Línea UAM | ¿Crisis emocional y crisis económica?

22/11/2015 - 12:04 am

El experto explica quiénes son los personajes más afectados cuando una familia o pareja enfrenta una crisis económica, y si las depresiones están ligadas con éstas

Foto: shutterstock
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Ciudad de México, 22 de noviembre (SinEmbargo/LíneaUAM).- ¿Realmente piensas que la crisis es la causante de una serie de padecimientos emocionales, tales como depresión, suicidio, incremento de adicciones y violencia entre otros aspectos? Es importante reconocer quiénes son las personas más susceptibles de ser afectadas por la crisis económica. También reflexionemos, si ésta nos alcanzó cuando la familia o la pareja, ya vivían con determinados niveles de estrés, angustia y depresión.

Tratemos de determinar si la crisis emocional se generó a partir del momento, en el que los ingresos familiares ya no alcanzaron para satisfacer determinadas necesidades. Es decir, los hijos se ven obligados a combinar trabajo y estudio, o bien, a cambiarse a una escuela con reducidas colegiaturas, o de plano dejaron los estudios para buscar trabajo. ¿La crisis de la economía produce desazón y desilusión por la falta de oportunidades? Sí. Sin embargo, no hay que olvidar que casi todos estamos obligados a vivir en circunstancias de crisis económica – financiera y que no todos definitivamente, nos sumergimos en estados de ansiedad y depresión por la falta de oportunidades.

Nuevamente nos tenemos que preguntar: ¿Quiénes son más susceptibles y frágiles en tales épocas de finanzas reducidas y escasas? En primer término los niños; son los pequeños infantes los que fundamentalmente padecen los problemas económicos que se dan en la familia.

A un nivel emocional, los niños no entienden necesariamente qué es lo que está pasando con la familia; observan y sienten el enojo y la impotencia de los padres, sin saber bien a bien qué sucede. Los niños frecuentemente pueden creer que son los culpables por lo que pasa en casa, llegan a sentirse mal al no entender que el dinero no alcanza. La pregunta es si hemos enseñado a nuestros hijos a que el dinero es la herramienta fundamental para andar por la vida, o si hay otros aspectos que dan sentido a nuestra existencia. Es probable que ante tales crisis, las calificaciones bajen, lo cual amerita hablar sobre lo que está sucediendo.

En segundo lugar, son los jóvenes adolescentes los que más se quejan de ver afectadas sus finanzas por los reducidos presupuestos de la familia; la apuesta es hablar con niños y jóvenes de manera tal que puedan comprender que ante la falta de dinero, toda la economía del hogar se verá trastornada y que por lo tanto, habrá etapas por las cuales la familia tiene que reducir al mínimo sus gastos.

Lo anterior tiene un efecto emocional muy complicado; por un lado tenemos padres molestos por la escasez monetaria, por el otro, hijos enojados porque no hay dinero. Alternativas: primero hablar y reconocer qué pasa. Segundo, buscar opciones concretas y realistas para lo que acontece con sentido grupal y familiar, no salidas que solamente funcionen a una parte de la familia o la pareja.

Foto:  shutterstock
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Tercero, la crisis económica si bien contribuye a que se incrementen los problemas emocionales, no necesariamente genera depresión, suicidios, incremento de adicciones y violencia. Insistimos, el depresivo lo es con y sin crisis económica; quien tiene ideación suicida – está planeando su muerte – la lleva a cabo independientemente de si tiene o no dinero; el adicto buscará las formas de encontrar dinero para su consumo y la violencia en la familia, la pareja o en la calle, no necesariamente se incrementan porque la gente no tiene suficientes recursos económicos.

A continuación hacemos algunas propuestas que bajo determinadas condiciones, podrían tener sentido para ustedes, los lectores:

Si en la familia o la pareja, uno de los integrantes perdió el empleo, o está a punto de quedarse sin trabajo, sugerimos revisar no sólo las finanzas, sino pensar en la oportunidad que tal vez por primera ocasión, tiene la familia para participar y colaborar en equipo. Las iniciativas estrictamente individuales, presentan más riesgos que ventajas.

Si la crisis económica alcanza a la familia, en términos de no poder pagar una deuda, por ejemplo, será importante realizar una revisión a fondo de los gastos familiares; lo anterior requiere restablecer prioridades. La pregunta para todos es: ¿qué gastos tienen prioridad en la familia – pareja?

Ante el probable escenario de no poder pagar la renta (miles de familias no cuentan con casa propia) esta es la oportunidad para, insistimos, trabajar, colaborar y buscar alternativas en equipo, en grupo.

La escuela y sus gastos. La crisis por la que atraviesa el país en su economía, ha llevado a cientos de padres de familia en pensar  en inscribir a los hijos en escuelas públicas, si es que estudiaban en el sector privado. La sugerencia es que de realizar lo anterior, se efectúe si es posible, con una determinada anticipación – planeación, de manera que las finanzas familiares se equilibren, sin olvidar que los hijos también padecerán emocionalmente el cambio de ambiente escolar. Sería muy conveniente hablar con los hijos y hacerles saber las razones por las cuales se generan tales cambios.

El próximo fin de año representa un fuerte gasto económico, que lleva a las familias a consumir lo que no pueden comprar. Establecer prioridades es básico. El desgaste emocional es brutal ante la prioridad que tiene el festejo contra las carencias materiales.

Revisemos si existen las condiciones para organizar. Es difícil planificar, si es que existen elementos de conflicto, desencuentro, distanciamiento afectivo, enojo acumulado, adicciones y depresión en la familia o la pareja. Con y sin crisis económica, la recesión afectiva puede estar presente.

Expertos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) están dispuestos a escucharte, da click en la siguiente imagen para ir a su página o escribe en los comentarios debajo de esta nota.

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