El número de personas fallecidas por la explosión en el Mercado de San Pablito, en Tultepec, se incrementó a 35, informó el Gobierno del Estado de México. Los últimos dos decesos corresponden al de una menor en el Instituto Nacional de Rehabilitación, en la Ciudad de México; y el de una mujer en el Hospital de Alta Especialidad de Zumpango.
Ciudad de México, 22 de diciembre (SinEmbargo).– El número de muertos por la explosión en el mercado de San Pablito en Tultepec ascendió a 35, informó el Gobierno del Estado de México en su último corte, a las 9:00 horas.
Los últimos dos decesos corresponden al de una menor en el Instituto Nacional de Rehabilitación, en la Ciudad de México; y el de una mujer en el Hospital de Alta Especialidad de Zumpango.
“En ambos casos los cuerpos se encuentran en proceso de entrega y el Edomex se hará cargo de los gastos funerarios”, se informó.
Hasta el momento hay 59 personas atendidas en hospitales del ISEM, el IMMS y el ISSSTE; 18 han sido dadas de alta y 36 se encuentran en diversos nosocomios, cuatro de ellas graves.
En el segundo día después de la tragedia, grupos de personas continúan en hospitales esperando noticias de familiares y amigos.
Mientras, en el lugar del siniestro, una explanada convertida en un amasijo de hierros retorcidos y escombros, los peritos buscaban pistas y algunos vecinos pensaban que el haber exhibido parte de la mercancía en los pasillos pudo propiciar la tragedia.
En la nueva actualización, 44 personas permanecen hospitalizadas, de las cuales tres están muy graves. De los heridos, 10 son menores, incluida una niña con el 90 por ciento de su cuerpo quemado.
Familiares desconsolados llegaron a la morgue, el último sitio donde querían buscar, en un intento de encontrar respuestas. Pero a veces no las hallaban: las autoridades advirtieron que algunos de los cadáveres están tan quemados que solo podrán ser identificados con pruebas genéticas, las cuales ya han comenzado a realizarse. Lo que si creen los funcionarios es que el mercado ha sido revisado a plenitud, incluso con perros de rastreo, y no encontrarán a nadie más allí.
El mercado de San Pablito, en el municipio de Tultepec, estaba bien surtido con juegos pirotécnicos por las fiestas navideñas. Cientos de compradores caminaban por los pasillos cuando iniciaron los estallidos. En minutos todo quedó reducido a cenizas, escombros y metal retorcido.
Las autoridades del Estado de México han dicho que es muy pronto para determinar la causa de las explosiones, pero ocho días antes el gobierno municipal se jactaba en un comunicado de que el Instituto Mexiquense de la Pirotecnia había calificado al mercado como el más seguro de América Latina. Y el director del centro, Juan Ignacio Rodarte Cordero, daba la explicación: contaba con “puestos perfectamente diseñados y con los espacios suficientes para que no se dé una conflagración en cadena en caso de un chispazo”.
La realidad fue otra, y el martes las llamas destruyeron el mercado por tercera vez desde 2005.
Un video mostró las espectaculares explosiones en cadena registradas poco después del mediodía.
El mercado de San Pablito abrió hace 16 años, pero Tultepec se dedica a la fabricación y comercialización de pirotecnia desde hace dos siglos, una industria en la que el 65% de su población participa de forma directa o indirecta. Las previsiones de este año apuntaban a vender 100 toneladas de productos a todo el país.
“Esto es parte de la actividad de nuestro municipio. Es lo que nos da identidad”, señaló el Alcalde de Tultepec, Armando Portuguez. “Sabemos que es una actividad de alto riesgo, lo lamentamos mucho, pero mucha gente tiene su sustento en esta actividad”.
No obstante, las explosiones letales de pirotecnia han ocurrido con cierta regularidad en México. En 2002 un estallido en un mercado de la ciudad de Veracruz dejó 29 muertos. En la ciudad de Celaya en 1999, murieron 63 personas al explotar pirotecnia almacenada ilegalmente, y en 1988 una explosión de cohetes en el mercado de La Merced, en la Ciudad de México, dejó 68 cadáveres.
ACUSAN NEGLIGENCIA Y CORRUPCIÓN
Tultepec había ardido antes. El 15 de diciembre del 2005, un mercado de cohetes registró una cadena de explosiones. Dejando un saldo de 57 personas heridas. Y un año después, el 12 de septiembre del 2006, fue San Pablito el que quedo prácticamente devastado, para ser después reconstruido y vuelto a destruir en el 2007.
Eny Día Sánchez acompaña a su madre a la zona un día después de las explosiones; han perdido el local que tenían en el mercado, pero no por obra del destino sino de la negligencia de las autoridades, sostienen.
“Las dos veces que pasó. No hubo muertos porque se quemaban las lonas, pero esta vez estuvo mal porque eran con tabiques [los locales]. Nosotros desde un principio les dijimos que no estaba bien así [a las autoridades]”, dijo a SinEmbargo Día.
La locataria refirió que cuando Enrique Peña Nieto era Gobernador se prometió que no ocurriría de nuevo un accidente similar. “Nosotros de antemano sabíamos que algo estaba mal”, dijo. Sin embargo, las autoridades no tomaron las medidas de prevención necesarias.
La Senadora independiente Martha Tagle Martínez refirió que las explosiones demostraron que “la corrupción mata”.
“Es alarmante que las autoridades encargadas emitan permisos sin las medidas de protección civil mínimas”, dijo. Y pidió a las autoridades del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMPEDI) que muestren el informe con el que afirmaron que San Pablito era “el mercado más seguro de Latinoamérica”.
ADEMÁS
A este reclamo de justicia se ha sumado el Partido Acción Nacional, Movimiento de Regeneración Nacional y Revolución Democrática (PRD). El IMPEDI tiene por objetivo garantizar medidas de seguridad en la fabricación, transporte y venta de artículos pirotécnicos.
La dependencia recibió este año un presupuesto de 18 millones 266 mil pesos. De los cuales, el 71 por ciento, 13 millones 69 mil fueron destinados a la remuneración del personal.
Al tiempo que no gastó un solo peso al concepto de “ “materiales y artículos de construcción y reparación, prendas de protección, materiales y suministros para seguridad o para equipo de defensa y seguridad”, de acuerdo con una revisión hecha por este medio
Mientras que algunos legisladores han pedido dar con los responsables, las autoridades estatales han evitado ahondar en las investigaciones.
