En un juego donde los escualos llegaban como víctimas y los Pumas saboreaban una escalada en la tabla, Veracruz logró una victoria que le supo a gloria.
Por César Juárez
Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo/AS México).- Como si se tratase de un choque eléctrico que le regresaba a la vida, los Tiburones Rojos del Veracruz derrotaron 0-2 a los Pumas de la UNAM para conseguir un poco de vida en la búsqueda de su salvación y así abandonar el sótano del descenso, mientras que este resultado alejaba a los universitarios.
En un juego donde los escualos llegaban como víctimas y los Pumas saboreaban una escalada en la tabla, Veracruz logró una victoria que le supo a gloria y dejó a los auriazules heridos de muerte en su búsqueda por trascender.
El primer tiempo transcurrió sin que sucediera peligro de considerar. Veracruz salió con la intención de jugar al contragolpe, bien plantado atrás y buscando aprovechar la velocidad de Hinestroza y Reyna.
A Pumas se le notaba con cierta incomodidad, sin poder abrir la ostra jarocha que significaba el Veracruz. Los universitarios no encontraban espacios, por lo que los Tiburones hacían su partido a la perfección, tratando de rescatar un buen resultado.
Al minuto 27 llegó la primera de cierto peligro para Pumas, con Gallardo desbordando por izquierda, pero Britos desaprovechó el servicio y todo quedó en un aviso.
Pero al minuto 34, a Pumas se le vino la noche cuando en una jugada de disputa de balón, Darío Verón se llevó la roja directa por darle un pisotón a Luna. Los universitarios se quedaban con 10 hombres, algo que al partido le cambiaba la cara.
Veracruz aprovechó inmediatamente la situación; Velázquez envió pase a Pellarano, quien estaba habilitado y dejó a Luna, quien disparó y apenas Saldivar salvó su meta para mandar a tiro de esquina. Y luego, en el cobro del córner, Reyna marcó el gol, pero en fuera de lugar.
Y el gol llegó para Veracruz gracias a la incertidumbre que vivía Pumas por la expulsión de Verón. En un ataque de Veracruz, Van Rankin alcanzó a quedarse con el balón y despejó con mucho apuro, pero el balón le pegó en la cabeza a Alcoba y para desgracia universitaria, el balón le cayó a Velázquez, quien a pesar de estar adelantado, no se le marcó fuera de juego, debido a que el balón venía de un contrario. El escualo no desaprovechó y marcó el gol al 40.
Para la segunda mitad, Veracruz siguió metido en el guión de esperar a que los Pumas intentaran hacer daño. Los escualos cedieron el balón y la iniciativa a los felinos, pero todo con el plan de encontrar una sola jugada de contragolpe que les diera la opción del gol que matara al rival.
Con un sol a plomo y a sabiendas que el desgaste iba a ser mayor al jugar con 10 hombres, Pumas intentó por todas las opciones que tenía para buscar el empate, pero no encontraba cómo. Y para los últimos minutos, Veracruz aprovechó el hombre de más y con la visión de Reyna, aunado al ingreso de Martín Bravo, causó problemas en la zaga de Pumas.
Y llegó la tragedia para los Pumas y la alegría para Veracruz: al minuto 86, en un contragolpe, Luna cedió el balón a Pellarano, quien sólo empujó el balón para marcar el 2-0.
