CFE y Pemex entran en el resbaladero de la historia con la nueva ley; PRD: les quedan unos años de vida

22/07/2014 - 4:33 pm
La oposoción asegura que con las nuevas leyes se desmantelará a Pemex. Foto: Cuartoscuro
La oposoción asegura que con las nuevas leyes se desmantelará a Pemex. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 22 de julio (SinEmbargo).- Con la aprobación por parte del Senado de las nuevas leyes de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ambas dejan de ser paraestatales para convertirse en empresas productivas del Estado, lo que significa que serán de propiedad exclusiva del gobierno federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios y gozarán de autonomía técnica, operativa y de gestión, conforme a lo dispuesto en la ley.

Con los cambios realizados ambas se liberan de la carga burocrática de las secretarías de Hacienda y Energía para que enfrenten la competencia del nuevo sector energético, “sin lesionar los derechos de sus trabajadores en activo, jubilados y pensionados”, según el llamado tercer dictamen, aprobado por los senadores.

Al establecer una nueva estructura corporativa para Pemex y CFE se fragmenta la integración industrial de sus actividades de refinación, petroquímica, transporte, comercialización, generación de electricidad, transformación y suministro minorista, las cuales podrán ser operadas mediante empresas filiales con participación minoritaria de las empresas del Estado.

Si bien como paraestatales también eran organismos descentralizados con fines productivos, es decir, con personalidad jurídica y patrimonio propios, no tenían autonomía técnica, operativa y de gestión.

Ahora, en cambio, ambas no tendrán ataduras con las secretarías de Hacienda y de Energía.

Pemex y CFE serán diseñadas como verdaderas empresas privadas, pero sin dejar de ser ciento por ciento propiedad del Estado.

Se les asignará un régimen jurídico flexible que permita la mayor autonomía operativa posible y el papel del gobierno cambiará a propietario, en lugar de ser administrador, por lo que ahora podrá definir su objetivo y actividades que se realizarán.

El gobierno también tendrá la facultad de determinar las reglas mínimas de organización y designar a los miembros del Consejo de Administración, definir el dividendo a entregar, con base en los resultados financieros y recibir informes sobre la marcha de cada empresa.

Durante el debate en la Cámara de Senadores, Roberto Gil Zuarth del Partido Acción Nacional (PAN), expresó que los privilegios desaparecen con la transformación de Pemex y CFE, además que los pequeños propietarios podrán tener acceso a utilidades que se generen por la exploración y explotación de los terrenos.

Sin embargo, desde diciembre del año pasado, la también Senadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Dolores Padierna Luna, advirtió en tribuna que con el cambio de estatus de ambas paraestatales, la CFE desaparecería en un periodo de un año, mientras que Pemex alcanzaría cinco años más de vida.

“Las empresas que le costaron a este país, a pesar de sus errores, graves casos de corrupción e ineficacia, son empresas públicas de todos los mexicanos y ahora quieren desmantelarlas. A Pemex le dan cinco años de vida en un régimen de transición y a CFE 12 meses para su desaparición”, dijo.

EL ESTADO ACTUAL

En el caso de Petróleos Mexicanos, sus estadísticas reflejan que entre 2004 y 2012 su plantilla laboral había crecido 9.42 por ciento, al incorporar a 12 mil 975 empleados nuevos, pero su producción de petróleo en ese mismo periodo disminuyó 24.9 por ciento, lo que equivale a 835 mil barriles menos al día.

Las mismas estadísticas reflejan que la productividad de la paraestatal habría caído de 24.5 barriles producidos al día por cada trabajador en 2004 a 16.9 barriles por empleado al cierre de 2012, a pesar del aumento de plantilla de 137 mil 722 trabajadores a 150 mil 697.

De acuerdo con un análisis del Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC), dicho número trabajadores representa el doble en comparación a los empleados que tienen contratados empresas más grandes como ExxonMobil, con 76 mil 900; Shell, con 87 mil; Petrobras, con 85 mil 65, y British Petroleum, con 85 mil 700.

Sin embargo, la brecha de Pemex es mucho más amplia si se compara con la noruega Statoil, una de las más rentables del mundo, que al finalizar 2012 contaba con casi 23 mil 28 empleados, cifra 6.6 veces menor respecto a Pemex.

Pemex reconoce que en los últimos 10 años se ha incrementado el número de empleados; principalmente en las áreas gerenciales, las cuales aumentaron 100 por ciento; sub gerenciales, 50 por ciento, y de 12 a 15 por ciento en áreas operativas.

Por su parte, la Comisión Federal de Electricidad, en su informe consolidado de 2007 a 2012 resalta que en 2011 tuvo ingresos propios por 271 mil 642 mil millones de pesos y un gasto programable de 285 mil 753 mil millones de pesos.

Al final de ese año contaba con 97 mil 363 trabajadores, entre sindicalizados y de confianza, así como con 35 mil 826 jubilados.

En junio pasado, empresarios de La Laguna acusaron que fallas graves en el servicio de la CFE les habían provocado millonarias pérdidas.

Eugenio Treviño Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) Torreón, Coahuila, destacó que además de implementar tarifas de luz muy altas, y que están lejos de ser competitivas a nivel internacional, pues solamente en relación con Estados Unidos están por arriba del 25 por ciento, brindan mal servicio y existe un déficit de infraestructura.

“La Comisión Federal de Electricidad tiene como fin el desarrollo de actividades empresariales, económicas, industriales y comerciales en términos de su objeto, generando valor económico y rentabilidad para el Estado mexicano como su propietario”, establece el dictamen aprobado.

“En la ejecución de su objeto, la Comisión Federal de Electricidad deberá actuar de manera transparente, honesta, eficiente, con sentido de equidad, y responsabilidad social y ambiental, procurando el mejoramiento de la productividad con sustentabilidad para minimizar los costos de la industria eléctrica, en beneficio de la población y contribuir con ello al desarrollo nacional”, añade.

“Asimismo, la CFE garantizará el acceso abierto a la Red Nacional de Transmisión y a las Redes Generales de Distribución, la operación eficiente del sector eléctrico y la competencia”, establece la nueva ley de CFE.

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