Héctor Manjarrez evoca movimiento literario La Onda en México

22/11/2014 - 2:15 pm

Por Edelmiro Franco. Corresponsal

Bogotá, 22 Nov (Notimex).- El movimiento literario La onda, que surgió en México hace más de cinco décadas como la contracultura del momento, la evoca hoy uno de sus representantes: Héctor Manjarrez, quien cultiva el género del cuento con una de las prosas más sólidas y con un imaginario rico en imágenes y personajes.

El autor mexicano, finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento “Gabriel García Márquez” con “Anoche dormí en la montaña” (Ediciones Era), concedió una entrevista a Notimex en los espacios de la Biblioteca Nacional, donde reposan las obras de los autores universales y uno de los espacios de la cultura en Colombia.

Con su chamarra café, una bufanda amarilla y su inseparable libreta de apuntes, este narrador, poeta, dramaturgo, ensayista, autor de “No todos los hombres son románticos” y “Ya casi no tengo rostro”, evocó el movimiento literario La Onda.

Una corriente calificada por los críticos literarios como la contracultura, de la que también fueron parte René Avilés Fabila, José Agustín, Gustavo Sainz, y Parménides García Saldaña, éste último considerado el representante principal del movimiento hasta su muerte en 1982.

También son considerados miembros de esta corriente: Federico Arana, Hugo Hiriart, Margarita Dalton, y Armando Ramírez, autor del célebre “Chin Chin el Teporocho”.

México en la década de los 60 del siglo XX, “era otro país, dominado por un solo partido, muy miedoso y no por malas razones, había sucedido el 68 (la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco), éramos 30 millones, ahora somos 120 millones. Son países muy diferentes”.

Con voz pausada, pensando bien sus respuestas y con una sonrisa que se mezcla con su mirada fija detrás sus anteojos, Manjarrez se consideró privilegiado de vivir entre el mundo de las letras y la ficción, el mundo real del México de ayer y de hoy.

“Los he vivido todos -dijo- pero como cualquiera, mira hacia atrás y se ve a uno mismo y lo que recuerda es como veía uno las cosas, y no como eran las cosas, porque en realidad uno nunca sabe, realmente si lo que está viendo es lo que es”.

Manjarrez hace una corta pausa, mueve su libretita de apuntes y asegura que el México de hoy como sociedad vive “una crisis política y moral con hechos gravísimos como la desaparición y el asesinato de los estudiantes. Esto es atroz.

“No sé qué es peor: si darse cuenta y por fin hacer algo, por ejemplo protestar o darse cuenta y hacer como que uno no se da cuenta y el país pareciera más tranquilito”, afirmó.

En su libreta reposan ideas y más ideas para sus cuentos “cortos, livianos, largos y muy largos”, como el mismo califica sus escritos.

De la realidad de 1960 y 2014, el autor pasó a la narrativa de las nuevas generaciones de México en el siglo XXI y la primera diferencia que Manjarrez hace entre el hoy y la corriente La Onda, es el concepto de escritores jóvenes.

En la década de los años 60, los llamados escritores jóvenes, “eran jóvenes de verdad”, cuyas primeras obras fueron escritos en muchos de ellos con menos de 20 años de edad. “Creo que el primer libro de José Agustín fue a los 16 años”, dijo.

“Los escritores jóvenes en México ahora tienen 34 años, y estos son a los que llaman jóvenes (…) perdóname, como escritor no es joven a los 30 o 34 años, aunque como persona si lo es”, subrayó.

Entre sonrisas Manjarrez sostuvo que el gran problema de muchos de los narradores de las nuevas generaciones, “es que aprendieron primero a decir la palabra Agente Literario y cuanto me van a dar de anticipo para escribir (…) Y ahora lo están pagando”.

Los llamados escritores jóvenes, “se dieron cuenta que habían caído en ese mundo, del cual la gente como yo nunca cayó, nunca nos hacían caso y de todas formas escribíamos cuentos”.

Sin embargo, reconoce que entre las nuevas generaciones de escritores de México, hay “narradores muy talentosos, pero no hay gente con obra todavía… Algunos tienen obra buena y otros con obras más bien malita”.

Aunque se resistía a dar nombres específicos, Manjarrez confesó que le gustan las obras de Álvaro Enrigue, premio Herralde de 2013 por su novela “Muerte súbita”, o la obra de Julian Herbert, Premio de Novela Elena Poniatowska 2012.

Los escritores jóvenes de México, que están entre los 33 y los 40 años de edad, tienen la dificultad que llegan a un mundo “donde muchas cosas ya están hechas y quizá sea más difícil para ellos”.

“En la época de La Onda -enfatizó- teníamos muchas ventajas, como por ejemplo, que no había una literatura mexicana consolidada, amplia, con muchos autores y muchas vertientes, ahora somos muchos los que escribimos bien… somos muchos los que tenemos obra del siglo XX”.

A juicio de Manjarrez, “ahora es más difícil que noten a un escritor. Han desaparecido las revistas y suplementos literarios en México, Buenos Aires, Bogotá o París, ya no hay suplementos literarios”.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas