia que dio cuenta de la transformación a mujer de Bruce Jenner, uno de los atletas más importantes en la historia del atletismo de dicho país y figura mediática desde que hace 13 años se casara con Kris Jenner, viuda de Kardashian y madre de las “socialités” más famosas del mundo
Por supuesto, fue en el canal E!, el responsable de transmitir el exitoso reality Keeping Up With The Kardashians, donde el medallista olímpico reveló a su familia que se cambiará de sexo y pasará a ser una mujer a los 65 años.
Va de suyo que todo el aparato mediático alrededor de esta circunstancia privada generó miles de opiniones y mucho encendido en los aparatos de televisión donde se emite el show de las hermanas K, lo que no impide caer en la cuenta de que se trata de un tema serio y no exclusivo del decatlonista que se llevara el oro en Montreal 76.
“Traté de llevar esto de la mejor forma. Lo mejor que hice en mi vida fue criar a mis hijas. Mírense, son todas inteligentes y exitosas. Estoy muy orgulloso de ustedes, que son mi mayor logro”, le dijo Jenner a Kim, Kourtney y Khloé Kardashian y a Kendall y Kylie Jenner.
Contrariamente a lo esperado, las redes sociales no hicieron escarnio del drama del famoso ex deportista. Más bien apoyaron su honestidad por momentos brutal y celebraron la valentía para tomar su vida por los cuernos en una edad donde muchas personas piensan ya en el retiro y en dejar las cosas como están.
Bruce Jenner se operará para cambiar de sexo y su caso servirá como ejemplo para muchas personas que atraviesan su misma circunstancia y que sin embargo no pueden como él acceder a lo que se presupone será un final feliz o al menos de satisfacción y fidelidad a su esencia ontológica.
Bruce Jenner será finalmente lo que quiere ser y lo que a él le sucede y sucederá en el ámbito privado resonará con voz fuerte en el espacio público y he ahí el valor del testimonio mediático: poner en el centro de atención el drama de una minoría que no por ser minoría no deba ser atendida y escuchada.
Los casos famosos de ese misterio biológico llamado transexualidad sirven para darle luz a un hecho humano y posible. Antes que Bruce Jenner hubo otros que atravesaron su circunstancia y la hicieron pública.
Entre ellos, el caso de Jackie Green, quien a los 16 años fue sometida a una cirugía para cambiar de género y a los 18, en mayo de 2012, participó en el concurso de Miss Inglaterra.
Fue la segunda transexual en participar en un concurso de belleza, luego de que también en 2012, Jenna Talackova, de 23 años, fuera descalificada del concurso Miss Universo Canadá, lo que generó un escándalo que obligó al comité internacional del certamen a emitir un comunicado estableciendo a partir de 2013, el derecho de los también llamados “transgéneros” a formar parte de la contienda.
En Buenos Aires, la cartógrafa Carla Castro se convirtió en la primera mujer argentina en jubilarse a la edad de las mujeres, pese a haber nacido hace 60 años como Carlos.
Precisamente en dicho país sudamericano, Florencia de la V (nacido como Roberto Carlos Trinidad Monte Grande, 2 de marzo de 1975) es el seudónimo de Florencia Trinidad, actriz, vedette y cómica de mucha fama y prestigio en el mundo del espectáculo.
En el plano internacional, en 2010, el hijo de Salvatore Phillip Bono y Cher que fuera bautizado como Chastity Sun Bono, decidió cambiar de sexo y pasar a ser legalmente Chaz Bono.
Para contar su pasado publicó un libro: La historia de cómo llegué a ser hombre, donde narra la transición de su cambio de sexo. Además hizo un reality, Be Chaz, que contaba su vida cotidiana y que fue postulado a tres Emmy.
LA TRANSEXUALIDAD EN LA MIRA
Los cineastas Roberto Fiesco y Jacaranda Correa, así como el periodista Juan Pablo Proal, autor del libro Vivir en el cuerpo equivocado, trataron luminosamente el tema de la transexualidad en México.
Las películas Quebranto (Fiesco) y Morir de pie (Correa) exploraron a través de dos personajes de gran riqueza vivencial lo que Fiesco llama “el último tabú de la homosexualidad” y se constituyen en testimonios de gran actualidad para entender lo que pasa al respecto en nuestro país.
En la historia contemporánea resalta el caso de la tenista estadounidense Renee Richards, nacida como Richard Raskind en Queens, Nueva York, el 19 de agosto de 1934.
Desde temprana edad el chico se destacó en el tenis y llegó a ser capitán del equipo de la Universidad de Yale. En la Universidad de Rochester se convirtió en oftalmólogo para luego ir a servir a las filas del ejército de su país.
Fue a mediados de los ’60 cuando decidió cambiarse de género atendiendo una necesidad que experimentaba desde la niñez, pero algo lo hizo retroceder. Se casó, tuvo un hijo y finalmente, en 1975, se hizo mujer.
En el tenis comenzó la polémica, pero ella ganó y pudo jugar en el circuito femenino hasta 1981, cuando se retiró del deporte profesional.
En el universo del jazz, mucho más libre y de mente abierta sin duda que el del deporte de alto rendimiento, destaca la historia de la pianista Jessica Williams, nacida en Baltimore en 1948 y considerada uno de los mayores exponentes del género y de su instrumento en la actualidad.
Vivió durante 50 años como hombre, hasta que se operó para cambiar de género en 2003.
También en la música y entre los pianistas está el caso del ex integrante de la banda Jehtro Tull, David Palmer, quien en 2004 se sometió a una operación para convertirse en mujer.
La decisión la tomó luego de la muerte de su esposa y el hecho no sorprendió a sus allegados, la mayoría de los cuales conocía sus firmes deseos de cambiar de género.
En el cine, es conocida la transformación del director Larry Wachowski, célebre por dirigir junto a su hermano Andy la exitosa The Matrix y quien en 2012 apareció en el Festival Internacional de Toronto convertida en Lana Wachowski.
“Elegí cambiar mi exterior y acercarlo a mi interior”, dijo a la revista The New Yorker.
