Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).- Luego de mucho tiempo de rebelarse contra la industria musical y hacer más o menos lo que le venía en ganas, Prince ha regresado a las disqueras y firmado un contrato que lo vuelve a ligar a su sello del pasado, Warner.
El hecho no puede más que sorprender, aunque no por ello resulta poco entendible. Cuesta, sin dudas, aun cuando seas una de las pocas leyendas que permanecen en los primeros puestos, generando interés y una obra interesante, llevar sobre las espaldas todo el peso. Entre marketing y nuevas tecnologías, las disqueras constituyen, sin duda un mal necesario.
Así lo ha comprendido el pequeño príncipe de Minneapolis, quien en un comunicado distribuido a la prensa abogó porque el contrato que acaba de firmar con la empresa que abandonó en 1996 a causa de sentirse un esclavo (palabra que grabó en su mejilla), redunde en “una relación de trabajo duradera”.
El anuncio ha coincidido con el lanzamiento de la canción “The breakdown”, que se ha publicado en streaming este fin de semana y ya está a la venta en iTunes. Se trata de una balada a medio rapear que llega luego de que en marzo pasado diera a conocer su colaboración con Zooey Deschanel.
“Fall In Love Tonight” fue la canción que cantaron juntos el artista y la actriz de New Girls, la serie televisiva en la que Prince tuvo una pequeña participación.
El regreso de uno de los artistas más admirados en el mundo implica además la edición de 30 aniversario de Purple Rain, uno de sus discos paradigmáticos, que vuelve en una caja de lujo, con remasterización digital y la actuación sorpresa en Londres, junto a 3rdEyeGirl, que lo mostró en su mejor forma, sumado a su aclamada presencia en The Brit Awards 2014, donde aceptó hacerse una “selfie” con el joven actor británico James Corden.
Claro que el regreso de Prince a Warner no ha sido gratuito y por el contrario el artista, de 56 años ha sabido imponer sus condiciones. En este caso, un nuevo marco legal cuyos detalles se desconocen pero que evitaría los problemas de derechos de propiedad intelectual que enfrentaron irremediablemente a Prince con su disquera en el pasado.
