Gigante y caminador; la vida de los extintos canguros gigantes que no saltaban

22/10/2014 - 12:00 am
El Sthenurus stirlingi, además de ser tres veces más grande que los canguros actuales, también era mal saltador. Foto: PLOS One
El Sthenurus stirlingi, además de ser tres veces más grande que los canguros actuales, también era mal saltador. Foto: PLOS One

Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).- Hace más de 30 mil años canguros gigantes habitaban sobre la Tierra. Con un tamaño del triple de los ejemplares actuales, estos animales colosales medían más de tres metros y pesaban alrededor de 240 kilos. Debido a su tamaño es difícil decir si se movían de la misma manera que los canguros actuales, saltando a gran velocidad y caminando con sus cinco extremidades (brazos y cola incluidos). Ahora un estudio recientemente publicado sugiere que estos gigantes pudieron haber desarrollado una postura erguida; una postura que les pudo haber permitido poner un pie delante de otro. En pocas palabras: no eran capaces de saltar.

De acuerdo con el estudio publicada por la revista PLOS One, los investigadores examinaron los huesos de alrededor de 45 especies diferentes de canguros (así es, hay más de una), incluidos aquellos restos óseos del extinto Sthenurus stirlingio estenurino. Esto les ayudó a los especialistas a identificar algunas diferencias notables entre las especies actuales y antiguas.

“La gente a menudo interpreta que el comportamiento de las especies extintas era parecido al de las de hoy en día, pero tenemos que considerar que aquellos animales pudieron haber hecho cosas diferentes en cualquiera de sus formas de vida, y la anatomía ósea nos proporciona grandes pistas”, dijo Christine Janis, profesora de ecología y biología evolutiva en la Universidad de Brown,

Por ejemplo, el estudio mostró que los canguros gigantes tenían las rodillas y las caderas más grandes que las especies que vemos hoy en día, así como las articulaciones del tobillo estabilizadas. Además, se encontró que la espina dorsal de la canguro gigante era mucho más rígida que las de otras especies, una característica que indica que los músculos que flexionan la columna vertebral eran probablemente mucho más pequeños, proporcionalmente hablando. “Esto limitaría la capacidad de saltar”, escriben los investigadores, pero habría mantenido firme la columna vertebral contra las fuerzas de rotación generadas por poner un pie delante del otro.

Foto: Shuttestock
Los científicos hicieron un análisis estadístico y biomecánico en el que se realizaron cerca de 100 mediciones de los esqueletos de más de 140 canguros. Foto: Shuttestock

Debido a estas diferencias, los investigadores piensan que a medida que los canguros se volvieron más grandes, algunas especies empezaron a caminar sobre sus dos extremidades inferiores a bajas velocidades en lugar de inclinarse para caminar utilizando brazos piernas y cola. Así, cuando sus espaldas se volvieron más rígidas, sus colas se hicieron más cortas debido a que ya no las necesitaban como soporte, de modo que las colas largas que se ven en los ejemplares actuales son probablemente una adquisición reciente. En síntesis, las especies más grandes dejaron, eventualmente, de saltar.

Lo que es notable acerca de este hallazgo (además de poder imaginar a un canguro de un cuarto de tonelada caminando en dos patas) es que, con la excepción de la rata canguro almizclera, todas las especies de canguro vivas en la actualidad saltan. Esto indica que salto es probablemente una forma eficiente de moverse, incluso para las especies más grandes. Es también una buena explicación de por qué los científicos tomaron tanto tiempo para sugerir que los canguros gigantes no eran capaces de moverse de esa manera. Cuando los investigadores miraron los huesos de especímenes extintos, a menudo utilizan la información de parientes vivos para interpretar lo que ven. En general, esto funciona bastante bien, pero de vez en cuando se encuentran con un canguro gigante y este resulta ser un tanto distinto a lo que puede esperarse de un animal de su tipo.

Los estenurinos, son también conocidos como canguros gigantes de cara corta debido a su rostro parecido al de los conejos actuales. Estos ejemplares, además de que probablemente eran caminantes bípedos, pesaban hasta tres veces más que los canguros actuales.

En total, se realizaron cerca de 100 mediciones de los esqueletos de más de 140 canguros y ualabís (marsupiales de pequeño tamaño) de diversos géneros y especies, tras lo cual los investigadores concluyeron (desde un punto de vista biomecánico) que la anatomía de los estenurinos los hacía malos saltadores sin importar su tamaño.

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