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Redacción/SinEmbargo

23/02/2017 - 7:06 am

¿A quién le tiene miedo Trump? / La guerra en Morena por la CdMx

¿A quién le tiene miedo Trump? Detrás de las deportaciones de inmigrantes que ha iniciado el gobierno del Presidente Donald Trump, es probable que exista una explicación económica relacionada con el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la fuerza con la que China inundó de sus productos a bajo costo el mercado mundial. En El Universal, […]

¿A quién le tiene miedo Trump?
Detrás de las deportaciones de inmigrantes que ha iniciado el gobierno del Presidente Donald Trump, es probable que exista una explicación económica relacionada con el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la fuerza con la que China inundó de sus productos a bajo costo el mercado mundial. En El Universal, el periodista Carlos Loret de Mola, escribe que: “el nuevo Presidente de Estados Unidos […] Marcadamente ha hecho del TLC un argumento para enojar a sus ciudadanos. El argumento que ha repetido mil veces Donald Trump es simple: México le vende a Estados Unidos 60 mil millones de dólares anuales más de lo que Estados Unidos le vende a México. […] Lo que esconde Trump […] es que su problema no es México. Es China. El TLC entró en vigor en 1994 y hasta 2001 ese déficit comercial no existió. […] en 2001 empezó a hacerse más grande a favor de México. […] Porque ese año China entró a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y sus productos inundaron el mercado mundial. […] México, para hacer los productos que luego exportaba, en lugar de comprar partes estadounidenses empezó a comprar partes chinas a menor precio. […]. El asunto se agudizó porque las empresas estadounidenses desplazadas por las chinas no se esforzaron por volverse más competitivas y su gobierno tampoco las apoyó para ello. […] El déficit comercial con México no es el peor de Estados Unidos. Es seis veces peor el que tiene con China […] en eso se están centrando las ‘consultas’ de los empresarios mexicanos con distintos sectores de Estados Unidos. Según me han contado, saben que políticamente al TLC hay que cambiarle el nombre […], pero están tratando de mantener los acuerdos ahí escritos, negociando sobre dos aspectos centrales: El primero es el de las ‘reglas de origen’: que un producto pueda ser beneficiado por el trato TLC siempre y cuando sus componentes sean más norteamericanos que chinos. […]. El segundo es que en la mesa de comercio se negocie también la cooperación en seguridad y migración […]. Y claro, a sabiendas que sería devastadora la entrada del BAT ([…] ‘Border Adjustment Tax’, un impuesto especial a las importaciones que pretende la Casa Blanca), aunque con la esperanza puesta en que los propios intereses económicos de nuestro vecino incidan en su Congreso para descarrilarlo, pues se trata de un gravamen que polariza a los hombres de negocios estadounidenses: beneficia mucho a los exportadores y golpea demasiado a los importadores. La pelea está cantada para iniciar en junio”.

A propósito, como una estrategia y “dispuesto a no perder un solo minuto”, en el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “Javier Corral, Gobernador de Chihuahua, está por viajar a China, en busca de inversiones en la industria maquiladora aeroespacial. Anunció que, considerando que ‘es el momento de voltear a ver a China, de generar vínculos más estrechos con una alianza económica, política y cultural’, se va a ‘cerrar la operación, vamos a discutir ya en el último término las condiciones para poder traer una inversión muy importante para Chihuahua en dos ámbitos, el automotriz y el aeroespacial’. Aseguró que México ha descuidado mucho su relación con China, un mercado que pudo haber sido un objetivo fundamental en todos los sentidos y es, dijo, el país con el principal contrapeso frente al Presidente Donald Trump. Reactivarse o morir”.

Reclaman a Videgaray falta de firmeza 
Todas las miradas están puestas en el canciller Luis Videgaray por la reunión que hoy tendrá el Presidente Enrique Peña Nieto con los secretarios de estado del vecino país. Desde antes de la llegada de los integrantes del gabinete de Trump, las opiniones sobre cómo deben enfrentarlos no se han hecho esperar. En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “la reunión privada entre el canciller Luis Videgaray y los líderes parlamentarios en la Cámara de Diputados alcanzó momentos de tensión cuando el perredista Agustín Basave reclamó al funcionario lo que, a juicio del legislador, ha sido una total falta de firmeza ante el ‘bullying’ del Presidente estadunidense, Donald Trump. Asistentes a la encerrona afirmaron que el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores ‘aguantó vara’ y respondió punto por punto, sin perder la compostura, mientras que el coordinador de la bancada del Partido Revolucionario Institucional, César Camacho, le dio un espaldarazo y el jefe de los verdes, Jesús Sesma, de plano le ofreció el acompañamiento de sus legisladores como ‘escuderos'”.

Para el el periodista Joaquín López Dóriga, no queda de otra más que hablar con John Kelly y Rex Tillerson, secretarios de Estado y de Seguridad Nacional de Estados Unidos, respectivamente. En Milenio, escribe que: “Enrique Peña Nieto tendrá hoy […] uno de los encuentros más difíciles de su gestión presidencial, cuando reciba a los enviados de Donald Trump […] en medio del endurecimiento, a nivel persecución, de millones de mexicanos en Estados Unidos y tras el anuncio de la construcción del muro […]. Reunión que también se efectuará en el contexto de medidas que fragilizan aún más la frágil situación de nuestros paisanos que ahora podrán ser deportados ‘fast track’ a criterio de los agentes federales que se incrementan en 15 mil. […]. Estos anuncios se dan, además, en medio del único contexto cierto: la incertidumbre económica-financiera, que no se tratará hoy, no obstante haber convocado el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, pero para el tema de la inteligencia financiera y los controles al patrocinio del terrorismo. En esta mesa participarán, además de Luis Videgaray y el propio Meade, los titulares de Defensa, Salvador Cienfuegos; Marina, Vidal Francisco Soberón y Gobernación, Miguel Ángel Osorio, central en los temas de migración, seguridad fronteriza y acuerdos bilaterales de inteligencia y seguridad, muchos de los cuales son desconocidos para los visitantes, no obstante su rango, ya no se diga por su jefe que no tiene la menor idea de este capitulado central en la seguridad de su país. He escuchado voces que dicen que Peña Nieto no los debe recibir porque no son pares, pero yo soy de la idea de que el encuentro es indispensable para reiterarles su compromiso de que en la relación con Estados Unidos nada estará negociado hasta que todo esté negociado. No se trata de envolverse en la Bandera Nacional para lanzarse de algún risco de Los Pinos, sino de usar la inteligencia, digna y decidida, en la defensa del más grave riesgo que ha tenido nuestro país en décadas y del que aún no hemos visto nada”.

También, En La Jornada, el periodista Julio Hernández López, escribe sobre el perfil de los invitados a México y el suceso que acapara la atención del país entero, que: “una sociedad expectante y un gobierno acorralado vieron llegar ayer […] a dos secretarios del gabinete estadunidense, en una visita […] que pretende cerrar tratos respecto a temas delicados, como el combate al crimen organizado […], el freno a la migración centroamericana rumbo a Estados Unidos (desde la frontera sur de México) y la devolución acelerada a nuestro país de paisanos que residen en la potencia vecina en situación migratoria irregular […]. Donald Trump ha enviado a dos densos personajes a recoger de viva voz el compromiso del peñismo de acoplarse a los planes diseñados en la Casa Blanca. Rex Tillerson fue durante 10 años el director ejecutivo de Exxon Mobil Corporation y ahora ejerce como secretario de Estado […]. El general John Kelly, perteneciente al cuerpo de marines, fue jefe del comando sur del ejército de Estados Unidos; también estuvo al mando de la Fuerza Múltiple-Oeste, en Irak, y ahora es el responsable de la seguridad interior de su patria. En la página de la BBC, Gerardo Lissardy consignó que Trump seleccionó a Kelly por considerar que es la persona correcta para encabezar la misión urgente de detener la inmigración ilegal y asegurar nuestras fronteras […]. Con esos pesos pesados lidiarán el ambiguo Luis Videgaray Caso y su acompañante en las negociaciones, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía […]. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como es sabido y salta a la vista, ha sido rudamente desplazado por Videgaray, virtual Vicepresidente o algo más. Y los secretarios de la Marina y de la Defensa Nacional ya tienen negociaciones avanzadas con sus pares y una ley de seguridad interior por venir. ¿Qué tratos terminarán signando los representantes formales de México? ¿Qué se sabrá de inmediato, mediante información directa, y cuáles arreglos se irán conociendo sobre la marcha, ya como hechos consumados? Días funestos, ominosos […]”.

Y es que si algo le ha faltado al Gobierno mexicano, es ser contundente en el tema del trato a los migrantes connacionales y centroamericanos. En Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: “se las han hecho una y otra vez. […]. Esta semana, igual. Dos memorandos brutales, hostiles, sobre política de arresto y deportación de migrantes antes de la visita de los secretarios de Estado y Seguridad Interna. […] los subordinados de Trump tratan de suavizar […] los hechos. […]. Las órdenes de ayer […] firmadas por Kelly, son una declaración de guerra para millones de mexicanos. Frente a eso, ¿qué hará hoy el gobierno? Ayer el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, dijo, respecto de una parte de los memorandos: ‘Si el gobierno de Estados Unidos (EU) insiste en que quiere deportar a México, o que quiere enviar a México personas que no son de nacionalidad mexicana, México no tiene por qué recibirlos y en ese momento iniciaríamos un proceso de exigirle en cada caso, que acredite la nacionalidad de la persona que está enviando a México. Sería una acción de carácter unilateral inaceptable que los propios Estados Unidos no aceptarían, no tendríamos nosotros por qué aceptarla, nosotros también tenemos control sobre nuestras fronteras, y lo ejerceríamos a plenitud, es un derecho soberano de México’. […] eso necesita acciones: primero una orden de la Secretaría de Relaciones para que los consulados dejen de hacer la especie de certificación de nacionalidad que hoy hacen, a la ligera, en centros de detención y por la cual ya se vuelven ‘deportables’. Necesita también exigir a la autoridad estadunidense no poner en la puerta de la garita a nadie que no tenga documentos que lo acrediten como mexicano y si no tiene papeles, pues no entran, como no los dejan entrar a EU. Es decir, que la frase de que Estados Unidos ‘acredite’ la nacionalidad de quien deporta sea de verdad. Y que la carga de la prueba esté donde tiene que estar. Esto es lo que viene proponiendo hace varias semanas Jorge G. Castañeda. Si en verdad México no recibe más que a mexicanos documentados, haría, en términos reales, imposible lo que los memorandos anuncian. Eso necesita decirlo mañana Videgaray frente a Kelly, y en público. […]”.

Migrantes: la “solución final” de Trump
En Milenio, el periodista, novelista e historiador Héctor Aguilar Camín, escribe que: “los memoranda que ha hecho circular el Homeland Security de Estados Unidos son una declaración de guerra a los millones de indocumentados que viven en ese país. Un verdadero proyecto de ‘solución final’. El proyecto universaliza la ‘deportabilidad’ de quien no resida legalmente en ese país: 11 millones de migrantes, de los cuales seis son mexicanos. La única excepción son los ‘dreamers’, a quienes el proyecto les refrenda su estatus actual, pero no así a sus padres, que podrían ser juzgados por ‘contrabando y tráfico de personas’. […]. Hasta ahora, con Obama, la prioridad de las deportaciones era sobre indocumentados que hubieran cometido un crimen. Ahora, con Trump, la prioridad sigue siendo esa pero se extiende perentoriamente, ‘al máximo alcance de la ley’, sobre todo aquel que haya incurrido en una ilegalidad, empezando por residir sin papeles en el país. Se subraya la deportabilidad de quien haya mentido en algún trámite oficial sobre su condición migratoria o para obtener los beneficios de algún programa de gobierno. El proyecto de ‘solución final’ suspende en muchos de los casos las posibilidades de una defensa legal. Uno de sus mecanismos centrales es la ‘deportación expedita’ (expedited removal). Hasta ahora, eran objeto de deportación expedita los indocumentados detenidos dentro de las primeras 100 millas de la frontera durante los siguientes 15 días a su internación. Ahora son deportables todos los indocumentados detenidos en cualquier parte de Estados Unidos que no puedan demostrar dos años de estadía continua en el país. El proyecto autoriza la contratación de 10 mil agentes más de migración y aduanas, y revive la posibilidad de que sean habilitados como agentes migratorios todos los policías estatales y locales. […]. El efecto inmediato de estas nuevas reglas puede ser, según The New York Times, una oleada de persecución, inhumanidad y deportaciones masivas. El efecto mediato será un tsunami de lo mismo”.

Y ante el actual panorama, ¿las ciudadanas y los ciudadanos de “a pie” qué pueden pensar y hacer? En el Reforma, el analista y especialista en temas electorales, José Woldenberg, sugiere que se necesita más que el llamado romántico a la unidad: “¿Pueden el gobierno federal, los gobiernos locales, el Congreso, las cámaras estatales, los partidos políticos, las organizaciones no gubernamentales, las universidades, los sindicatos, las agrupaciones agrarias y empresariales y súmele usted, hacer un planteamiento conjunto en contra del discurso antimexicano de Donald Trump? ¿Pueden esas mismas instituciones y actores pronunciarse en contra de las deportaciones y mal trato hacia los mexicanos que se multiplican en Estados Unidos? […] Mi respuesta es sí. […]. Desde hace muchas décadas, el país […] nunca había tenido que enfrentar una amenaza de la magnitud y el tonillo de la que encabeza Trump.  […] es un hombre con un inmenso poder que lo está utilizando para alimentar en el imaginario estadounidense la idea de que los mexicanos somos un peligro y un socio desleal. […]. Por supuesto una política de unidad frente a Trump no se decreta, se construye. Y para ello existen las artes de la política: se trataría de fomentar acercamientos, diálogos (no monólogos), negociaciones, acuerdos, que una vez forjados a satisfacción de los participantes debieran publicitarse, explicarse, potenciarse. […]. Se intentaría hacer de la necesidad, virtud. De activar un resorte posible frente a los chantajes y dislates de la administración Trump. […] no me hago ilusiones. La crispación, la desconfianza y la ceguera modelan el espacio público […]; aunado a la cortedad de miras -el 2018 como una nueva fecha fundadora, adánica, redentora-, arman un ambiente sobrecargado de tensiones donde las ‘identidades’ no quieren verse contaminadas por los ‘otros’. Por cierto, no comprendo a los que suponen que una política unitaria frente a la amenaza que representa el gobierno norteamericano implicaría declinar, por parte de las oposiciones, la crítica al gobierno. Y ello porque la única posibilidad real para construir […] dicha política es precisamente asumiendo y reconociendo las enormes diferencias de diagnósticos, propuestas, conductas y programas que cruzan a la sociedad mexicana. […] unidad ante una apuesta hostil mientras se mantienen todos los disensos internos. A fin de cuentas la política democrática es un ‘continuum’ de convergencias y diferencias entre los distintos actores. […]”.

La guerra en Morena por la CdMx
En El Universal, el periodista y escritor, Héctor de Mauleón, comparte las declaraciones que hace Martín Batres sobre la candidatura a la Jefatura de la Ciudad de México por parte del partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador en una grabación. El columnista escribe que: “la guerra en Morena […] ya estalló, por más que intenten ocultarla Martí Batres […] y el zacatecano Ricardo Monreal […]. ‘Sí ha habido lucha, pero no ha trascendido’, admite Martí Batres en una grabación que se realizó hace un mes, y fue enviada anoche al columnista. […] En el audio […] el líder de Morena reconoce que la guerra existe y que Monreal no ha sido un adversario fácil […]. Batres conversa […], sostiene que el desgaste de Monreal ha sido ‘construcción de él mismo’ […] Y agrega: ‘Él tenía todo para consolidar y ser. Pero cada vez que va pasando el tiempo ocurre algo que va poniendo a la gente con dudas […]. Explica: ‘No te puedes reunir con Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre… O tienes candidato como partido en Oaxaca y por otro lado estás negociando con el papá del candidato del Partido Revolucionario Institucional… Todo eso mella la confianza, la certidumbre’. De acuerdo con Batres, de tanto decir ‘yo voy a ser, yo voy a ser, yo voy a ser’, Monreal ‘se ha ubicado en el imaginario popular hasta cierto punto’. […] ‘hay que trascender la propia esfera de la política de izquierda, que también tiene sus dogmatismos y sus acartonamientos, pero no para caer en un molde que incluso es mafioso’. El líder de Morena afirma que Monreal echa mano de ‘métodos muy feos’. No obstante, se muestra confiado porque el zacatecano ‘ha perdido todas’. […]. Lleva una colección de derrotas. Esto no se sabe mucho, no está muy difundido’. Alguien le menciona que existe la versión de que el delegado en Cuauhtémoc ya pactó la candidatura con […] López Obrador. Batres responde: ‘Esa es la versión de él… […]. Cuando ‘aquel’ decidió que era Marcelo… trabajó para eso meses enteros […]. ‘La principal debilidad de Ricardo es que se parece mucho a lo que ha sido el Partido de la Revolución Democrática’, dice Batres. Sin embargo, admite: ‘Él tiene dinero. Yo no’. […]. Anoche mismo […] Batres fue informado sobre la grabación. Solicité su punto de vista. No hubo respuesta”.

Candidaturas independientes 
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “no hay que perder de vista al ex ombudsman Emilio Álvarez Icaza, al ex consejero electoral Alfredo Figueroa y a la politóloga Denise Dresser, pues traen una idea que pondrá a temblar a los políticos de siempre. Por lo que se sabe, andan pensando en lanzar no una, sino varias candidaturas independientes. Y no sólo para la Presidencia de la República, sino también al Congreso de la Unión y a los estatales. ¿El objetivo? Impulsar una ola de cambio político en los distintos niveles del quehacer político y de la administración pública. Los detalles de este ambicioso plan ciudadano se conocerán el domingo próximo”.

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