París, 23 abr (EFE).- El Gobierno francés desvela hoy sus previsiones de crecimiento y de déficit público para los próximos cuatro años, al tiempo que desgrana los detalles de su plan de recortes de 50.000 millones para los próximos tres ejercicios.
El responsable de Finanzas, Michel Sapin, deberá comunicar a los diputados las cifras que bajara el Ejecutivo hasta 2017, incluido el compromiso de situar el déficit público en el 3 % del PIB.
Según diversos medios, el Gobierno cuenta con cumplir, tal y como se comprometió con Bruselas, con esa promesa en 2015, para lo que confía en el plan de recortes puesto en marcha por el primer ministro, Manuel Valls, y que prevé congelar los salarios de los funcionarios, las pensiones y algunos servicios públicos.
Sapin adelantó que el Ejecutivo comunicará una previsión de crecimiento del 1 % para el actual ejercicio y del 1,7 % para 2015, mientras que la de los dos siguientes ejercicios estaría en torno a los 2,25 %.
Las cifras de 2014 y 2015 son consideradas “factibles” por el Alto Consejo de las Finanzas Públicas, un organismo independiente destinado a evaluar, de forma consultiva, las cuentas del Estado.
En cuanto a las previsiones para 2016 y 2017, el Alto Consejo las considera “optimistas”.
El diario “Les Echos” asegura que el Gobierno publicará una previsión de déficit del 3,8 % para este año y del 3 % para el siguiente, en ambos casos dos décimas por encima de lo que hasta ahora había comunicado París.
Las cuentas de 2013 fueron peores de lo previsto y el déficit acabó en el 4,3 % y no en el 4,1 %, lo que explica que la previsión sea algo peor.
Para conseguir estas cifras de déficit, el Ejecutivo cuenta con el programa de recortes de 50.000 millones, con el que también espera financiar las bajadas de las tasas patronales para que las empresas mejoren su competitividad y vuelvan a invertir y contratar.
El Alto Consejo de las Finanzas Públicas consideró que esos recortes pueden afectar de forma directa al crecimiento económico y, por tanto, a la creación de empleo, mientras que su efecto en la reducción del déficit y en la mejora de la competitividad empresarial solo se verá a medio plazo.
Eso es precisamente lo que criticaron diputados socialistas del ala más izquierdista del partido sobre el plan de recortes de Valls.
El primer ministro ha abierto la puerta a una leve suavización del proyecto, pero en ningún caso renuncia a los 50.000 millones de euros de recortes. EFE
