El México profundo llega a Seminci con “La Tiricia”, de Pérez Solano

22/10/2014 - 11:08 am

Por Laura del Río (dpa)

Valladolid, 22 oct (dpa) – El director mexicano Jorge Pérez Solano presentó hoy en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) su segundo largometraje, “La Tiricia”, una pausada historia de ausencias protagonizada por Gustavo Sánchez Parra y Adriana Paz que compite por la Espiga de Oro de la sección oficial.

Rodada en Zapotitlán, en el estado de Puebla, “La Tiricia” muestra la vida de provincias del México más profundo. Una vida en la que por un lado no pasa nada pero por otro se gestan dramas como el de Cheba (Paz), que se ve obligada a abandonar al hijo que tiene con otro hombre (Sánchez Parra) mientras su marido trabaja en Estados Unidos.

“En la zona en la que nací la ‘tiricia’ era considerada una enfermedad que ocurre cuando te abandona el espíritu, el alma”, contó Pérez Solano en rueda de prensa. “Quería crear ese concepto de la zona donde nací, reflejar que algo está pasando, porque ya no tenemos espíritu”.

El lento ritmo de la cinta se adapta por un lado a ese estado de ánimo, que según el director está “un paso antes de la muerte”, y por otro al transcurrir cotidiano de la vida en provincias. Y se aleja de la imagen festiva y trepidante que reflejan otras películas o historias sobre México. “Esta es la parte que no vemos nunca”.

Aunque la trama principal es el abandono del hijo, “La Tiricia” se ve atravesada también por otro tipo de abandonos, como el que supone indirectamente la emigración o el de la clase política. Este último punto queda reflejado con el paso por el pueblo de un candidato a gobernador que ni siquiera se digna a salir del coche al ver que hay menos de 50 personas esperando.

“Los políticos sólo están prometiendo algo que nunca va a llegar. Nunca van a estar ahí. Al final de cuentas, viene a decir que estamos solos, que estamos abandonados y que deberíamos empezar a trabajar y a pensar que nosotros mismos debemos de construir”, apuntó el realizador.

Para su segundo largometraje, Pérez Solano escogió como protagonistas a dos actores conocidos, como son Adriana Paz (“4 maras”, “El mar muerto”) y, sobre todo, Gustavo Sánchez Parra (“La leyenda del Zorro”, “7 soles”).

“Los tenía siempre en la cabeza porque me gustaban físicamente, me gustaba su trabajo corporal, pero los quería utilizar porque no me gustan las películas en donde sale siempre el mismo actor”, reconoció el director mexicano. “Pero después de hacer un casting durante prácticamente un año y medio me quedé convencido de que ellos eran los mejores”.

Nacido en 1973 en Oaxaca, Pérez Solano rodó en 2008 su primer largometraje, “Espiral”, que ya hablaba de la emigración de los hombres y de las mujeres que se quedan en los pueblos, aunque no de las cuestiones sexuales. El tema de “La Tiricia” surgió también de conversaciones con migrantes y mujeres sobre qué hacen las esposas que se quedan, sobre sus necesidades y como resuelven los problemas que se les plantean.

Otro de los aspectos más duros que aborda la película son los abusos en el hogar, que según el director siguen presentes en la sociedad mexicana. “Hay historias de mujeres a las que los maridos les golpean cuando están embarazadas, o de una a la que no la permitieron operarse de cáncer de mama porque no querían verla con un sólo pecho (…) Con todo lo cruel que pueda ser, esta historia no llega a reflejar lo que realmente se vive en México”.

¿Cree el realizador que su película puede ayudar a revertir esa situación? “La gente empieza a pensar si está actuando de manera adecuada o no”, explicó. “El cine es plantear situaciones y el público decide por qué camino sigue. Influenciar es muy difícil, pero uno tiene que sembrar la duda”.

Tras pasar por el Festival de Guadalajara y ahora por Seminci, Pérez Solano confía ahora en que “La Tiricia” se pueda proyectar en circuitos de cine alternativos a mediados o finales del próximo año. Pero entrentanto ya tiene un nuevo proyecto en mente, “La negrada”, que abordará la situación de una comunidad de afrodescendientes mexicanos que vive en la costa de Oaxaca y que apenas tienen derechos.

El realizador espera además en que con el tiempo se pueda crear un verdadero movimiento de cine mexicano, que según él ahora mismo no existe.

“Muchas veces (los directores mexicanos) nos venimos a conocer en el extranjero, en los festivales, no es que haya un gran movimiento como la Nueva Ola francesa”, apuntó en Valladolid. “Simplemente cada uno está tratando de filmar y de lograr hacer una película. Y eso me parece un poco patético, porque nos interesan los mismos temas. Deberíamos sentarnos, hablar, exponer y tratar de crear un movimiento verdaderamente de cine mexicano”.

La 59 edición de la Seminci conluirá este sábado con la entrega de premios en la sección oficial, a la que “La Tiricia” concurre como única producción latinoamericana, y en las secciones paralelas, Punto de Encuentro y Tiempo de Historia.

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