México

Despiadadamente pragmático, listo para pactar con el diablo. Así ven a Dante, motor del Frente

23/03/2018 - 10:00 pm

Dante Delgado Rannauro es un personaje complejo, controvertido y de claroscuros. Pero hay una opinión general acerca de él: es un gran estratega y operador político; capaz de construir un partido desde la cárcel en que estuvo recluido por 15 meses, acusado de corrupción como parte de una supuesta venganza política.

Dante viajó a los infiernos y salió a flote. Es una persona que concilia y que crea alianzas; con una visión humanista de la política. Y a contracara, Dante es un político pragmático que puede pactar hasta con el mismísimo diablo –más allá de su pasado priista– con tal de sostener sus intereses. A lo largo de su carrera política, el oriundo de Veracruz ha sido señalado de incurrir en múltiples ilícitos. Y a pesar de haber librado las acusaciones, la falta de claridad al respecto mina la credibilidad de su discurso, señalan politólogos consultados.

SinEmbargo publica los perfiles de los tres coordinadores de campaña de los punteros de la elección presidencial. En esta entrega, Dante Delgado, quien es una especie de coordinador porque la coalición no tiene esa figura aún. Mañana toca el turno a Aurelio Nuño, coordinador de José Antonio Meade. En la siguiente entrega va Tatiana Clouthier, la coordinadora de la campaña de López Obrador.

Ciudad de México, 24 de marzo (SinEmbargo).- Dante Delgado Rannauro es un político de extracción priista y uno de los fundadores del partido Movimiento Ciudadano (MC), que impulsa la candidatura presidencial del panista Ricardo Anaya Cortés. En esta coyuntura, Delgado se perfila como una de las piezas clave del “Frente por México” para el diseño de las estrategias de campaña política, rumbo a las elecciones del 1 de julio próximo. ¿Pero quién es este personaje? ¿De dónde salió? ¿Es corrupto? Conocemos su rostro y la tonada naranja de su propaganda. No obstante, para muchos sigue siendo un desconocido.

Quienes lo han tratado lo describen como un constructor de alianzas. Un hombre rígido y sistemático para trabajar; pero un hombre comprometido y con una visión humanista de la política. Quien se enoja y quien bulle como el fuego -a veces tan hosco que quema-. Aunque alguien que inspira confianza, sencillo, sin regodearse en su vanidad. Y un hombre de familia a quien le gusta pasar tiempo con su esposa y sus hijos.

“Es una hombre que todo el tiempo está haciendo estrategia política […]. Es muy reflexivo. Nunca te da una postura fácil o una idea fácil sobre la situación. Es alguien que se toma en serio a los seres humanos que están en el mapa político” sin importar si son amigos o enemigos, dijo a SinEmbargo el Diputado Jorge Maynez, integrante de la Comisión Operativa Nacional de MC.

Para el legislador, Dante Delgado planea el 70 por ciento de su tiempo a fin de saber lo que hará con el 30 por ciento restante. Y tras bambalinas, Dante es alguien leal.

A lo largo de los últimos 32 años, Delgado pasó por las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y formó su propio partido. Trabajó en las campañas políticas del ex Gobernador de Veracruz Fernando Gutiérrez Barrios [1986] y del ex Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León [1994]. Y como líder naranja -a partir de 1997- apoyó las candidaturas presidenciales de los ex perredistas Cuauthémoc Cárdenas Solórzano [2000] y Andrés Manuel López Obrador [2006 y 2012].

Ahora apoya a Ricardo Anaya Cortés. Y cuando Dante decide apoyar a alguien, sea quien sea, “se va con una decisión y con esa decisión se va hasta el final”, dijo Maynez.

Como el legislador, la doctora Marcela Bravo Aguja del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el politólogo Enrique Toussaint de la Universidad de Guadalajara (UdeG) concuerdan en algo: Dante Delgado Rannauro es un excelente estratega y un conciliador quien sabe sentar a la gente a la mesa. Sabe negociar y crear puentes.

“Es un político muy hábil. Construyó un partido desde la cárcel. Y un partido que de ser muy local […] él ha logrado hacer un partido que tiene un tamaño mediano […]. Es un ex priista que el PRI mete a la cárcel y a partir de eso, que pudiera haber sido el fin de muchos políticos, él se mete a la participación en nuevas condiciones y tiene este logro. Es un político con un código muy claro que lo saca adelante; con una posición centro-izquierda que ha mantenido firme y que lo lleva a las últimas consecuencias”, comentó Bravo.

Según los politólogos consultados, en las elecciones de 2015 hubo un parteaguas para Dante Delgado. Fue cuando decidió impulsar a candidatos de MC, separándose un poco de la dinámica de las coaliciones electorales. Ese año, refieren datos del Congreso de la Unión, las diputaciones federales del movimiento naranja, comparadas con las de 2012, presentaron un aumento de 67 por ciento [pasaron de 12 a 20 escaños].

Para seguir creciendo, no obstante, Dante se dio cuenta de que él podía seguir tripulando el barco. Sin embargo, también entiendió que necesitaba ceder la iniciativa política a otro grupo con más fuerza. Es entonces cuando decide aliarse con personalidades como Enrique Alfaro, el presidente municipal de Guadalajara y aspirante a Gobernador de Jalisco, o Ricardo Anaya para “buscar cuadros con rentabilidad política”, dijo Toussaint.

Su principal virtud es que “sabe donde está parado. Tiene inteligencia contextual. Porque cuando un político no sabe donde está parado o no conoce su contexto, comete estupideces”, señaló el politólogo de la UdeG. En contraste, “un defecto de Dante Delgado puede ser el extremo pragmatismo. Es alguien que puede pactar con quien sea con tal de echar a andar sus intereses. De pronto, Dante Delgado y MC pueden caer en un doble discurso. Porque una cosa es lo que pactan y negocian y otra es la que vociferan”.

Y esa dualidad, precisamente, es la que lo ha llevado a estar “asesorando y a estar detrás de Ricardo Anaya en la elaboración de su discurso, su proyecto y su programa. ¡Claro que hay una influencia directa [de Dante] sobre Anaya!”, exclamó Toussaint. Además, Dante cuenta con millón y medio de votos en Guadalajara. Y “Anaya entiende que si no gana Jalisco con mucha fuerza siendo el tercer padrón electoral más importante, pues en realidad no tiene ninguna posibilidad de vencer a Andrés Manuel López Obrador”.

Dante Delgado Rannauro empezó su vida política a los 17 años. Es un gran operador y estratega político que resurgió en los noventas después de estar encarcelado. Foto: Diego Simón Sánchez, Cuartoscuro

Dante, por su parte, se muestra como alguien sencillo. Dice que le gusta viajar y que su libro preferido es la Columna de Hierro de Taylor Caldwell. Un texto que recrea la vida de Marco Tulio Cicerón en tiempos de la República Romana, poco antes de su Imperio. Gusta de los Beatles, los Rolling Stones y la música clásica. Y se define como “alumno que no termina de aprender”. Es sabido que él y su equipo de trabajo estudian diversos movimientos políticos en el mundo -el fenómeno Macrón en Francia, los movimientos Cinco Estrellas en Italia y Podemos en España, entre otros-.

Al interior del partido dicen que es “de reglas” y que “le encanta estar compartiendo lecciones”. Y a pesar de que suelen haber jornadas laborales de 14 o 16 horas porque es “muy exigente”, suele ser “generoso y amable”. Tiene también un lado juguetón o lúdico; le gusta reír. Para los naranjas es, en esencia, “un caballero de la política que te hace sentir muy obligado y muy comprometido a estar con él”.

Pero Dante, como toda moneda, tiene dos caras. Desde hace tiempo, sobre todo después de su paso como Gobernador sustituto de Veracruz [1988-1992], ha sido señalado por enriquecerse de manera ilícita y de beneficiar desde el poder sus intereses personales y familiares. Nada nunca le ha sido probado. Aunque pesan sobre el numerosas investigaciones e inclusive estuvo tras las rejas entre 1996 y 1998, por una supuesta persecución política. Al final, fue excarcelado y las autoridades lo absolvieron.

“La parte de la honestidad y la austeridad en él, más que un gesto de vanidad […] es un gesto de independencia. En la medida en la que él no depende de esas grandes sumas de dinero para hacer política, él se siente más independiente para no tener que pedir. Aprendió yo creo que en la cárcel a eso: a ser absolutamente autónomo e independiente del poder. Yo creo que también le hizo generar una red de amigos con los que ha sido muy leal hasta hoy. A toda la gente que se la jugó con él la ha conservado en términos de amistad y de equipo político”, mencionó Maynez, su copartidario.

A pesar de todo, Dante “sigue teniendo un pasado en discurso o en disputa. Es decir, hay personas que pueden decir lo que significó Dante Delgado en materia de corrupción y personas que pueden decir que es un perseguido político. Pero hay algo en su pasado que sigue sin estar claro. Y cuando existe algo de esa forma pierdes credibilidad en el discurso y legitimidad a la hora de plantear tu agenda”, reflexionó Toussaint.

Según su declaración patrimonial, fiscal y de intereses “3de3”, Dante Delgado es más austero que muchos otros políticos. Ostenta un salario mensual de 64 mil 801 pesos, que sumado al salario de su esposa, suma ingresos mensuales netos que ascienden a 151 mil 645 pesos.

También es el feliz propietario de un terreno pagado al contado y de tres casas, una heredada, una pagada de contado y otra a crédito. Las cuatro propiedades fueron adquiridas entre 1962 y 2014. Tienen un valor conjunto de cinco millones 32 mil 318 pesos.

Su cónyuge, asimismo, posee propiedades en el estado de Veracruz que obtuvo entre 1980 y 1999: siete terrenos, cuatro donados, dos comprados a crédito y uno más de contado; además de tres casas, una pagada a crédito y las demás heredadas. No especifica los montos.

La pareja se traslada en tres vehículos declarados. Un Mercedes-Benz Sprinter modelo 2008 que está valuado en 705 mil 625 pesos; y dos automotores adquiridos en 2014 [no especifica montos]. Los tres vehículos fueron comprados a crédito. La pareja tiene, según la declaración, obras de arte, menaje de casa y joyas por al menos 2.5 millones de pesos -hay posesiones sin monto especificado-.

Entre sus inversiones, Dante Delgado cuenta una bancaria de entre 100 y 500 mil pesos, así como monedas y metales por un monto mayor al medio millón de pesos. Además, tiene tres créditos activos por 74 mil 983 pesos.

Y como parte de sus posibles conflictos de interés, refiere tener participación en Empresarial Arrufo S.A. de C.V. y Tresmo S.A. de C.V. También declaró que algunos integrantes de su familia están involucrados en diversos negocios como la compra-venta de bienes muebles e inmuebles, transporte de carga y servicios, entre otros. No adeuda al fisco.

RAÍCES Y MARCHA POLÍTICA

Dante Delgado Rannauro nació el 23 de diciembre de 1950 en el municipio de Alvarado, en Veracruz. Donde las aguas del Río Papaloapan se mezclan con las aguas lacustres que mojan las costas de una pequeña península, a la vera del Golfo de México. Y escenario de dos batallas y dos fracasos históricos por parte del Gobierno estadounidense, cuando allá por 1846, en plena intervención americana, el comodoro David Connor intentó apropiarse de su puerto y del fuerte de Santa Teresa.

Dante fue criado junto con su hermano Pablo en el seno de una familia modesta de clase media. Su padre, Pedro Delgado, se desempeñaba como ingeniero mecánico naval e incluso trabajó para la industria azucarera; y su madre Alida Rannauro, que en paz descanse también, en vida fue ama de casa dedicada a sus hijos y a su esposo.

La vena política del líder nacional del partido Movimiento Ciudadano, no obstante, no nació de sus progenitores. Dante ha reconocido que esa inquietud le llegó de la mano de su tío Rafael Delgado, quien en 1914 defendió el Puerto de Veracruz, cuando las tropas norteamericanas ocuparon por siete meses el territorio mexicano, debido a una disputa entre ambas naciones que culminó en el desconocimiento del gobierno de Victoriano Huerta por parte del recién nombrado Presidente Woodrow Wilson.

La zozobra por lo público pronto se desarrolló en el joven Dante. Con apenas 17 años de edad, el oriundo de Alvarado coordinó el Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Asimismo, durante su etapa universitaria, específicamente en 1971, organizó el recorrido de la Fraternidad Latinoamericana por Centro y Sudamérica con la finalidad de establecer nexos con otros estudiantes.

Inclusive, “Dante participó en el movimiento estudiantil de 1968”, refirió a SinEmbargo el Diputado Jorge Maynez, integrante de la Comisión Operativa Nacional de MC.

A partir de 1967 y por 30 años consecutivos, se mantuvo en las filas del partido tricolor. “Se forjó en el PRI”, dijo Maynez. “Los referentes políticos de Dante son Fernando Gutiérrez Barrios, Fernando Solana, Fernando Elías Calles… Hombres de Estado, digamos. Se forma en esta lógica”, comentó.

En esas tres décadas, ocupó puestos de buen talle al interior del partido y en diferentes dependencias de gobierno, hasta alcanzar en ese entonces lo más prominente en su carrera política: una diputación federal en 1985; la gubernatura de Veracruz entre 1988 y 1992 -en sustitución de Fernando Gutiérrez Barrios, quien dejó el puesto para convertirse en el Secretario de Gobernación del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari [1988-1994]-; y la representación de nuestro país como Embajador de Italia entre 1993 y 1994.

Su experiencia administrativa es amplia. También se ha desempeñado como secretario auxiliar del secretario privado del Presidente de la República [1974]; como subdirector de autorizaciones del Departamento de Pesca local [1976-1977]; delegado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en Yucatán, Oaxaca y Veracruz [1979-1983]; subsecretario y después secretario general de Gobierno en Veracruz [1983-1988]; además de haber sido Procurador agrario [1994-1995] y coordinador del programa federal de Bienestar Social para Chiapas [1995].

El abogado egresado de la Universidad Veracruzana y autor del libro Hacia la integración latinoamericana [1972], dio fin a su proyecto priista en 1997 con la finalidad de formar su propio partido. Bajo el nombre de Convergencia por la Democracia, nació un movimiento de ideología sociodemocrática que hoy -y desde 2011- conocemos como MC.

Con aparejo naranja y un estandarte progresista, entre 1999 y 2006, Dante Delgado se convirtió en el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de su partido. Por esos años, en 2004, el veracruzano intentó convertirse en Gobernador electo de su estado natal. Hundido en la tercera posición, no lo logró. El priista Fidel Herrera Beltrán le arrebató la oportunidad con una diferencia superior a los 200 mil votos.

Dos años después de la amarga derrota, Delgado llegó al Senado de la República. Allí, durante seis años, fungió como presidente de una Comisión Especial sobre la deuda pública, además de ser integrante de las comisiones de Energía, Justicia, Puntos Constitucionales, Estudios Legislativos, Primera y Especial, esta última encargada de los festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.

En 1996, Dante Delgado fue encarcelado. La administración del ex Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León lo puso tras las rejas luego de un distanciamiento en el marco del movimiento zapatista en México. Foto: Captura de pantalla

CÁRCEL Y CONTROVERSIAS

En noviembre de 1995, Dante Delgado Rannauro encabezaba la Comisión para el Bienestar Social y Desarrollo Económico Sustentable para el estado de Chiapas. En ese entonces, en la entidad, se desarrollaba una tempestad: el Gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llevaban casi un año en disputa.

Once meses antes, cuando el Presidente electo Ernesto Zedillo Ponce de León [1994-2000] asumió funciones, prometió negociar con el EZLN para lograr “una paz justa, digna y definitiva” en Chiapas. Sin embargo, entrado el mes de febrero de 1995, el Primer Mandatario anunció que las fuerzas armadas habían encontrado un arsenal zapatista que los hacían pensar que lejos de “prepararse para un diálogo”, las tropas del Subcomandante Marcos tenían la intención de entablar una “lucha armada para tomar el poder político”.

En consecuencia, el Ejército Mexicano desplegó elementos en zonas donde ya se había replegado -e.g. los municipios de Margaritas, San Andrés Larráinzar, Simojovel, entre otros-. Además, el Presidente instruyó a la Procuraduría General de la República (PGR) para que actuara en lo penal contra los dirigentes zapatistas. Las medidas adoptadas llevaron a la tregua a su fin. Las balas surcaron los cielos y hubo sangre derramada: 45 militares y 47 zapatistas fueron abatidos.

Era noviembre de 1995. Y las tensiones no sólo diluyeron la esperanza de paz en el “Desierto de la Soledad” -o la Selva Lacandona de Chiapas-. También disolvieron la relación entre Delgado y Zedillo, que al igual que la economía, pendía de alfileres. Y que al igual que los de la economía, fueron tumbados generando crisis.

Dante rompió con Zedillo porque “en el fondo siempre lo consideró una persona mediocre”, reveló en su memoria el Diputado Jorge Maynez. Ya que al líder naranja “lo que más le espanta es la mediocridad, la pequeñez, la intrascendencia cuando las personas no tienen gestos de grandeza”, explicó.

Este desprecio o alejamiento no fue gratis. De acuerdo con Maynez, “lo que más puso a Dante enojado con Zedillo es que a él lo asignaron desde la Procuraduría Agraria como el responsable de la situación de Chiapas. [Entonces] Dante le presentó dos posibilidades al Presidente Zedillo: una autoritaria, firme, de disciplina prácticamente militar para actuar en Chiapas frente al conflicto; y una de concertacesión de amplia inversión pública en el estado, [o bien], de pacto social”.

Zedillo, por su parte, se habría comprometido con Dante Delgado a seguir la opción pacífica. Cuenta el Diputado que Dante se congratuló de la decisión y dijo: “¡Qué bueno que fue esta! Con la otra opción usted hubiera necesitado a un militar”. Al final, pasaron los meses y Zedillo no cumplió con su palabra. Y el uso castrense, en los hechos, en verdad pasó.

Acto seguido, Dante se enoja. “Y cuando Dante está enojado tiene gestos muy hoscos”, señaló Maynez. “Dante decide renunciarle en una reunión de gabinete de una manera muy seca, muy tosca […]. Él rompe con el Presidente Zedillo. Después se da la matanza de Acteal y a partir de ahí viene una persecución política” en su contra.

Poco después de su regreso de Italia, donde se desempeñó como Embajador de México, Delgado Rannauro fue encarcelado por quince meses en el penal de Pacho Viejo de Coatepec, Veracruz, por los supuestos delitos de enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad, peculado y corrupción, por un monto en daños de 450 millones de pesos.

Pudo haber salido antes si hubiera negociado con el habitante de Los Pinos. Pero “cuando a través de su esposa le hacen un planteamiento de perdón y de acuerdo, la respuesta que él le da a su esposa es la que retrata su idea de dignidad. Dijo: ‘¡No voy a salir de rodillas de donde entré caminando!’”, rememora Maynez.

Desde el encierro, Dante comienza a ver la posibilidad “de derrumbar o de regenerar el régimen del PRI. Cuando es encarcelado no le queda otra opción mas que sobrevivir políticamente con Convergencia y construir una alianza con una fuerza política que ya se venía conciliando y que era la del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas”. Nace así la coalición “Alianza por México” que postuló a Cárdenas a la Presidencia de la República en el año 2000.

El 4 de abril de 1998, Delgado y otras dos personas -Gerardo Poo Ulibarri y Porfirio Serrano Amador- que llegaron a la cárcel en las mismas circunstancias que él, fueron excarcelados tras un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que los absolvió. “Estuve secuestrado” por el Estado, profirió el veracruzano al pisar la calle. Habían maquinado su arresto.

Aunque a Dante Delgado Rannauro no le han sido probadas las múltiples acusaciones en su contra a lo largo de los años, hay humo donde no se ve el fuego.

Una investigación periodística del 18 de diciembre de 1996 publicada por La Jornada y firmada por Oscar Camacho Guzmán asevera que, a partir de su gubernatura en sustitución de Gutiérrez Barrios [1988-1992], “el poder político y económico de Dante Delgado Rannauro crecieron como la espuma, pero también la fama de ser un político que utilizó el cargo para enriquecerse”.

“Famosos fueron los casos de corrupción denunciados por los partidos de oposición cuando Dante Delgado gobernó Veracruz: Entre los más destacados está el haber hecho proveedoras casi exclusivas del gobierno a las empresas cementeras de su propiedad y de sus familiares, las cuales, se indica, se beneficiaron prácticamente de toda la obra pública” (sic), se lee en el texto.

Dante fue acusado de aplicar las mañas de hogaño. Por esas fechas se supo que construyó cuatro puentes -como el del municipio de La Antigua- que terminaron cayéndose por mal construidos. “Famosos fueron también los debates que cada año se dieron en el Congreso de Veracruz sobre los estados de la Cuenta Pública y los desvíos, anomalías e irregularidades denunciadas por la oposición sin que pasara nada”, advirtió Camacho.

Inclusive en 2004, la PGR lo investigó por tentativa de fraude, peculado y falsedad de declaración, por el incumplimiento de un acuerdo laboral pactado con integrantes del partido Convergencia, a quienes adeudaba el pago de salarios [averiguación previa número 511/RN/2004].

En otra denuncia ese mismo año [PGR/NEZA/68/2004-II], Delgado Rannauro fue acusado por la presunta comisión del delito de peculado por la cantidad de 100 millones de pesos, provenientes de las prerrogativas que el Instituto Federal Electoral -hoy INE- le dio al partido para las elecciones de 2003. Empero, las investigaciones no fueron concluyentes y el caso no pasó a mayores consecuencias.

El último escándalo en el que Dante y Movimiento Ciudadano se vieron involucrados tuvo lugar en 2016, cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinó una multa de 61 millones de pesos, en contra del partido naranja, por haber filtrado las listas del padrón electoral en 2013, hecho que “lastimó la confianza ciudadana”, refirió Edmundo Jacobo Molina, entonces secretario ejecutivo del Instituto Electoral.

Efrén Flores
Es politólogo por la UNAM. En SinEmbargo se ha especializado en el análisis de datos. Su investigación periodística es multitemática, pero sobre todo enfocada en temas políticos y económicos.
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